Pablo Palazuelo
Pablo Palazuelo de la Peña
(Madrid, 6 de octubre de 1915-Galapagar, Madrid; 3 de octubre de 2007) fue un
pintor, grabador y escultor español. Entre sus reconocimientos se cuentan el
Premio Kandinsky en 1952 y el Premio Velázquez en 2004.
En 1932 inicia la preparación para el ingreso en la Escuela
de Arquitectura de Madrid aunque será finalmente en Londres en 1933 cuando
comience a estudiar arquitectura (School Of Arts and Crafts de la Universidad
de Oxford). A partir de 1939 se dedica solamente a la pintura.
En 1945 concurre con un retrato a la Exposición Nacional de
Bellas Artes y participa en la primera exposición de la llamada Escuela de
Madrid organizada por la Galería Buchholz. Comienza a realizar sus primeros
dibujos abstractos en 1947. En 1948 el Instituto Francés le ofrece una beca
para estudiar en Francia.
Este mismo año expone en la Galería Denise René de París, lo
que va a suponer un gran empuje a la difusión de su obra. En 1949 comienza su
relación con la Galería Maeght, entrando en la nómina de esta prestigiosa
galería —una de las más importantes del mundo— donde expondrá de manera
continuada hasta los años 80. En 1950 empieza su relación de amistad con
Eduardo Chillida. Ese mismo año expone en el Museo de Toronto.
1955 destaca en su biografía como el año en que celebra su
primera exposición individual en la Galería Maeght y es invitado a participar
en el Certamen Carnegie de Pittsburg.
Colabora con diversos números de la revista de artes
Derrière le Miroir. En 1961 retoma la escultura. En 1964 participa en una
exposición en la sala Juana Mordó de Madrid y continúa enviando obras a los
certámenes del Carnegie Institute of Art de Pittsburg.
En 1974 se instala en Monroy, en un castillo, cerca de
Cáceres. En los siguientes años sus exposiciones se van haciendo más habituales
en España (Galería Theo Madrid), Barcelona (Galería Maeght) y París (Galería
Maeght) y finalmente en 1981 se presenta la monografía sobre su obra editada
por Maeght realizada en colaboración con Claude Esteban.
Sus esculturas ocupan un mayor espacio dentro de su obra
(Arquitectura I) la serie Lauda. Comienza a participar en los certámenes Arco
de Madrid de mano de la Galería Maeght-Lelong.
En 2006 - 2007 se exhibe una amplia retrospectiva de su obra
en el Museo Macba de Barcelona y en el Museo Guggenheim de Bilbao.
El Museo Universidad de Navarra contiene un importante
conjunto de sus obras: ocho pinturas, dos dibujos y una escultura, que abarcan
un periodo de producción desde 1958 hasta 1990.
Palazuelo falleció el 3 de octubre de 2007 a los 91 años de
edad en su casa de Galapagar (Madrid).
La obra de Palazuelo sobre todo es fruto de una concepción
dominante de la abstracción excesivamente lineal, que arranca con las
experiencias postimpresionistas en el tránsito hacia el siglo XX y que en los
años sesenta logra sus últimas consecuencias con el minimalismo. Según esta
articulación de carácter teológico, la abstracción es la culminación de los
principios de anatomía y de pura visualidad propias del arte. La hegemonía
indiscutida de este discurso ha hecho que otro tipo de prácticas y de estéticas
que, pese a estar situadas dentro del arte moderno han interiorizado sus principios
de manera heterodoxa, hayan estado parcialmente ignoradas.
Palazuelo concibe el arte como «un camino para dar salida a
los problemas humanos». Sus referencias a la historia de la pintura son
continuas, y es especialmente importante la influencia en su trabajo de la
noción de línea derivada de la obra de Klee, que supone una auténtica
revelación para él. También reivindica a sus inicios su interés por
constructivistas rusos como Gabo y Pevsner, aun cuando rehúsa su concepción
científica de la geometría. La obra de Palazuelo ha sido clasificada por la
historiografía de los últimos treinta años como una abstracción de tipo
idealista, muy vinculada a corrientes de espiritualidad y a una concepción
sagrada del artista y de su obra. Pese a que Palazuelo se nutre de corrientes
de pensamiento vinculadas al esoterismo, la cábala y la filosofía y el
pensamiento orientales, también es cierto que por las matemáticas, la física y
el pensamiento científico son fundamentales su trabajo. El desarrollo de la
abstracción y el uso de la geometría en su obra están íntimamente ligados a un
proceso racional basado en el descubrimiento - no invención- de nuevas formas.
Esta descubierta constante que guía su trabajo se traduce en una tensión
manifestada a través de las variaciones interminables de las formas.
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