Los pintores más interesantes de la historia del arte español

Los pintores más interesantes de la historia del arte español.

Los pintores españoles que hemos seleccionado en este recopilatorio, por sus importantes obras y su repercusión en la historia o  a través de la historia, trata de ser un listado con el Top Ten de los pintores españoles de las distintas épocas.

Los primeros pintores españoles, registrados en la historia, provienen del siglo 11. Frescos al temple y témperas sobre madera, eran técnicas utilizadas durante el medievo en la pintura religiosa española. Durante el 1400 predomina el estilo gótico, en el 1500 el flamenco y en el 1600 manierismo renacentista italiano representado por El Greco, quien desarrollo un estilo único.

Los célebres Velázquez y Murillo destacan durante el barroco. En el 1800 aparece el gran Francisco de Goya y muchos de sus seguidores, que también alcanzaron la excelencia.

Después de 1850, nacen una infinidad de maestros de la pintura española, algunos de estilo clásico como Madrazo, otros, impresionistas como el excepcional Sorolla y Bastida.

Un avance extraordinario para la pintura española, que sigue influenciando a todo el mundo del arte, ocurre en el siglo 20.

Entre los pintores europeos desarrollando estilos vanguardistas surge el surrealismo hiperrealista de Salvador Dalí, el cubismo de Picasso, un descendiente de los dos estilos anteriores: el surrealista abstracto Joan Miró y finalmente el “Realismo NAS” (Realismo, Naturalismo, Abstracción y Surrealismo), movimiento creado por Diego de Giráldez.

Todos sabemos que la historia del arte en España es sin duda rica y variada. Nuestro país ha generado gran número de artistas y ya que nos centrarnos en los pintores lo cierto es que resulta complicado elegir o destacar unos cuantos como los “mejores” sin tener la duda de olvidar a otros que también tendrían que estar en este listado. De todos modos nosotros en “Artistas Españoles” hemos intentado hacer un recopilatorio de los que son los pintores españoles más interesantes de nuestra historia y de la actualidad. La verdad es que le hemos dado muchas vueltas y analizado profundamente a cada pintor para llegar a esta selección.

Os mostramos nuestra selección de pintores españoles que han pasado a la historia de la humanidad como los más representativos. Ningún otro país ha dado y dará tantos genios, es por ello, LO SABEMOS, que nos hemos dejado muchos artistas que quizás podrían estar en esta selección por méritos propios –aunque se sigue estudiando a otros que se incorporarán a estos-, pero después de muchas horas de estudio y valoración hemos confeccionado esta lista que creemos alberga a los más interesantes. Los aquí presentes son nuestros favoritos, esperamos HABER RECOGIDO TODOS LOS MÁS IMPORTANTES y que de esa forma no os defraudemos. Esperamos que hayáis disfrutado repasando la vida y las obras de nuestros pintores españoles más vanagloriados y que compartas con nosotros, tu amor por el arte.



Diego de Velázquez

Diego Velázquez (Diego de Silva Velázquez; Sevilla, 1599 - Madrid, 1660)
Pintor español. Además de ser la personalidad artística más destacada de su tiempo, Diego Velázquez es también la figura culminante del arte español, sin rival hasta los tiempos de Goya. Diego Velázquez realizó su aprendizaje en Sevilla, en el taller de Pacheco, con cuya hija casó en 1617. Cuando todavía era un adolescente, pintó algunas obras religiosas (La Inmaculada Concepción, La Adoración de los Reyes Magos) con un realismo inusual y pronunciados efectos de claroscuro. A la misma época pertenece una serie de obras de género con figuras de prodigiosa intensidad y una veracidad intensísima en la reproducción tanto de los tipos humanos como de los objetos inanimados; entre otros ejemplos se pueden citar Vieja friendo huevos y El aguador de Sevilla. También por entonces pintó inusitados cuadros de temática religiosa ambientados en escenarios cotidianos, como Cristo en casa de Marta o Cristo en Emaús; de hecho, la capacidad de convertir las escenas religiosas en algo cercano y realista constituye una característica del barroco sevillano que Velázquez legó a otros artistas de su tiempo. 
Diego Velázquez fue llamado a Madrid por el conde-duque de Olivares, valido de Felipe IV, para que pintara un retrato del rey; tanto gustó la obra al soberano que lo nombró pintor de corte. Comenzó así para Velázquez una larga y prestigiosa carrera cortesana, a lo largo de la cual recibió destacados títulos, como los de ujier de cámara y caballero de la Orden de Santiago. Desde su nombramiento oficial hasta el final de sus días pintó numerosos retratos de Felipe IV y de diversos miembros de su familia, a pie o a caballo. Se trata de obras de gran realismo y excepcional sobriedad en las que el magistral empleo de la luz sitúa los cuerpos en el espacio y hace vibrar a su alrededor una atmósfera real que los envuelve. Los fondos, muy densos al principio, se suavizan y aclaran luego, con el paso del tiempo. En los retratos femeninos (el de Mariana de Austria, por ejemplo), el artista se recrea en los magníficos vestidos, en los que muestra sus grandes cualidades como colorista. La culminación de su carrera como retratista es Las Meninas, considerada por algunos como la obra pictórica más importante de todos los tiempos. Hay que destacar igualmente las incomparables series de enanos y tullidos de la corte. Velázquez realizó dos viajes a Italia, uno en 1629-1631 y otro en 1648-1651. En ambos produjo obras importantes: La túnica de José y La fragua de Vulcano en el primero; los retratos de Juan de Pareja y de Inocencio X en el segundo; el del Papa es un retrato portentoso, dotado de una vivacidad, una intensidad y un colorismo excepcionales. Al genio sevillano se debe también una obra maestra de la pintura histórica, La rendición de Breda, pintada en 1634 para el Salón de Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid. El mérito de la obra reside en la ausencia del engolamiento habitual en los cuadros de temática histórica y en la plasmación de las facetas más humanas del acontecimiento; la composición admirablemente resuelta y la atmósfera de extraordinario realismo han hecho de esta obra una de las más conocidas del maestro.
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nace en 1599 y está considerado como el pintor más famoso del Siglo de Oro español, además de ser uno de los maestros del Barroco y de la pintura universal, influenciando a los pintores realistas de generaciones posteriores. Considerado como uno de los mejores retratistas de la historia del arte.
Entre sus obras más famosas tenemos Las Meninas (1656) y La rendición de Breda (1635)

Sin duda, sus obras fueron de lo más enigmáticas y con toques de soberbia que llenaban de oscuridad sus cuadros. No por oscuridad, sino que sus colores eran muy oscuros. A pesar de ello, su fama no fue por la oscuridad, sino por su talento a la hora de crear. Debido a eso, se le ordenó como el “pintor del rey”, de manera que estaba alojado en las instalaciones reales, con trato exclusivo, en donde trabajó casi toda su vida para él.
Desde sus aposentos, comenzaron a salir los retratos que le hicieron famoso y en sus viajes, a Italia, consiguió que su arte se impregnara de influencias venecianas.
Ésta fue una de sus etapas, pero Velázquez, siempre fue recordado por cómo mantenía su esencia pero siempre evolucionaba según las tendencias. Por eso, sus cuadros, aparecen algunos oscuros y otros, dependiendo de la influencia, están más llenos de color. Podemos comparar, los movimientos y los colores del cuadro Vistas del jardín de la Villa Médicis, en Roma, con el cuadro El Bufón de Calabacillas.
DIEGO VELAZQUEZ.- Nacido en 1599, es uno de los artistas cumbre de la pintura barroca. Pintor universal y representativo del arte español, sin rival hasta que surgió la figura de Goya. Artista cortesano y renovador, su talento afloró desde edad muy temprana. Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor universal se produjo tardíamente, entre 1880 y 1920, coincidiendo con los pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet se sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el más grande pintor que jamás ha existido». La parte fundamental de sus cuadros que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid. Sus obras, en especial sus bodegones, tuvieron gran influencia en los pintores sevillanos contemporáneos, existiendo gran cantidad de copias e imitaciones de ellos. Entre sus cuadros más conocidos figuran Las Meninas, Las Hilanderas, La fragua de Vulcano o La rendición de Breda (Las lanzas).



Francisco de Goya

Francisco de Goya y Lucientes nace en 1746 y está considerado como pintores que iniciaron la estética del Romanticismo, además de ser precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX con sus obras maduras. Es también muy conocido por su talento como retratista al representar el aspecto psicológico de sus modelos más allá de su apariencia.
También fue famoso por la cantidad de autorretratos que se hacía, gracias a los cuales, se le puso seguir la pista, desde bien joven.
Su obra siempre podía plasmarse en cualquier parte, de manera que destacaba por grandes cuadros pintados en caballete, mural, a modo de grabados y en forma de dibujos. Su arte, contemplaba las diferentes fuentes en las que se podían plasmar sus obras.
Entre sus obras más famosas tenemos El tres de mayo de 1808 en Madrid (1814) y Saturno devorando a su hijo (1823)
A pesar de la fama de muchos de sus cuadros, ya no sólo por lo que hacían sentir y recordar, sino por lo perturbadores que podían ser, tuvo cuadros que se acercaban más al realismo y entre ellos, no podemos dejar fuera a la Maja Desnuda. Un cuadro de la época en donde mostraba a la mujer sensual, de la manera más natural posible.
Francisco de Goya Este pintor fue inspirado por las obras de Velázquez. Goya vivió en mil setenta cuarenta y seis hasta mil ochenta veinte y ocho. Se consideraba unos de los pintores mejores en el siglo dieciocho, y fue comparado entre un maestro viejo a un maestro moderno. Trabajaba por mucho del Monarca Charles III y logró mucha nobleza. En sus primeros años como una artista, él creó cuadros sobre la vida de los españoles. Después, en mil sententa noventa y dos, el tuvo una enfermedad y perdió su oído. Se quedó muy deprimido y fue famoso por cuadros que representó escenas de horror. Las primera obras de Goya fue de religion porque el necisitar dinero. Pero los segundas obras fue sobre la ilustracion y la burgesia. Tambien las terceras obras fue celebraciones de la clase media. El fue el pintor real por la familia de Carlos III y Carlos IV. Pintó Los Cuadros Negros, Desastres de la Guerra, y Disparates. Goya pinto Las Dos Espanas tambien. Este cuadro representa que occurio despues de Napoleon. Usó colores oscuros y trazos grueso y valiente. (Figueres, Gerona, 1904 - Púbol, 1989)
Los Cuadros Negros fue pintando en sus paredes en su casa durante la guerra de independencia. Uno de los más famosos es el cuadro Los Fusilamientos del Tres de Mayo. Este cuadro es un escena de la Guerra de Napoleón y es muy triste y gráfica. Goya puso su atencion a los espanoles con la luz. No puede ver la cara de los Frances. El pintó un retrato de la familia de Charles III y los hizo muy feos. Esto representa su enfado más y más sobre su vida. Goya fue uno de los mejores artistas en su siglo.
FRANCISCO DE GOYA.- Pintor nacido en 1746 se trata de una figura muy compleja y prolífica. Inquieto e inclasificable, pintor sin rival en toda su vida. Goya fue pintor de corte y pintor del pueblo, pintor religioso y pintor místico. Autor de la belleza y erotismo de La Maja desnuda y del explícito horror de Los fusilamientos del 3 de Mayo. Pintó al óleo, al fresco, dibujante y grabador. Y nunca paró su metamorfosis. Se quedó sordo lo cuál le llevó a la depresión y este estado se trasladó a su obra (escenas de horror). El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX.



El Greco

El Greco es un pintor nacido en 1541 con una técnica que acabó influenciando después en los pintores impresionistas. Comienza su carrera en Venecia yendo luego a Roma y finalmente se mueve a Toledo. En su diversa obra pictórica encontramos  muchas obras religiosas, retratos de nobles y escenas de Toledo. El Entierro del Conde de Orgaz es uno de sus cuadros más conocidos.
Su estilo evoluciona hasta conseguir uno muy personal caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente alargadas con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Otra de sus obras más famosas es La curación del ciego (1567), La purificación del templo, o El caballero de la mano en el pecho (1580).
EL GRECO.- Pintor nacido en 1541 (final del renacimiento) original y fascinante, cuya técnica influyó siglos después en los pintores impresionistas. Empezó su carrera en Venecia después fue a Roma y finalmente se trasladó a Toledo. El Greco pintó muchas obras religiosas, retratos de nobles y escenas de Toledo. El Entierro del Conde de Orgaz es uno de sus cuadros más conocidos. Evolucionó hacia un estilo personal caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente alargadas con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Este estilo se identificó con el espíritu de la contrarreforma y se fue extremando en sus últimos años. Actualmente está considerado uno de los artistas más grandes de la civilización occidental.
El Greco es un pintor del siglo dieciséis. Nació en Créete en mil quinientos cuarenta y uno, su padre se llamaba Domenikos Theotopoulos. El empezó su carrera en Venecia después fue a Roma y por fin trasladó a Toledo, España en mil quinientos setenta y siete. El Greco pintaba muchas obras religiosas en las iglesias cerca de Toledo. Una de sus primeras obras famosas es El Supuesto de la Virgen. La obra está en la Iglesia Santo Domingo localizada en el Antiguo. Además de obras religiosas, él también pintaba retratos de nobles o elites, y escenas de Toledo. Durante el reinado del Rey Felipe, II El Greco pintó una obra muy controversial. El Desnudando del Cristo fue un cuadro controversial en El Catedral de Toledo. El Entierro del Conde de Orgazfue fue también un otro cuadro controversial en la Iglesia de Santo Tomé. Pintó el alma del Conde ascendiendo al cielo con ángeles, santos, con figuras políticas acompañándolo.



Francisco de Zurbarán

Pintor que nace en 1598, y que se hace muy popular en  la época del Barroco y la Contrarreforma, con sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica. Con un estilo que mantuvo durante décadas, se caracterizó como pintor tenebrista, debido al uso que hizo de los contrastes de luz y sombras.
Su obra está llena de pinceladas sencillas, realistas, detallista, con formas amplias y la plenitud en los volúmenes ,con influencia de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez y al final de su carrera, por el estilo más sutil de Murillo.
Entres sus obras más conocidas tenemos San Francisco arrodillado con una calavera en las manos, 1658 o San Hugo en el refectorio de los Cartujos, 1630-1635.
FRANCISCO DE ZURBARAN.- Nacido en 1598, Zurbarán se hizo conocido, en la época del Barroco y la Contrarreforma, con sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica. Su estilo se mantuvo prácticamente invariable durante varias décadas, lo cual en un principio fue el secreto de su éxito, pero por otro lado terminó por condenar su carrera artística. Su estilo corresponde a la corriente tenebrista, debido al uso que hizo de los contrastes de luz y sombras. Se caracterizó básicamente por la sencillez, el realismo, el rigor en la concepción, la exquisitez en los detalles, las formas amplias y la plenitud en los volúmenes. Con respecto a las influencias que recibió, se puede decir que fueron las obras de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez las más destacadas. Al final de su carrera artística también fue influido con el estilo más sutil de Murillo. Aunque Zurbarán pintó historias e imágenes religiosas, sus obras principales fueron retablos y series de lienzos para conventos. Sus representaciones se alejan del realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado claroscuro con tonos más ácidos.
Francisco de Zurbarán.- Nació en Fuente de Cantos (al sur de la provincia de Badajoz) el 7 de noviembre de 1598. A los 16 años, y durante tres años, fue aprendiz en el taller sevillano de Pedro Díaz Villanueva -pintor de imágenes piadosas-. Una vez terminado el aprendizaje, Zurbarán se fue a Llerena. Con 18 años se estableció como pintor y al año siguiente contrajo matrimonio por primera vez con María Páez, una mujer viuda, diez años mayor. Se casaron en 1618 y ella murió en 1623. En 1625 contrajo matrimonio con Beatriz de Morales, también viuda y mayor que él. En 1644 fue su tercer y último matrimonio con Leonor de Tordera, una mujer mucho menor que él.



Salvador Dalí

Salvador Dalí nace en 1904 y es conocido como máximo exponente del Surrealismo y el Dadaísmo más allá de sus obras. Personaje polifacético, excéntrico y enamorado de su musa Gala, la obra de Dalí saltó fronteras siendo uno de los artistas más reconocidos en Estados Unidos donde es considerado un genio artístico.
Entre sus obras más famosas tenemos La persistencia de la memoria (1931), El gran masturbador (1929) y Gala Contemplating the Mediterranean Sea (1976).
Y es que Salvador Dalí, sin duda el pintor más extravagante de todos los tiempos cuyas obras han llegado a crear odio o amor, desde los puntos más extremos, dependiendo de su entendimiento y su recepción a la hora de admirar un cuadro.
Quién diría que sus obras fueron inspiradas por alguien que fue encarcelado, por marcharse de una clase de arte. Allí, en la cárcel, recibió una prensa para grabado que le mandó su padre y la visita de su compañero de clase, Federico García Lorca, que creaba versos en su “Oda a Dalí” y que leía a toda su familia, tras componerlos y así recordar a su compañero encarcelado, injustamente.
Sus obras surrealistas siempre llamaron la atención, especialmente sus famosos relojes de agua y sus elefantes con patas de mosquito.

Salvador Dalí En los revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen que con este gesto ha sido él quien ha dado la señal de ataque y rebelión y deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel. A la salida de prisión recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de Estudiantes de Madrid Federico García Lorca, quien, en las calurosas noches del verano de Cadaqués, lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929, en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es El perro andaluz. En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año siguiente cuando se instala en la capital francesa y se une al grupo surrealista que lidera el poeta André Breton. Este último terminará expulsándolo del movimiento algunos años después, en una memorable sesión de enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa. 

Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904 en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario bienpensante y de una sensible dama aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría: "A los tres años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más. Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador Dalí, él se aleja de mí". Puesto que la persecución sería incesante y el objetivo no habría de alcanzarse nunca y, dado que en ningún recodo de su biografía estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, decidió ser excesivo en todo, intrepretar numerosos personajes y sublimar su angustia en una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como "perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", "blando, débil y repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el juego favorito de su primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución frágil y nerviosa. Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista, a los catorce ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista y a los quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la Pintura". En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid, ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del gran poeta granadino Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata desproporcionadamente grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces luce una camisa azul cielo, adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase desapercibida.  
La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse Dalí fue: coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente alude el célebre apodo anagramático con que fue motejado por Breton, Avida dolars, acusación que lejos de desagradar al pintor le proporcionaba un secreto e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro surrealista, el poeta Paul Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso, que al dinero."  
Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul, pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel con los postigos cerrados.
Enterado el padre de Salvador de la vida disoluta de su hijo por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido en La Gaceta Literaria, rompe relaciones con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí, puesto que es en esa época en que el artista realiza lo mejor de su obra, como el célebre cuadro Persistencia de la memoria (1931), donde blandos relojes cuelgan de la rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa forma tendida en la vasta extensión de la playa. <p> </p>En 1934 viaja con su ya inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se presenta ante los periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del trasatlántico que les ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda en asociar el mito hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son todas bromas absurdas que tratan de quitar hierro a una situación política amenazante. Dos años después se desata la atroz guerra civil en España y una de las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión pública internacional. Dalí escribió: "Lorca tenía personalidad para dar y vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por cualquier español." <p> </p>En 1938 conoce por fin, gracias al escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado pese a las bravatas de Breton, sino que por el contrario se considera el único y más genuino exponente. El padre del psiconálisis había dado pábulo a la nueva indagación del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños (1900), pero nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores de París. <p> </p>No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el encuentro, Freud anotó en su diario: "Hasta entonces me sentía tentado de considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo patrón, como locos integrales (digamos al 95%, como el alcohol puro). Aquel joven español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me movió a reconsiderar mi opinión". Por su parte, el artista realizó asombrosos y alucinantes retratos del "santo patrón" de los surrealistas. <p> </p>Instalado otra vez en Nueva York en 1939, Dalí acepta un encargo para decorar unos escaparates comerciales. El tema que elige es el del Día y la Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete en una bañera peluda y la segunda, por medio de brasas y paños negros extendidos, pero la dirección modifica el decorado sin consultar al autor. Dalí, iracundo, vuelca la bañera de astracán llena de agua y la lanza contra los cristales del escaparate produciendo un gran estrépito y un notable destrozo.

SALVADOR DALI.- Nació en 1904 siendo el representante por antonomasia de la pintura surrealista. Sorprende se precocidad descubriendo tempranamente el impresionismo francés. En los años de juventud se relacionó con Federico García Lorca, Luis Buñuel, Rafael Alberti y otros artistas, los cuales ejercieron una gran influencia en sus comienzos artísticos. Años después estuvo muy relacionado con Gala, Antoní Pixot, Diego de Giráldez, Xavier Cugat, … Dada su personalidad decidió ser excesivo en todo e interpretar numerosos personajes y sublimar su angustia en una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. La técnica pictórica de Dalí se caracteriza por un dibujo meticuloso, una minuciosidad casi fotográfica en el tratamiento de los detalles, con un colorido muy brillante y luminoso. Dalí realizó varias películas surrealistas en colaboración con Buñuel como El perro andaluz y La edad de oro, libros ilustrados, diseños de joyería así como escenografías y vestuarios teatrales. También escribió libros autobiográficos como La vida secreta de Salvador Dalí y Diario de un genio. Fue miembro de la Academia Francesa de Bellas Artes. Dalí es conocido por sus impactantes y oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó» innovaciones ajenas. Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la atención pública. En resumen genio irrepetible.



Pablo Picasso

Pablo Picasso que nace en 1881, es posiblemente el pintor más famoso del mundo y, sin duda, el pintor más famoso del siglo XX. Fue líder del movimiento cubista, abordó otros géneros como el dibujo, el grabado, la ilustración de libros, la escultura, la cerámica y el diseño de escenografía y vestuario para montajes teatrales.
Entre sus obras más famosas tenemos Guernica (1937) y Las señoritas de Avignon (1907).
Este pintor de origen andaluz, que ha revolucionado al mundo entero, destacó por obras cubistas que no sólo mostraban su visión del mundo en cuanto a lo que era la belleza, sino que podía transmitir, toda una historia.
Sus obras más destacadas, por supuesto, son estas que mencionamos anteriormente, pero Pablo Picasso cuenta con una revolución de cuadros que llenó de color el panorama artístico, debido a sus estilos tan diferentes y tan marcados, que parecían ser pintados por diferentes artistas.
Tenemos The Blue Room, un cuadro con movimiento propio, lleno de vibraciones, Don Quixote, que era lo más parecido a las siluetas de una tira cómica, Sylvette, una mezcla entre el modernismo y su pasión por el cubismo, en donde los colores consiguen profundidades asombrosas. Y cómo no, Ciencia y Caridad, uno de sus cuadros más realistas que pintó.

PABLO PICASSO.- Nacido en 1881, Picasso es a la historia del Arte un tremendo revolucionario. Con la posible excepción de Miguel Ángel (quien centró sus mayores esfuerzos en la escultura y la arquitectura), ningún otro artista mostró tal ambición a la hora de situar su obra dentro del Olimpo de los artistas más reconocidos de la historia. Picasso creó las vanguardias. Picasso destruyó las vanguardias. Miró atrás a los grandes maestros (Diego Velázquez, Édouard Manet, Paul Gauguin, Edgar Degas y Toulouse-Lautrec) y los superó cuando se lo propuso. Transformó su estilo muchas veces durante su carrera (Época Azul, Época de Rosa,…). Picasso representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió las oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba pasando en España; políticamente, socialmente, y económicamente. Cada pintura y escultura representaba algo más grande. Artista polifacético fue único y genial en todas sus facetas: inventor de formas, innovador de técnicas y estilos, artista gráfico y escultor, siendo uno de los creadores más prolíficos de toda la historia, con más de 20.000 trabajos en su haber. Picasso trabajó también en cientos de litografías. Simplemente Genial.

Pablo Picasso fue un genio de arte y vivía en el siglo veinte. No vivía en España por la mayoría de su vida, pero pintó sujetos que envolvía a España. A veces, él usaba el tema de la corrida de toros en sus obras. Él transformó su estilo muchas veces durante su carrera. La Época Azul fue su primera época, de mil novecientos y uno hasta mil novecientos y cuatro. Pintó sujetos sobre las tristezas humanas: los ciegos, los pobres, los alcohólicos, y las prostitutas. Todas de los cuadros en esta época fueron pintadas en tonalidades azules. En la Época de Rosa todas de los cuadros fueron pintadas en tonalidades rojos. El tema de esta época fue escenas del circo. Después, Picasso empezó crear obras de cubismo, comienzó con su pintura Demoiselles D'Avignon de mil novecientos y siete. Cubismo tiene influencias de África y Grecia. Usó muchas figuras nudas y cuerpos desformados. Uno de sus obras más famosas es Guernica. Esta obra representa una escena de bombas sobre un pueblo Vasco durante la guerra civil en España. Picasso representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió las oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba pasando en España; políticamente, socialmente, y económicamente . Cada pintura y escultura representaba algo más grande.

 Pablo Picasso fue un genio de arte y vivía en el siglo veinte. No vivía en España por la mayoría de su vida, pero pintó sujetos que envolvía a España. A veces, él usaba el tema de la corrida de toros en sus obras. Él transformó su estilo muchas veces durante su carrera. La Época Azul fue su primera época, de mil novecientos y uno hasta mil novecientos y cuatro. Pintó sujetos sobre las tristezas humanas: los ciegos, los pobres, los alcohólicos, y las prostitutas. Todas de los cuadros en esta época fueron pintadas en tonalidades azules. En la Época de Rosa todas de los cuadros fueron pintadas en tonalidades rojos. El tema de esta época fue escenas del circo. Después, Picasso empezó crear obras de cubismo, comienzó con su pintura Demoiselles D'Avignon de mil novecientos y siete. Cubismo tiene influencias de África y Grecia. Usó muchas figuras nudas y cuerpos deformados. Uno de sus obras más famosas es Guernica. Esta obra representa una escena de bombas sobre un pueblo Vasco durante la guerra civil en España. Picasso representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió las oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba pasando en España; políticamente, socialmente, y económicamente. Cada pintura y escultura representaba algo más grande.



Murillo

Bartolomé Esteban Murillo nace en Sevilla en 1617 y representa uno de los pintores más importantes de la pintura barroca española que, tras haber decaído en estimación a principios del siglo XX, vuelve a gozar de importante reconocimiento mundial. Su estilo barroco es tan detallado que incluso podemos decir que avanza el rococó.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y en 1645 recibe su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.

Bartolomé Murillo Bartolomé Esteban Murillo nació en 1617 en la ciudad de Sevilla, hijo menor de una familia de catorce hermanos. El padre de Bartolomé Esteban Murillo era un cirujano barbero llamado Gaspar Esteban y su madre se llamaba María Pérez Murillo, de quien tomó el apellido para firmar su obra. Al morir sus padres cuando tan sólo tenía 10 años, Bartolomé Esteban Murillo pasa al cuidado de una de sus hermanas mayores, Ana, casada con un barbero cirujano de nombre Juan Agustín de Lagares, con quien el joven Bartolomé Esteban Murillo mantendría muy buena relación. Aunque inculcado por su padre ya era aficionado al dibujo, se formó en el taller de su pariente Juan Castillo, respetado artista en Sevilla, donde pronto comenzó a destacar de entre sus discípulos.



Joan Miró

Nacido en 1893 es uno de los pintores con una obra más variada y destacando en varios estilos como el surrealismo, el fauvismo o el expresionismo. Artista hasta la médula, Miró era capaz de pasar días sin comer con el fin de conseguir un estado mental alterado que pudiera expresar lo que deseaba plasmar en su pinturas.
Su estancia en París, provoca que su obra se vuelve más onírica pasando luego a un estilo algo más naïf. Además de pintor fue, escultor, grabador y ceramista español, y está considerado uno de los máximos exponentes del arte de su generación. Uno de sus grandes proyectos fue la creación de la Fundación Joan Miró, ubicada en Barcelona, centro cultural y artístico para difundir las nuevas tendencias del arte contemporáneo; entre sus obras más conocidas tenemos Signos y constelaciones enamorados de una mujer (1941), o Metamorfósis (1936).

JOAN MIRO.- Nació en 1893, es un artista inclasificable. Su interés por el mundo de lo inconsciente lo acerca al surrealismo, pero con un estilo personal, a veces más cercano al fauvismo o expresionismo, llegando hasta el punto de pasar largas temporadas sin ingerir alimentos para provocar un estado mental alterado que pudiera expresar aquello que Miró buscaba plasmar en sus pinturas. A partir de su estancia en París, su obra se vuelve más onírica. Posteriormente pasó a una pintura plana con cierto aire naïf. Pintor, escultor, grabador y ceramista español, fue considerado uno de los máximos exponentes del arte de su generación. Uno de sus grandes proyectos fue la creación de la Fundación Joan Miró, ubicada en Barcelona, centro cultural y artístico para difundir las nuevas tendencias del arte contemporáneo.



Juan Gris

Juan Gris fue un pintor nacido en Madrid que desarrolló su obra a principios del siglo XX en París, donde fue considerado uno de los grandes maestros del cubismo.
Desde que comenzara en 1910 a decantarse por la pintura de estilo cubista, Juan Gris siempre mostró un gran espíritu de innovación y un estilo muy radical. Su principal aportación al estilo fue el papier collé, que consiste en añadir en la obra recortes de revistas o periódicos.

JUAN GRIS.- Nacido en 1887 desarrolló su actividad principalmente en París como uno de los maestros del cubismo. Coincidió con otros artistas como Picasso. Las influencias de Cézanne, Picasso y Braque hicieron nacer en él el estilo cubista que le haría famoso en el mundo entero. Comenzó con cuadros de tonos grises que cambio por composiciones coloristas con collages que otorgaban a sus obras una originalidad dentro del cubismo. En los últimos años de su vida sus trabajos empezaron a cotizarse como grandes obras de arte y realizó sus creaciones más conocidas como "La Mujer del cesto", "El libro rojo", "El mantel Azul" o "Mujer en la ventana". Fallecía tempranamente a la edad de 40 años de una aguda crisis asmática. Así desaparecía uno de grandes artistas del siglo XX. No nos queda más remedio que imaginarnos la cantidad de talento y obras que no pudo dejar en vida.



Julio Romero de Torres

Julio Romero de Torres (1874-1930) es otro de los pintores españoles más representativos de principios del siglo XX. Destaca por el simbolismo de sus paisajes, la suavidad en la luz y una extraña capacidad para crear una atractiva artificiosidad en los escenarios.
Su muerte produjo gran conmoción en su Córdoba natal. La mayor parte de su obra se puede ver en el Museo Julio Romero de Torres de Córdoba.
Algunos de sus cuadros más famosos son ‘La chiquita piconera’, ‘El retablo del amor’, ‘Naranjas y limones’ o ‘Amor místico y amor profano’.



José de Ribera

José de Ribera (1591-1652) fue un pintor español que desarrollo gran parte de su obra en Italia. Allí conoció gran fama gracias a su dominio del estilo naturalista.
Caracterizado físicamente por su baja estatura, en Italia era conocido como “El españolito“. Aunque desarrolló su vida en Italia, nunca olvidó sus raíces españolas y, de hecho, firmaba muchos de sus cuadros como “Jusepe de Ribera, español”.
Entre sus obras más destacadas se pueden citar ‘La Inmaculada Concepción’, ‘Sileno borracho’, ‘San Andrés’ o ‘San Pedro’.


José de Madrazo

José de Madrazo y Agudo (Santander, 22 de abril de 1781 - Madrid, 8 de mayo de1859), fue un pintor y grabador español, tanto barroco como neoclásico Estudió con Gregorio Ferro, quien le enseña el estilo y la técnica de la pintura de Anton Raphael Mengs, en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. A partir de 1803, estudió en París, con Jacques-Louis David, donde se formó como verdadero pintor neoclásico y entabló amistad con Ingres. Bajo el gobierno de José Bonaparte marchó becado a Roma. En 1806, Madrazo, convencido por su maestro David, que lo invitaba a estudiar las obras clásicas al natural, partió con su amigo Ingres, también alumno de David hacia Roma, donde completó su formación. Allí consiguió un discreto éxito con La muerte de Viriato, que pintó en los años en que estudiaba en la Academia de San Lucas. Durante el período de la conquista francesa de España, Madrazo, encontrándose en el extranjero, fue uno de los primeros opositores al gobierno de José Bonaparte, por lo que el pintor español, junto con otros artistas españoles en Roma, fue hecho prisionero de los franceses que había en Roma y encerrado en el Castillo Sant'Angeloy luego en la Embajada Española. Allí conoció a los reyes españoles, Carlos IV yMaría Luisa de Borbón a los que Napoleón había impuesto el exilio. El 2 de septiembre de 1809 se casó en Roma con Isabel Kuntz y Valentini, hija del pintor silesio Tadeusz Kunst. En 1813, Madrazo fue nombrado pintor de cámara de Carlos IV. Y, después, Académico de Mérito de la Academia de San Lucas. En los años romanos, Madrazo se dedicó sobre todo a hacer retratos, siendo numerosas las obras que representan a artistas y nobles de la sociedad romana que conocía, sobre todo, de Antonio Canovay Vincenzo Camuccini. En 1815, las tropas del lugarteniente J. Murat, rey de Nápoles durante el Imperio Napoleónico, entraron en Roma, invadiendo los estados Pontificios, en un intento desesperado, después de la caída de Napoleón, de unificar Italia bajo su control. Esto impulsó a los reyes españoles a abandonar su exilio romano, lo que hizo perder a José Madrazo su título honorífico. Obtuvo un gran poder dentro de los círculos artísticos con la llegada al poder deFernando VII a la caída de Napoleón I. En 1818, José Madrazo regresó a Madrid con los cuadros de la colección del padre de Fernando. Madrazo reorganizó el Museo del Prado. Se ocupó de la catalogación de las Colecciones Reales de pintura, que el rey pretendía colocar en el nuevo Museo del Prado. Creó para el museo un catálogo en el que se reproducían litográficamentetodas las pinturas principales presentes en la colección. Fue uno de los pioneros de la litografía, el primero que introdujo esta nueva técnica en España. En 1823 fue nombrado Director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y seguidamente, del Museo del Prado. Iniciaría una larga dinastía de artistas. Pintores fueron sus hijos Federico, Luis y Juan, así como sus nietos Raimundo y Ricardo. Pintó cuadros de temas religiosos e históricos ("Pintura de historia"). Inició, junto aJosé Aparicio, la corriente pictórica histórica patriótica, una corriente artística neoclásica, con base en temas patrióticos. Se enmarca en un estilo clasicista puro. Su estilo se caracterizaba por su extrema teatralidad y por la temática histórica de exaltación patriótica, siguiendo el modelo de David. Ramírez Domínguez lo califica de "relamido y frío, con exageraciones grandilocuentes y patrioteras". Como cuadros mas importantes tiene: Jesús ante el Sumo Sacerdote (1805). La muerte de Viriato (1814, Museo del prado), es uno de los cuadros más representativos del neoclasicismo español.

Federico Madrazo
Fue un pintor español del siglo XIX. Nació y murió en Madrid y alcanzó una gran popularidad, siendo uno de los principales exponentes del romanticismo y llegando a ser el pintor de cámara de Isabel II.
Federico Madrazo se destacó en el ámbito de los retratos, donde es considerado uno de los grandes maestros de la historia del país. Su especializó sobre todo en retratos a la alta sociedad y a la monarquía.
Entre sus obras más célebres podemos contar ‘Retrato de Isabel II’ o ‘Doña Amalia de Llano y Dotres, Condesa de Vilches’.



Joaquín Sorolla

Joaquín Sorolla y Bastida uno de los pintores más prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas, nace en 1863 y desde muy pequeño descubrió su verdadera vocación por la pintura. Destaca por un estilo maduro que le caracteriza como luminista aunque con poco acierto siempre ha sido calificado como impresionista.
Sus obras más representativas están pintadas al aire libre, y domina con maestría la luz para cuadros en los que representan escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea. Además también cultivó la pintura de denuncia social que le reportó muchos éxitos.
La fama internacional le llega tras celebrar una exposición en París con más de medio millar de obras, haciendo que se conozca su obra pictórica por toda Europa y América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y cosechó un éxito sin precedente alguno. firmó un encargo para la Hispanic Society of America realizando catorce murales que decorarían las salas de la institución: se conocen como Visión de España, y en los que se representaban escenas características de diversas provincias tanto españolas como portuguesas. Otra importante faceta suya fue la de retratista, de figuras importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez y Ortega y Gasset entre otros.

JOAQUIN SOROLLA.- Nació en 1863 desde muy pequeño descubrió que su verdadera vocación era la pintura. Fue uno de los pintores españoles más prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas. Etiquetado equivocadamente por algunos como impresionista, en realidad su estilo maduro se define mejor como luminista. Sus obras más representativas están pintadas al aire libre, dominando con maestría la luz y combinándola con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea. Además también cultivó la pintura de denuncia social que tantos éxitos le reportó. Tras muchos viajes por Europa, principalmente Inglaterra y Francia, celebró una exposición en París con más de medio millar de obras, que le dio un reconocimiento internacional inusitado, conociéndose su obra pictórica por toda Europa y América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y cosechó un éxito sin precedente alguno. firmó un encargo para la Hispanic Society of America por el que realizaría catorce murales que decorarían las salas de la institución: se conocen como Visión de España, en ella se representaban escenas características de diversas provincias tanto españolas como portuguesas. Viajó por todo el territorio, realizando bocetos y trabajos de costumbres y paisajes. Otra importante faceta suya fue la de retratista, de figuras importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez y Ortega y Gasset entre otros. Su pintura representó la aplicación directa del luminismo al paisaje y la figura, acercando por tanto esta tendencia a la sociedad de la época.

Joaquín Sorolla.-  Joaquín Sorolla y Bastida, (1863-1923). Pintor y artista gráfico. Nació el 27 de febrero de 1863, en Valencia. Cuando apenas contaba con dos años de edad, fallecieron sus padres a causa de una epidemia de cólera. Al quedar huérfanos su hermana Concha y él, su tía Isabel, hermana de su madre, y su marido, de profesión cerrajero, los recogieron. Pasados los años intentaron enseñarle, en vano, el oficio de la cerrajería, advirtiendo pronto que su verdadera vocación era la pintura. En 1874 empezó a estudiar en la Escuela Normal Superior donde le aconsejaron que también se matriculase en las clases nocturnas de dibujo en la Escuela de Artesanos. En ésta última recibió, en 1879, una caja de pinturas y un diploma como premio “por su constante aplicación en el dibujo de figura”. Ese mismo año ingresó en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Carlos a la par que trabajaba en el taller de su tío.Fue en la Academia de San Carlos donde conoció a otro alumno, Juan Antonio García, hermano de quien más tarde acabaría siendo su esposa, Clotilde García. En 1880 consiguió una Medalla de Plata por su obra Moro acechando la ocasión de su venganza en la exposición de la sociedad El Iris.Al acabar su formación, comenzó a enviar sus obras a concursos provinciales y exposiciones nacionales de bellas artes, como la de Madrid en mayo de 1881, donde presentó tres marinas valencianas que, aunque formidables, pasaron sin pena ni gloria pues no encajaban con la pintura oficial, de temática histórica y dramática. Al año siguiente, estudió la obra de Velázquez y otros autores en el Museo del Prado. Por fin, en 1883, consiguió una medalla en la Exposición Regional de Valencia y, en 1884, alcanzó la gloria al conseguir la Medalla de Segunda Clase en la Exposición Nacional gracias a su obra Dos de Mayo, obra melodramática y oscura hecha expresamente para la exposición, tal y como le dijo a un colega suyo: “Aquí, para darse a conocer y ganar medallas, hay que hacer muertos.”Cosechó otro gran éxito en Valencia con su obra El crit del palleter sobre la Guerra de la Independencia. De esta manera, fue pensionado por la Diputación Provincial de Valencia para viajar a Roma donde, a la vez que trabajaba, conoció el arte clásico y renacentista, así como los grandes museos, contactando, además, con otros artistas. Con su amigo el pintor Pedro Gil se desplazó a París durante el primer semestre de 1885, viviendo de cerca la pintura impresionista que produjo en él, ya de regreso en Roma, variaciones en su temática y estilo, llegando a pintar el cuadro religioso El entierro de Cristo, con el que fracasó rotundamente. En 1888 contrajo matrimonio con Clotilde García en Valencia, pero vivirían un año más en Italia, esta vez en la localidad de Asís. En 1889 se instalaron en Madrid y, en apenas cinco años, Sorolla alcanzó cierta fama y prestigio como pintor. En 1894 viajó de nuevo a París, donde conoció el luminismo, que tanto marcaría su posterior obra. Comenzó a pintar al aire libre, dominando con maestría la luz y combinándola con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea. En obras como La vuelta de la pesca, La playa de Valencia o Triste herencia, describió el sentimiento que producía la visión del mar Mediterráneo, comunicando el esplendor de una mañana de playa con un colorido vibrante y un estilo suelto y vigoroso. Con Triste herencia recibió, en 1900, el Grand Prix en el certamen internacional de París. Además siguió con su pintura de denuncia social que tantos éxitos le había reportado en los últimos años con obras como I encara diuen que el peix és car (1895).Por aquel entonces, Valencia le nombró hijo predilecto y meritorio, y le fue dado su nombre a una calle. Tras muchos viajes por Europa, principalmente Inglaterra y Francia, celebró una exposición en París con más de medio millar de obras, que le dio un reconocimiento internacional inusitado, conociéndose su obra pictórica por toda Europa y América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y cosechó un éxito sin precedente alguno, con obras como Sol de tarde o Nadadores, entre muchas otras. También lo hizo, en 1911, en el City Art Museum de Saint Louis y en el Art Institute de Chicago. En noviembre de ese mismo año, firmó un encargo para la Hispanic Society of America por el que realizaría catorce murales que decorarían las salas de la institución. Con esta obra, realizada entre 1913 y 1919 y de tres metros y medio de alto por setenta metros de largo, alzó un imborrable monumento a España, pues en ella se representaban escenas características de diversas provincias tanto españolas como portuguesas. Necesitó de casi todo 1912 para viajar por todo el territorio, realizando bocetos y trabajos de costumbres y paisajes. De esta obra destacan los óleos pintados en 1916 dedicados a niños y mujeres en las playas de Valencia, donde predomina la libertad de pincelada y la luz de su tierra. Algunos ejemplos son Madre e hija o Pescadora valenciana. También destacaba, fuera de esta temática, su inconmensurable lienzo Visión de España. Otra importante faceta suya fue la de retratista, de figuras importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez, Ortega y Gasset, etc. También, en 1914, había sido nombrado académico y, cuando terminó los trabajos para la Hispanic Society, trabajó como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas Artes de Madrid. Su pintura representó la aplicación directa del luminismo al paisaje y la figura, acercando por tanto esta tendencia a la sociedad de la época. En 1920, mientras pintaba el retrato de la señora Pérez de Ayala en el jardín de su casa en Madrid, padeció un ataque de hemiplejía que mermó drásticamente sus facultades físicas y mentales. Murió en su casa de Cercedilla el 10 de agosto de 1923.



Antonio López

Uno pintor más reciente en nuestra historia, que además destaca por su obra como escultor. Nace en 1936 y se trata del artista vivo con mayor proyección internacional actualmente. Tuvo una temprana vocación por el dibujo que provocó el que se acabara dedicando a la pintura. Viaja a Italia, donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento se identifica en el estilo hiperrealista, y en la temporalidad y el deterioro de lo material. Es miembro de la Real Academia de San Fernando y en 1985 se le concedió el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Su obra fue adaptada al cine por el director cinematográfico Víctor Erice en el film titulado “El sol del membrillo”.
Entre sus obras más conocidas están las esculturas Antonio y Mari, 1967-1968 o el cuadro Gran Vía, 1974-1981.

ANTONIO LOPEZ.- Pintor y escultor español nacido en 1936, meses antes del inicio de la Guerra Civil española. Se trata del artista vivo con mayor proyección internacional en la actualidad. Su temprana vocación por el dibujo conformó su decisión de dedicarse a la pintura. Viajó a Italia, donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento. Pintor de estilo hiperrealista, identifica la temporalidad y el deterioro de lo material. Un artista que busca dentro de la realidad que lo rodea los aspectos más cotidianos, los cuales están tratados con un enorme detallismo fotográfico. Sus cuadros se desarrollan a lo largo de varios años, décadas en ocasiones, con una plasmación lenta, meditada, destilando con cada pincelada la esencia del objeto o paisaje, hasta que el artista consigue plasmar la esencia del mismo en el lienzo. Miembro de la Real Academia de San Fernando en 1985 se le concedió el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Asimismo, su obra fue adaptada al cine por el director cinematográfico Víctor Erice en el film titulado "El sol del membrillo".



Antoni Tapies

Tapies es un pintor y escultor catalán fallecido hace unos años. Durante toda su vida, Tapies se ha caracterizado por su estilo personal, siempre en consonancia con el expresionismo abstracto que floreció tras la 2ª Guerra Mundial. Además de artista polifacético y teórico del arte, fue un firme defensor de la cultura catalana.
Algunas de sus pinturas más emblemáticas son ‘Gran Pintura Gris’, ‘Blanco con signo rojizo’ o ‘Grattage Rojo’, de 2008.


Antoni Tàpies i Puig, I marqués de Tàpies​ (Barcelona, 13 de diciembre de 1923 - ibídem, 6 de febrero de 2012),​ fue un pintor, escultor y teórico del arte español. Uno de los principales exponentes a nivel mundial del informalismo, está considerado como uno de los más destacados artistas españoles del siglo XX. La obra del artista catalán goza de un centro de estudio y conservación en la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona.

De formación autodidacta, Tàpies creó un estilo propio dentro del arte de vanguardia del siglo XX, en el que se combinaban la tradición y la innovación dentro de un estilo abstracto pero lleno de simbolismo, dando gran relevancia al sustrato material de la obra. Cabe destacar el marcado sentido espiritual dado por el artista a su obra, donde el soporte material trasciende su estado para significar un profundo análisis de la condición humana.

La obra de Tàpies ha tenido una gran valoración a nivel tanto nacional como internacional, estando expuesta en los más prestigiosos museos del mundo. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y distinciones, entre los que cabe destacar el Premio de la Fundación Wolf de las Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña (1983), el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla Picasso de la Unesco (1993) y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2003). Como reconocimiento a su trayectoria artística el rey Juan Carlos I le otorgó el 9 de abril de 2010 el título de marqués de Tàpies.

Tàpies era hijo del abogado Josep Tàpies i Mestres y de Maria Puig i Guerra, hija de una familia de políticos catalanistas. La profesión de su padre y las relaciones de su familia materna con miembros de la vida política catalana propiciaron un ambiente liberal durante la infancia del artista. Tàpies siempre remarcó que la confrontación entre el anticlericalismo de su padre y el catolicismo ortodoxo de su madre le llevaron a una búsqueda personal de una nueva espiritualidad, que encontró en las filosofías y religiones orientales, principalmente el budismo zen.​

Según propia confesión, su vocación artística despertó con un número de Navidad de la revista D'Ací i d'Allà de 1934, que presentaba un extenso panorama del arte moderno internacional.​ Uno de los hechos que marcaron su vida fue su convalecencia por tisis a los 18 años, circunstancia que le hizo replantearse el sentido de su vida, así como su vocación, ya que durante su recuperación se dedicó intensamente al dibujo. Los estados febriles que padeció le provocaron frecuentes alucinaciones que serían primordiales para el desarrollo de su obra. Durante su estancia en el sanatorio de Puig d'Olena (1942-1943) se refugió en la música (Wagner) y la literatura (Ibsen, Nietzsche, Thomas Mann), y realizó copias de Van Gogh y Picasso.​

Compaginó sus estudios de Derecho en la Universidad de Barcelona, que había iniciado en 1943, con su pasión por el arte. Finalmente se decantó por la pintura y abandonó los estudios en 1946.​ De formación autodidacta, tan sólo estudió brevemente en la Academia de Nolasc Valls.​ Su primer estudio de pintura lo instaló en Barcelona en 1946.

En 1948 fue uno de los fundadores de la revista y del movimiento conocidos como Dau al Set, relacionados con el surrealismo y el dadaísmo. El líder de este movimiento fue el poeta catalán Joan Brossa y, junto a Tàpies, figuraron Modest Cuixart, Joan-Josep Tharrats, Joan Ponç, Arnau Puig y posteriormente Juan Eduardo Cirlot. La revista perduró hasta 1956,3​ pero Tàpies había marchado a París en 1950 y se había alejado del grupo aunque siguiera colaborando esporádicamente en la publicación.

Las primeras obras de Tàpies se enmarcaron dentro del surrealismo, pero a partir de aquel alejamiento cambió de estilo, convirtiéndose en uno de los principales exponentes del informalismo. Representante de la llamada “pintura matérica”, Tàpies utilizaba para sus obras materiales que no están considerados como artísticos, sino más bien de reciclaje o de desecho, como pueden ser cuerdas, papel o polvo de mármol.

En 1948 expuso por primera vez su obra en el I Salón de Octubre de Barcelona, mostrando dos obras de 1947: Pintura y Encolado. Ese año conoció a Joan Miró, uno de sus más admirados artistas.3​ En 1949 participó en la exposición Un aspecto de la joven pintura catalana en el Instituto Francés de Barcelona, donde lo vio Eugeni d'Ors, que lo invitó al VII Salón de los Once, en Madrid (1950). ​ En 1950 hizo su primera exposición individual en las Galeries Laietanes de Barcelona, donde volvió a exponer en 1952. Becado por el Instituto Francés, viajó a París (1950), donde consiguió exponer en el concurso internacional Carnegie de Pittsburgh, y donde conoció a Picasso.

En 1950 fue seleccionado para representar a España en la Bienal de Venecia, donde participó varias veces. En 1953 expuso en Chicago y Madrid; ese año la marchante Martha Jackson le organizó una exposición en Nueva York, dándolo a conocer en Estados Unidos. El mismo año ganó el primer premio del Salón del Jazz de Barcelona, y conoció al crítico Michel Tapié, asesor de la Galería Stadler de París, donde expuso en 1956 y varias veces más desde entonces.​ En 1954 se casó con Teresa Barba i Fàbregas, con la que tuvo tres hijos: Antoni (poeta), Clara y Miquel Àngel.

Fue uno de los fundadores del grupo Taüll en 1955, junto con Modest Cuixart, Joan-Josep Tharrats, Marc Aleu, Josep Guinovart, Jordi Mercadé y Jaume Muxart.​ Ese año fue premiado en la III Bienal Hispanoamericana en Barcelona, y expuso en Estocolmo con Tharrats, presentados por Salvador Dalí. En 1958 tuvo sala especial en la Bienal de Venecia, y ganó el primer premio Carnegie y el Premio Unesco.​

En 1960 participó en la exposición New Spanish Painting and Sculpture en el MOMA de Nueva York.11​ Desde entonces hizo exposiciones en Barcelona, Madrid, París, Nueva York, Washington, Berna, Múnich, Bilbao, Buenos Aires, Hanóver, Caracas, Zúrich, Roma, Sankt Gallen, Colonia, Kassel, Londres, Cannes, etc., y recibió premios en Tokio (1960), Nueva York (1964) y Menton (1966). En 1967 entró en la órbita del marchante Aimé Maeght y expuso en el Musée d'Art Moderne de París (1973), Nueva York (1975) y en la Fundación Maeght (1976).​

En los años 1970 su obra adquirió un mayor tinte político, de reivindicación catalanista y de oposición al régimen franquista, generalmente con palabras y signos sobre los cuadros, como las cuatro barras de la bandera catalana (El espíritu catalán, 1971). Ese activismo le llevó igualmente a acciones como el encierro del convento de los Capuchinos de Sarrià para constituir un sindicato democrático de estudiantes (1966) o la marcha a Montserrat en protesta por el proceso de Burgos (1970), por la que fue encarcelado durante un corto espacio de tiempo.​

Desde entonces realizó numerosas exposiciones personales o de carácter antológico: Tokio, 1976; Nueva York, 1977; Roma, 1980; Ámsterdam, 1980; Madrid, 1980; Venecia, 1982; Milán, 1985; Viena, 1986; Bruselas, 1986; MNCARS, Madrid, 2000; Pabellón Micovna del Jardín Real de Praga, 1991; MOMA, Nueva York, 1992; Museo Guggenheim, Nueva York, 1995; Kirin Art Space Harajuku, Tokio, 1996; Centro per l'Arte Contemporanea Luigi Pecci, Prato, 1997.​ La obra de Antoni Tàpies se ha expuesto en los principales museos de arte moderno del mundo. Además de ser nombrado doctor honoris causa por diversas universidades, Tàpies fue galardonado con diversos premios, entre ellos, el Premio de la Fundación Wolf de las Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña (1983) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990).

En 1990 abrió las puertas al público la Fundación Antoni Tàpies, institución creada por el propio artista para potenciar el arte contemporáneo, situada en el edificio de la antigua Editorial Montaner i Simón, obra modernista de Lluís Domènech i Montaner. La fundación tiene además la función de museo, contando entre sus fondos con gran cantidad de obras donadas por el artista, y cuenta asimismo con una biblioteca y un auditorio.​

Tàpies fue autor también de escenografías (Or i sal, de Joan Brossa, 1961) e ilustraciones para libros, principalmente de Brossa (El pa a la barca, 1963; Fregoli, 1969; Nocturn matinal, 1970; Poems from the Catalan, 1973; Ú no és ningú,1979); se dedicó igualmente al cartelismo, realizando en 1984 una exposición con su principal obra cartelística, así como a la producción gráfica: grabados, litografías, serigrafías, etc.​ En el año 2002 realizó el cartel para las fiestas de la Mercè de Barcelona.

Como teórico del arte, Tàpies publicó artículos en Destino, Serra d'Or, La Vanguardia, Avui, etc., la mayoría recopilados en los libros La práctica del arte (1970), El arte contra la estética (1974), La realidad como arte (1982) y Por un arte moderno y progresista (1985), así como la autobiografía Memoria personal (1977). En sus obras atacó tanto el arte tradicional como la extrema vanguardia del arte conceptual.​

Con la transición al siglo XXI Tàpies no dejó de recibir numerosos reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional, organizándose exposiciones retrospectivas de su obra en los mejores museos y galerías del mundo. En 2003, en ocasión de su octogésimo aniversario, se celebró una retrospectiva con sus mejores obras en la Fundación Antoni Tàpies, con asistencia del público en una jornada de puertas abiertas. Asimismo, en 2004, se organizó un homenaje a su figura en el MACBA de Barcelona, con una gran exposición formada por 150 obras realizadas desde los años 1940 hasta el presente, contando con pinturas, esculturas, dibujos y diversas creaciones del genial artista.​

Entre sus últimos actos públicos cabe destacar su colaboración con José Saramago el año 2005 en defensa del grupo pacifista vasco Elkarri, o la donación el mismo año de su obra 7 de noviembre al Parlamento de Cataluña con motivo del 25 aniversario de la restauración del mismo.​ En octubre de 2007 cedió una obra original suya a la campaña contra el cierre de las emisiones de TV3 en Valencia, para que se vendiesen sus reproducciones a diez euros y así sufragar la multa impuesta a ACPV por parte de la Generalidad Valenciana. El mismo año dejó un mensaje en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes que no se abrirá hasta el 2022.​ El 9 de abril de 2010 fue nombrado marqués de Tàpies por el rey Juan Carlos I.​

Antoni Tàpies falleció el 6 de febrero de 2012 en su domicilio de Barcelona, a los 88 años.​

De formación prácticamente autodidacta en el terreno artístico, Tàpies fue sin embargo un hombre de gran cultura, amante de la filosofía (Nietzsche), la literatura (Dostoyevski) y la música (Wagner).​ Fue un gran defensor de la cultura catalana, de la que estaba profundamente imbuido: era un gran admirador del escritor místico Ramon Llull (del que realizó un libro de grabados entre 1973 y 1985), así como del Románico catalán y la arquitectura modernista de Antoni Gaudí.​ A la vez, era un admirador del arte y la filosofía orientales, que como Tàpies diluyen la frontera entre materia y espíritu, entre el hombre y la naturaleza. Influido por el budismo, mostró en su obra cómo el dolor, tanto físico como espiritual, es algo inherente a la vida.​

La iniciación de Tàpies en el arte fue a través de dibujos de corte realista, principalmente retratos de familiares y amigos. Su primera toma de contacto con el arte de vanguardia de la época lo llevó a adscribirse a un surrealismo de tono mágico influenciado por artistas como Joan Miró, Paul Klee y Max Ernst, estilo que cristalizó en su etapa de Dau al Set.​

Dau al Set fue un movimiento influido principalmente por el dadaísmo y el surrealismo, pero que también se nutrió de múltiples fuentes literarias, filosóficas y musicales: redescubrieron al místico mallorquín Ramon Llull, a la música de Wagner, Schönberg y el jazz, a la obra artística de Gaudí y literaria de Poe y Mallarmé, a la filosofía de Nietzsche y el existencialismo alemán, a la psicología de Freud y Jung, etc. Su pintura era figurativa, con un marcado componente mágico-fantástico, así como un carácter metafísico, de preocupación por el destino del hombre.​

Tras su paso por Dau al Set, en 1951 comenzó una fase de abstracción geométrica, pasando en 1953 al informalismo: en 1951 viajó a París, donde conoció las nuevas corrientes europeas, así como las nuevas técnicas pictóricas (dripping, grattage, etc.); aquí contactó con artistas informalistas como Jean Fautrier o Jean Dubuffet. El informalismo fue un movimiento surgido tras la Segunda Guerra Mundial, que muestra la huella dejada por el conflicto bélico en una concepción pesimista del hombre, influenciada por la filosofía existencialista. Artísticamente, los orígenes del informalismo se pueden rastrear en la abstracción de Kandinsky o en los experimentos realizados con diversos materiales por el dadaísmo. El informalismo busca además la interrelación con el espectador, dentro del concepto de “obra abierta” expresado por el teórico italiano Umberto Eco.​

Dentro del informalismo, Tàpies se situó dentro de la denominada “pintura matérica”, también conocida como “art brut”, que se caracteriza por la mixtificación técnica y el empleo de materiales heterogéneos, muchas veces de desecho o de reciclaje, mezclados con los materiales tradicionales del arte buscando un nuevo lenguaje de expresión artística. Los principales exponentes de la pintura matérica fueron, además de Tàpies, los franceses Fautrier y Dubuffet y el español Manolo Millares.​ El informalismo matérico fue desde los años 1950 el principal medio de expresión de Tàpies, en el que con distintas peculiaridades trabajó hasta su fallecimiento.

Las obras más características de Tàpies son las que aplica su mixtura de diversos materiales en composiciones que adquieren la consistencia de muros o paredes, a las que añade distintos elementos distintivos a través de signos que enfatizan el carácter comunicativo de la obra, semejando el arte popular del "grafiti". Esta consistencia de muro siempre ha atraído a Tàpies, al cual además le gustaba relacionar su estilo con la etimología de su propio apellido:

“El muro es una imagen que encontré un poco por sorpresa. Fue después de unas sesiones de pintura en las que me peleaba tanto con el material plástico que utilizaba y lo llenaba de tal cantidad de arañazos que, de pronto, el cuadro cambió, dio un salto cualitativo, y se transformó en una superficie quieta y tranquila. Me encontré con que había pintado una pared, un muro, lo cual se relacionaba a la vez con mi nombre”.​
Asimismo, tiene una primordial significación en la obra de Tàpies el carácter iconográfico que añade a sus realizaciones a través de distintos signos como cruces, lunas, asteriscos, letras, números, figuras geométricas, etc.28​ Para Tàpies estos elementos tienen una significación alegórica relativa al mundo interior del artista, evocando temas tan trascendentales como la vida y la muerte, o como la soledad, la incomunicación o la sexualidad. Cada figura puede tener un significado concreto: en cuanto a las letras, A y T son por las iniciales de su nombre o por Antoni y Teresa (su mujer); la X como misterio, incógnita, o como forma de tachar algo; la M la explica de la siguiente manera:

“Todos tenemos una M dibujada en las líneas de la palma de la mano, lo cual remite a la muerte, y en el pie hay unas arrugas en forma de S; todo combinado era Muerte Segura”.​
Otro rasgo distintivo en Tàpies era la austeridad cromática, generalmente se movía en gamas de colores austeros, fríos, terrosos, como el ocre, marrón, gris, beige o negro.​ El artista nos da su propia explicación:

“Si he llegado a hacer cuadros sólo con gris, es en parte por la reacción que tuve frente al colorismo que caracterizaba el arte de la generación anterior a la mía, una pintura en la que se utilizaban mucho los colores primarios. El hecho de estar rodeado continuamente por el impacto de la publicidad y las señalizaciones características de nuestra sociedad también me llevó a buscar un color más interiorizado, lo que podría definirse como la penumbra, la luz de los sueños y de nuestro mundo interior. El color marrón se relaciona con una filosofía muy ligada al franciscanismo, con el hábito de los frailes franciscanos. Hay una tendencia a buscar lo que dicen los colores alegres: el rojo, el amarillo; pero en cambio para mí, los colores grises y marrones son más interiores, están más relacionados con el mundo filosófico”.​
En su obra Tàpies reflejó una gran preocupación por los problemas del ser humano: la enfermedad, la muerte, la soledad, el dolor o el sexo. Tàpies nos dio una nueva visión de la realidad más sencilla y cotidiana, enalteciéndola a cotas de verdadera espiritualidad. La concepción vital de Tàpies se nutría de la filosofía existencialista, que remarca la condición material y mortal del hombre, la angustia de la existencia de que hablaba Sartre;​ la soledad, la enfermedad, la pobreza que percibimos en Tàpies la encontramos también en la obra de Samuel Beckett o Eugène Ionesco. El existencialismo señala el destino trágico del hombre, pero también reivindica su libertad, la importancia del individuo, su capacidad de acción frente a la vida; así, Tàpies pretendía con su arte hacernos reflexionar sobre nuestra propia existencia:

“Pienso que una obra de arte debería dejar perplejo al espectador, hacerle meditar sobre el sentido de la vida”.​
En los años 1970, influenciado por el pop-art, empezó a utilizar objetos más sólidos en sus obras, como partes de muebles. Sin embargo, la utilización de elementos cotidianos en la obra de Tàpies no tiene el mismo objetivo que en el pop-art, donde son utilizados para hacer una banalización de la sociedad de consumo y los medios de comunicación de masas; en cambio, en Tàpies siempre está presente el sustrato espiritual, la significación de los elementos sencillos como evocadores de un mayor orden universal.​

Se suele considerar a Tàpies como precursor del arte povera, en su utilización de materiales pobres y de desecho, aunque nuevamente hay que remarcar la diferencia conceptual de ambos estilos.

En su obra más característica dentro del informalismo matérico, Tàpies empleaba técnicas que mezclaban los pigmentos tradicionales del arte con materiales como arena, ropa, paja, etc., con predominio del collage y el assemblage, y una textura cercana al bajorrelieve.

Tàpies definía su técnica como “mixta”: pintaba sobre tela, en formatos medios, en posición horizontal, disponiendo una capa homogénea de pintura monocromática, sobre la que aplicaba la ”mixtura”, mezcla de polvo de mármol triturado, aglutinante, pigmento y óleo, aplicado con espátula o con sus propias manos.​

Cuando estaba casi seco hacía un grattage con tela de arpillera, aplicada sobre la superficie, y cuando estaba adherida la arrancaba, creando una estructura de relieve, con zonas rasgadas, arañadas o incluso horadadas, que contrastan con los cúmulos y densidades matéricas de otras zonas del cuadro. A continuación, hacía un nuevo grattage con diversos útiles (punzón, cuchillo, tijeras, pincel). Por último, añadía signos (cruces, lunas, asteriscos, letras, números, etc.), en composiciones que recuerdan el grafiti, así como manchas, aplicadas mediante dripping.

No añadía elementos de fijación, por lo que las obras se degradaban rápidamente –la mixtura es bastante efímera–; sin embargo, Tàpies defendía la descomposición, como pérdida de la idea de la eternidad del arte, le gustaba que sus obras reflejasen la sensación del paso del tiempo. A ello contribuía también sus propias huellas en la obra, las incisiones que practicaba, que para él eran un reflejo de la naturaleza.​
Los inicios de Tàpies fueron en el terreno del dibujo, generalmente en tinta china, dedicándose principalmente al retrato, preferentemente de familiares y amigos, de gran realismo: Josep Gudiol, Antoni Puigvert, Pere Mir i Martorell, Autorretrato (1944).9​ Se empezó a interesar por técnicas novedosas, y comenzó a dejar sus huellas en la obra: Zoom (1946), retrato invertido, en forma de sol, con un tono amarillo influido en Van Gogh y un blanco de España muy puro, dando una fuerte luminosidad.

Hacia 1947 realizó dibujos más fluidos, con influencia de Matisse. Más tarde comenzó su obra ya auténticamente personal, con materiales espesos y pinceladas cortas y separadas, con un aire primitivo y expresionista, con una temática mágica y panteísta (Tríptico, 1948).​

Durante la etapa de Dau al Set, Tàpies se enmarcó en un surrealismo mágico figurativo, con influencia de Joan Miró, Paul Klee y Max Ernst: Ninfas, dríadas y arpías (1950), ambiente nocturno, con influencia de Henri Rousseau en la vegetación; El gato, con influencia de Klee, fuertes claroscuros, mundo fantástico, irreal, colores oscuros; El dolor de Brunhilde, con influencia del expresionismo alemán en los contrastes de color, luz y sombra.

Por último, tras su paso por Dau al Set, en 1951 comenzó una fase de abstracción geométrica, pasando en 1953 al informalismo de tendencia matérica que sería característico de su obra. Sus realizaciones fueron adquiriendo una densidad más gruesa, con empastes muy densos, incorporando el grattage, que solía efectuar con el pincel invertido, creando relieve. También realizó collages con papel de periódico o cartulina, y materiales reciclados o incluso detríticos, mostrando la influencia de Kurt Schwitters (Collage de cruces, 1947; Collage de cuerdas y arroz). Sus colores típicos eran oscuros: castaño, ocre, beige, marrón, negro; el blanco suele ser “sucio”, mezclado con tonos oscuros. Tan sólo esporádicamente se explayaba en colores vibrantes, como el rojo (Rojo y negro con zonas arrancadas, 1963-1965) y el azul (Azul y dos cruces, 1980).​

En 1954 realizó unos plafones escultóricos en relieve en la fachada del edificio de oficinas Finanzauto, en la calle Balmes 216 de Barcelona, con motivos alusivos a los escolapios, propietarios del edificio.​

Entre 1955 y 1960 tuvo su período más radicalmente matérico, con un estilo austero, con colores neutros, de la tierra, y profusión de signos: cruz, T (de Tàpies), cruz en aspa (X), 4 (por los cuatro elementos y los cuatro puntos cardinales, como símbolo de la tierra), etc.: Gran pintura gris (1956), Gran óvalo (1956), Óvalo blanco (1957), Pintura en forma de T (1960).​

También es importante en la obra de Tàpies la presencia del cuerpo humano, generalmente en partes separadas, de formas esquemáticas, muchas veces con apariencia de deterioro, el cuerpo aparece rasgado, agredido, agujereado.​ Así lo percibimos en El fuego interior (1953), torso humano en forma de tela de arpillera descompuesta por quemaduras; Relieve ocre y rosa (1965), figura femenina arrodillada; Materia en forma de axila (1968), en que a la figura de un torso mostrando la axila añade cabellos reales; Cráneo blanco (1981) evoca las “vanitas” del barroco español, el recordatorio de la caducidad de la vida; Cuerpo (1986) refleja una figura yaciente, evocadora de la muerte –lo que se acentúa por la palabra “Tartaros”, el infierno griego–; Días de Agua I (1987), un cuerpo que se sumerge en olas de pintura gris, evocando la leyenda de Hero y Leandro.

Otra de las características de Tàpies es su profusa utilización de los más diversos objetos dentro de sus obras:​ Caja de cordeles (1946) ya anticipaba esta tendencia, con una caja llena de cordeles dispuestos de forma radial que recuerdan una cabellera; Puerta metálica y violín (1956) es una curiosa composición de los dos elementos citados, aparentemente antitéticos, uno por su carácter prosaico y otro por su elevada connotación artística e intelectual; Paja prensada con X (1969), para Tàpies la paja evoca el renacer de la vida, su vinculación con los mitos solares; Cojín y botella (1970), nueva conjunción de dos objetos dispares, pretende contraponer un cojín de refinado gusto burgués con una simple botella de vidrio de aire casi proletario.

También son importantes en Tàpies las figuras geométricas, quizá influidas por el Románico catalán o el arte primitivo y oriental:​ Óvalo blanco (1957), círculo como símbolo solar y de perfección y eternidad; Materia doblada (1981), lienzo semejante al sudario de Cristo, con ciertas reminiscencias que recuerdan a Zurbarán, pintor admirado por Tàpies; La escalera (1974), como símbolo de ascensión, inspirado en obras de Miró como Perro ladrando a la luna o Carnaval del Arlequín.

Aunque la evolución de la obra tapiana fue uniforme desde sus inicios en el informalismo, con el paso del tiempo se produjeron sutiles diferencias tanto en técnicas como en contenidos: entre 1963 y 1968 recibió cierta influencia del pop-art, en su acercamiento al mundo de la realidad circundante, en que se destaca el objeto cotidiano: Materia en forma de sombrero, El marco, La mujer, Materia en forma de nuez, Mesa y sillas (1968), Materia con manta (1968), Gran paquete de paja (1968), Paja prensada (1969). Entre 1969 y 1972 dio preponderancia a los temas catalanes: Atención Cataluña (1969), El espíritu catalán (1971), Pintura románica con barretina (1971), Sardana (1971), Inscripciones y cuatro barras sobre arpillera (1971-1972), Cataluña-Libertad (1972).​

En el periodo 1970-1971 tuvo una etapa conceptualista, trabajando con materiales detríticos, con manchas de grasa o materias brutas: Pica de lavar con cruz, Mueble con paja, Palangana con Vanguardias, Paja cubierta con trapo. Después de una época de crisis hasta finales de los 70, en que se centró en la escultura y el grabado, desde 1980 renovó técnicas y temáticas, volviendo a un cierto informalismo. Asimismo, durante esa década, por influencia del arte postmoderno –especialmente el neoexpresionismo alemán–, incorporó más elementos figurativos, generalmente como homenaje a estilos y artistas tradicionales de la historia del arte, como en Recuerdo (1982), que alude a Leonardo Da Vinci, o Materia ocre (1984) y Mancha marrón sobre blanco (1986), que evocan al Barroco.​

En los años 1990 recibió una serie de encargos institucionales: en 1991 realizó Las cuatro crónicas, en la Sala Tarradellas del Palacio de la Generalidad de Cataluña.34​ En 1992 se encargó de la decoración mural de los pabellones de Cataluña y del Comité Olímpico Internacional para la Exposición Universal de Sevilla.​ Ese mismo año se suscitó una fuerte polémica por el proyecto encargado por el Ayuntamiento de Barcelona para decorar la Sala Oval del Palacio Nacional de Montjuïc, sede del MNAC. Tàpies proyectó una escultura en forma de calcetín, de 18 metros de altura, con la significación, según él, de “un humilde calcetín en cuyo interior se propone la meditación y con el que quiero representar la importancia en el orden cósmico de las cosas pequeñas”. Sin embargo, debido al rechazo popular al proyecto y a la oposición de la Generalidad de Cataluña, la obra finalmente no se llevó a término. Aun así, años más tarde el artista retomó el proyecto y construyó su obra en la terraza de la Fundación Antoni Tàpies, como principal obra representativa de la Fundación tras su reapertura en 2010, después de dos años de reforma del museo. Pese a todo, no se construyó el proyecto original de 18 metros, sino una versión reducida de 2,75 metros.​

En 1994 Tàpies recibió el encargo por parte de la Universidad Pompeu Fabra de adecuar un espacio como capilla laica, es decir, como espacio de recogimiento para la reflexión y la meditación. El espacio formaba parte del Ágora Rubió i Balaguer de la universidad, diseñada por el arquitecto Jordi Garcés, que une subterráneamente los antiguos edificios de los cuarteles de Roger de Llúria y Jaume I, y que además de la capilla contiene un auditorio y una sala de exposiciones. Tàpies concibió el espacio como un refugio del mundo exterior, dejando la estructura arquitectónica como estaba, con paredes de hormigón, instalando una serie de intervenciones artísticas para completar el aire de recogimiento de la capilla: el mural Díptico de la campana y la escultura Serpiente y plato, así como unas sillas de espadaña colgadas en una pared y una alfombra de arpillera, todo para producir un ambiente de meditación y reposo. La escultura se sitúa sobre un altar, con un gran plato de porcelana sobre el que se sitúa la serpiente; podemos vislumbrar el antecedente del proyecto del calcetín para el Palacio Nacional, que también se habría situado sobre un altar.​


En escultura, desde sus inicios en la técnica del assemblage en la década de los 70 pasó a la utilización de la terracota desde 1981 y del bronce desde 1987, siempre en una línea parecida a la de su pintura, con técnicas mixtas y utilización de materiales reciclados o de desecho, en asociaciones a veces insólitas que buscan impactar al espectador. Destacan su Homenaje a Picasso (Parque de la Ciudadela, 1983), y el mosaico cerámico de la Plaza de Cataluña de San Baudilio de Llobregat (1983), así como la instalación titulada Nube y silla en la Fundación Tàpies (1989).


Diego de Giráldez

Manuel Diego Gómez de Giráldez, creador del movimiento “Realismo NAS”, más conocido como Diego de Giráldez, este vigués de adopción, enamorado de las Rías Baixas y Pontevedra, que allá por donde va presume de Vigo, A Cañiza y de Galicia, posiblemente sea uno de los mejores artistas que dio España en los últimos años. Es un pintor, escultor, dibujante, anatomista y escritor gallego/español, artista universal, multidisciplinar, vinculado al realismo y creador del “Realismo NAS”, cuya figura va agrandándose con el tiempo hasta estar entre los más destacados artistas contemporáneos vivos. Nacido en el seno de una familia pequeño burguesa, en A Cañiza (Pontevedra), el 8 de Marzo de 1956 y vigués de adopción desde 1964.

Siendo muy joven se traslada con su familia a Vigo donde compagina sus estudios, debido a su gran talento artístico, con los de dibujo y pintura en la Escuela de Artes y Oficios de la cuidad, luego continua estudios en Cataluña: Olot, Gerona y Barcelona, además, sus inquietudes artísticas le llevan a frecuentes tertulias con intelectuales y artistas de la época, tanto en Vigo y Pontevedra como posteriormente en Cataluña. Muchas de las obras realizadas en esa etapa por este hombre humilde, sencillo y amante de la soledad para crear, obras de carácter realista, y otras anteriores realizadas con carbones de la lareira sobre papel de estraza, se conservan en el Museo Diego de Giráldez, en la Plaza Mayor de la Villa de A Cañiza.

Decía el crítico de TVE y escritor Santiago Amón  que: “Diego de Giráldez es uno de los grandes del realismo español contemporáneo. "Realismo", donde encuentra la implicidad de su poesía. En su obra se reencuentra con lo onírico, con las cosas mismas y las traslada a la faz incitante del lienzo con precisión lírica. Diego de Giráldez, sabe que el arte es absolutamente inseparable del trabajo, del oficio. Sabe también que el blanco más blanco nace de la explosión comunitaria de todos los colores, y que el negro más negro surge cuando la noche se apodera del fulgor del arco-iris, ……….”.
Diego de Giráldez sabe que el arte es inseparable del trabajo, este hombre de talento autodidacta para la creación de obras de arte, sabe que no todo mundo que nace como un genio llega a ser un artista por qué el arte no sólo es un don con el que se nace, sino que es necesario alimentarlo con mucho trabajo y dedicación, es necesario emplear muchísimo tiempo, muchísimas horas, no sólo en aprender todo lo que se pueda, sino en educar y formar el propio talento y él lo hace en el silencio que tanto valora, donde encuentra los pinceles de la poesía del Alma, que es creación, es arte, no en el bullicio “inartístico” del corazón. Sabe que la creación artística necesita de la soledad del creador, sabe que la denominada “democratización” de la creación artística lo que democratizó fue la mediocridad y la convirtió en el signo de identidad de una parte importante del arte contemporáneo.

En una de sus primeras exposiciones colectivas, nos decía Xosé Francisco Armesto Faginas, escritor y periodista que dejó su impronta en varias publicaciones y periódicos: La Vanguardia, El Pueblo Gallego, La Voz de Galicia, …., y que fue director de Faro de Vigo, del Museo de Vigo y de la Escuela de Artes y Oficios de la ciudad olívica, que: “Los primeros en descubrir a este niño pintor, que vive por y para el arte, fueron Álvaro Cunqueiro, Francisco J. Sánchez Cantón y Filgueira Valverde, a finales de los pasados 60…….. Un joven artista que, siendo constante en el trabajo, va creciendo sin bajarse de la humildad……..”. En otra ocasión comentó: “Alvaro Cunqueiro, en tantas cousas mestre, que tivo tamén moito de neno grande, foi un dos primeiros que celebrou a pintura de Diego Giráldez. Atopo moitas cousas en común entre ámbolos dous, por exemplo -algo non cativo- o amor polas pequenas cousas, a ledicia, poño por caso, ó sentir o canto dun paxaro ou dun galo, coma quen escoita a voz do mestre solista dun gran coro…….”

Realizó su primera exposición individual en 1975 en la Sala Van Gogh en Vigo, que le abrió camino a muchas otras exposiciones en la Península Ibérica, transcurrían los años 70. Antes, en 1966, había empezado a asistir a la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, para dos años después comenzar, a petición de sus profesores, a realizar algunas exposiciones colectivas, entre otros lugares, en la misma Escuela de Artes y Oficios. Recibe distintos premios en concursos de dibujo y pintura. Sigue en 1970, 71, 72, y 73 mostrándose en distintas exposiciones colectivas y a finales de 1974 en una pequeña muestra individual en As Travesas-Vigo.

Sobre el artista nos decía el crítico de arte y miembro de la Real Academia Gallega  de Bellas Artes, Francisco de Pablos,  en los años finales de los 70, que es: “Inconfundible la obra de este pintor, hiperrealista y sin embargo con frecuencia onírico. Hijo de un marino y una emprendedora, vive su infancia en la villa natal, en un ámbito casi campesino. A los 8 años su familia se traslada a Vigo y se instala en la calle Real, de peculiar arquitectura decimonónica, entre la Colegiata neoclásica y el barrio marinero del Berbés. Diego queda huérfano de padre un año antes, y ya se interesa por el dibujo y la pintura. Su madre alienta esta vocación y aunque con muchas dificultades, debido al estado económico en el que quedó la familia tras el fallecimiento del padre, lo lleva a Madrid para visitar el Museo del Prado nuevamente, puesto que ya lo había visitado cuando vivía su progenitor. El niño devora libros de medicina, especialmente de anatomía. Y trabaja con pasteles, carboncillo y oleo, deseando dominar la técnica, que llega a ser en él pasión casi enfermiza.
Su primera exposición la realiza en Vigo, en 1975, con éxito sorprendente. Salta a Cataluña y allí se confirma su acogida. Repite incansablemente exposiciones en toda España, hasta el punto de que no debe quedar ciudad o villa importante donde no haya mostrado su obra. Viaja por Europa y pasa larguísimas jornadas en los museos. Llega a conocer a fondo a Velázquez, Zurbarán, Goya. Su obra es seleccionada para la muestra colectiva denominada «Maestros del realismo español de la vanguardia». Expone en el extranjero, sorprendiendo siempre la peculiar actitud plástica que adopta, con verismo impresionante en sus representaciones, en las que, sin embargo, hay una fantasía evidente y un inquietante misterio implícito.
De Suiza a Portugal su obra gana prestigio. La elogia el gran crítico, prematuramente muerto, Santiago Amón. La adquieren museos de España y del extranjero. En cierto modo, es único e irrepetible.
También su peculiar modo de utilizar la técnica y los pigmentos empleados.
Giráldez es un realista diferente. Cuando representa un objeto, cualquier cachivache doméstico -un vaso, un huevo- su representación lo separa del mundo común para mayusculizarlo y ser únicamente él, El Huevo, El Vaso, el Excelentísimo Señor Huevo humilde y magnificado.
Sus cuadros religiosos representan un mundo diferente, táctil, obsesionante. Sus gallos muertos parecen vivir en una imaginaria taxidermia. La deliberada desproporción entre los objetos representados nos conduce a un surrealismo también peculiar. Desde la máxima exactitud referencial, la pintura de Diego de Giráldez es inquietante, capaz de conmover al espíritu menos sensible”.

En los años 80 le llega el gran reconocimiento con exposiciones individuales en las más importantes ciudades de España y Europa, lo que le convierte en un viajero impenitente, recorriendo toda Europa con exposiciones. La temática de su obra va desde el bodegón y el paisaje hasta la figura, retrato o composiciones, todo ello dentro de su creación del movimiento “Realismo NAS”  en el que se combina el naturalismo, la abstracción y surrealismo. Obras en las que se respira el amor por la soledad del artista, el silencio de su intimismo y el concepto lírico de los ambientes que no dejan indiferente al contemplador. Así se recoge en los distintos escritos que sobre su obra y personalidad, durante su dilatada carrera artística, han realizado las distintas plumas de personalidades y eruditos que han participado con comentarios y críticas de arte, tanto en conferencias, libros, ….., como en la prensa escrita, la radio y la TV: Camilo José Cela, F. J. Sánchez Cantón, Filgueira Valverde, Fernándel del Riego, Álvaro Cunquiero, Carlos Casares, Ramón Piñeiro, Santiago Amón, Ramón Faraldo, Robert Hughes, Gerardo Diego, Armesto Faginas, Enrique Gómez, Marcelo Otero, Serafín Villanueva, Eugenio Montes, Campoy, de Castro Arines, Camón Aznar, García-Sabell, Antón Fraguas, Blanco-Amor, Laxeiro, Paz Andrade, Antón Castro, Costa Clavell, Jordi Soletura, Mariano Rajoy, Manuel Fraga, Francisco de Pablos, Alfonso Sánchez, Illa Couto, David Mourào-Ferreira, Sánchez Bargiela, Florenci Criville i Estraqui, Richard Arnold, Fernando Elorrieta, Panizo del Val, Rubio Moblot, Lorenzo García–Diego Pérez, Breo de Gómez, Nelly María Pérez, Juan Antonio Sánchez García, Hidalgo Cuñarro,  Mª Luisa Ilarri Junquera, Amiguetti Sánchez, Verdera Franco, López de Ayala, Almodóvar Azorín, Osuna Ruíz, Fernando Franco, Vinardell, José González Ortiz, Gavira, Gerardo Pérez Calero, Sánchez Ruyz, Ángel Arnaiz, Chaparro Quieja, Victor Gay, Manuel Forcadela, Fernando Mon, José A. Perozo, Jesús Pando, Manolo Pérez, César Rovira, Vallejo-Nágera, María do Carme Krukenberg, Santos San Cristóbal Sebastián, Bieito Ledo, Jesús Guerra, Lalo Vázquez Gil, Rafael Ruíz Sanchidrián,  Román Pereiro,  Manuel Almeida Brandáo, Manuel Jorge Pereira de Carvalho, Ana Paula Cardoso, Gaspar Alorda Fiol, Margarida Ruas Gil Costa dos Santos, Ana García Martín, Pedro Machuca Bernal, Sergio Mourâo,  Pedro Ardá Lubeira, César Mera, José M. Barros, Torrente Ballester, Avelino Antón, A. Fontán, Cristina Fernández de Kirchner, Alfredo Goberna, Adriano Marques de Magallanes, Antonio P. Lamela, Juan Pablo II,….., entre otros. Así como numerosos comentarios y artículos de periodistas locales, en las páginas culturales de los distintos medios de comunicación de distintas partes del mundo, aparte de los críticos, escritores,....…., que han participado en su extensa bibliografía y los periodistas eruditos que escriben en las revistas, webs, blogs o páginas especializas.

Diego de Giráldez es un trabajador e investigador  infatigable, amante de lo humilde –incluso se refleja en muchos de sus cuadros- y aunque le gusta la soledad es un discutidor razonante, en ocasiones de misteriosa o sibilina dialéctica. Su tez blanca y figura menuda y enjuta está, se le ve, en todas partes, parece tener el don de la ubicuidad, lo vemos en Galicia, en las dos Castillas, en Madrid, en Andalucía, Extremadura, Barcelona, Lisboa, Oporto, París, Zurich,…….., o en el mismo Vaticano. Su presencia en los veranos de A Cañiza se hace proverbial, se le ve por su Casa Museo en tertulia con  vecinos de la Villa del Jamón, con visitantes o estudiantes de Bellas Artes que visitan su Museo  o con periodistas que le van a entrevistar. 

Recibió varios/numerosos premios y homenajes  a lo largo de su vida artística, además de habérsele concedido por unanimidad el Título de Hijo Predilecto de A Cañiza.

Su obra está presente en muchos de los museos del mundo: Europa, América, Asia y África -más de 150- y en numerosas colecciones institucionales y privadas de todo el mundo.

Desde el comienzo de su carrera artística realizó más de 400 exposiciones individuales por diversos países y participó en múltiples muestras colectivas.

En el campo de la anatomía física/artística ha realizado múltiples obras, impartido conferencias y escrito diversos libros, etc.

A partir de 1982, Diego de Giráldez,  fue invitado a formar parte de innumerables jurados para otorgar distintos e importantes premios de pintura.

 Sobre este artista existe una extensa bibliografía, tanto en España como en Portugal.



Eduardo Arroyo

Entre los pintores españoles más famosos de la historia se encuentra Eduardo Arroyo, un pintor madrileño que utilizó su creatividad y talento como herramienta de protesta; en sus obras se encuentra implícita una huella crítica utilizada para ridiculizar a los dictadores, los toreros e incluso a artistas célebres como Marcel Duchamp y Joan Miro; esta postura artística de Eduardo Arroyo generalmente ha causado controversia entre el público y los críticos de arte.
El trabajo de Arroyo apuesta por la vanguardia y la experimentación abstracta; asimismo, el pintor español ha creado sus composiciones pictóricas basado en una gran influencia del realismo, el expresionismo y la abstracción. Arroyo instituye sus imágenes en una serie de conceptos que incluyen la yuxtaposición de imágenes coloridas que representan un trabajo ramificado del pop art.


Mariano Andreu Estany

Mariano Andreu fue un pintor español importante, escenógrafo, dibujante catalán; Andreu fue un prolífico artista autodidacta. Mariano comenzó su carrera creativa como ilustrador de revistas en Francia, en este país aprendió diversas técnicas gráficas como la litografía y el grabado.
El trabajo que Andreu realizó durante toda su carrera ha hecho que no pueda ser catalogado en alguna corriente artística especifica; sin embargo, las características de sus pinturas eran elementos ornamentalistas y artesanos.
Durante su mayor apogeo, Mariano Andreu participó en afamadas exposiciones en la Galería del Fayans Catalá (1911), el Salón de Artistas y Artistas de Barcelona (1916) y en la Ciudad Condal en el Salón Parés (1934). Actualmente, parte de su obra puede ser apreciada en el Centre de Documentació i Museu de les Arts Escèniques de Barcelona y en el Museu d’Art Modern de Barcelona.


Antonio Peris Carbonell

Antonio Peris Carbonell nació en 1957 en Valencia, España. Carbonell se caracterizó principalmente por sus trabajos como pintor, sin embargo, a su labor creativa también se añaden trabajos en materia de escultura. Una de sus afamadas obras conocida como “La Caravana” fue realizada cuando apenas contaba con 12 años de edad.
Debido a su gran talento artístico, se matriculó en la Escuela de Artes y Oficios de Valencia, en la década de los 70 fue recibido en la Escuela de San Carlos de Bellas Artes, Valencia, para continuar con su instrucción artística.
Fue hasta el año de 1985 cuando Antonio Peris Carbonell realizó su primera exposición individual, la cual tuvo una gran aceptación por parte de los expertos; tal fue el recibimiento de su trabajo individual que en dos día vendió todo el lote de sus obras.
Las pinturas de Peris Carbonell son un compendio de colores vibrantes, que se centran en una vena del expresionismo con tendencias místicas; las imágenes que presenta van desde paisajes naturales hasta escenas religiosas. Carbonell ha sido aclamado por la Crítica Internacional de Arte en Madrid y ha sido denominado un digno “representante del expresionismo místico español actual”.


Joaquín Espalter y Rull

Joaquín Espalter y Rull nació en Barcelona en el año 1809. Este pintor e ilustrador español realizó obras enfocadas a la pintura decorativa, histórica, religiosa y el retrato. Fungió como académico de la Escuela Superior de Bellas Artes y fue profesor emérito de la Real Academia de San Fernando.
El carácter de su trabajo se encuentra representado en la decoración diversos recintos como el Teatro del Instituto, el Teatro del Príncipe, el Palacio del Congreso, el salón de baile en el Palacio Gaviria y en el Paraninfo de la Universidad Central que congrega imágenes de hombres distinguidos y retratos alegóricos.
Su trabajo pictórico se basa en temas melancólicos, su técnica se caracteriza por la realización pulcra del dibujo acompañada por una gran gama de colores. Como ilustrador su obra más reconocida fue la realizada para El Quijote; en materia pictórica su trabajo más emblemático es La era cristiana, realizada en 1871.


Otros pintores cuya obra también excepcional están estudiando nuestros equipos y que posiblemente se agreguen en un breve espacio de tiempo, son:

Alonso Cano
Fernando Álvarez de Sotomayor
Hermenegildo Anglada Camarasa
Pedro Berruguete
Aureliano de Beruete
Ramón Casas i Carbó
José Casado del Alisal 
Mateo Cerezo
Claudio Coello
Carlos de Haes
Juan de Juanes
Juan de Valdés Leal
Eugenio Fernández Granell
Mariano Fortuny
José Gutiérrez Solana
Vicente López Portaña
Eugenio Lucas Villaamil
Pedro Machuca
Raimundo Madrazo
Maruja Mallo
Joaquín Mir
Luis de Morales
Antonio Muñoz Degrain
Eduardo Naranjo
Isidre Nonell i Monturiol
Francisco Pacheco
Pablo Palazuelo
Jenaro Pérez Villaamil
Francisco Pradilla
Darío de Regoyos
Francisco Ribalta
Eduardo Rosales
Santiago Rusiñol
Joan Tuset i Suau
Daniel Vázquez Díaz
Ignacio Zuloaga

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