Nicolás Martínez Ortiz
Nicolás Martínez Ortiz de
Zárate nació en la bilbaína calle de
Colón de Larreategi el 3 de febrero de 1907 de padres bilbaínos, de origen
alavés y gipuzcoano, Nicolás Martínez Marañón y Rosario Ortiz de Zárate.
Falleció en 1991.
En su infancia tendrá especial trascendencia un verano que
pasó en un caserío de Oba, cerca de Dima, ya que dejará una profunda huella en
su vida y obra. Pronto, a la edad de diez años, ingresa en la Escuela de Artes
y Oficios del barrio bilbaíno de Atxuri. Allí se formó con grandes maestros
como Federico Sáez Venturini, Higinio Basterra, Vicente Larrea y Ángel
Larroque, en las destrezas del dibujo y la pintura. Paralelamente aprende el
oficio de litógrafo en el taller de su padre.
El esfuerzo y buen hacer le reportaron muy pronto premios en
la Escuela, y en 1924 la Beca Salces, convocada por el Ayuntamiento de la Villa
para continuar sus estudios en París. Será Paco Durrio quien acoja e introduzca
al joven Nicolás Martínez en los ambientes artísticos, en plena ebullición
creativa, de la capital del Sena.. Allí se matricula en la Academia de la
Grande Chaumière.
Gracias a una pensión concedida por la Caja de Ahorros
Municipal de Bilbao, su estancia en París se prolonga tres años más tras
finalizar la Beca Salces. Este tiempo lo aprovecha con intensidad, alternando
sus estudios en la Academia con visitas al Louvre, donde los grandes maestros
inspiran sus prácticas de dibujo y pintura.
Con objeto de cumplir el servicio militar, regresa
temporalmente a Bilbao y es éste el momento en el que realiza los murales del
cuartel de Garellano. En 1930 regresa a París para finalizar su formación.
Durante este tiempo participa en diversos concursos de carteles como por
ejemplo los organizados por el periódico Excelsior para la Vuelta ciclista al
País Vasco, concurso en el que gana todos los premios.
Concluida su formación regresa a su ciudad donde conoce y
entabla amistada con Arteta, Aronoa y Urrutia, con los que realizada algunos
murales, y participa en las exposiciones de la Asociación de Artistas Vascos en
el Museo de San Telmo, en la Galería Emporium de Barcelona, y en los salones de
la Asociación. En 1935 se casa con Lucia Guisáosla y Azcagorta.
Los años treinta son de intensa actividad dentro y fuera de
la Asociación de Artistas Vascos de la que es nombrado secretario. En vísperas
de la Guerra Civil el Gobierno de Euskadi le encarga los bocetos para el Hogar
del Miliciano, y los dibujos para la serie de billetes emitidos por el Banco de
España para el Gobierno de Euskadi.
Tras la Guerra Civil y, tras pasar una temporada en la
cárcel, vuelve a su actividad realizando algunos murales para los Altos Hornos
de Vizcaya, el Hotel Carlton, y las oficinas de Seguros Aurora Polar en Madrid,
entre otros.
Su trabajo en el ámbito del cartel no le apartó de su pasión
por la pintura que desarrolló en la soledad de su estudio durante casi veinte
años, admirado sólo por los más allegados que visitaban su estudio como
Alejandro de la Sota, Crisanto Lasterra, Llano Gorostiza o el pintor Jenaro
Urrutia. Aquí depura su estilo que se nutre del paisaje, el color y gentes del
país, que con frecuencia se relacionan con los paisajes de su infancia como él
mismo reconocía: "Me pregunto por esta preferencia y la única respuesta
válida debo de trasladarla a aquellas impresiones infantiles de Oba, a través
de las cuales hombres y mujeres me dieron la principal medida, la imagen
preponderan te en esos momentos de una tierra y de unas emociones que brotaban
para mi por primera vez".
En efecto, sus paisajes son los tantas veces andados y
recreados en sus lienzos, murales y carteles: Algorta, Ondarroa, Bermeo,
Elanchove, Garay, Bermeo, Bakio, o las márgenes de la ría de Bilbao. Las
figuras que los pueblan son las gentes que los habitan: pescadores, pastores,
agricultores, trabajadores de la industria en sus actividades. Sus figuras son
robustas, evidenciando su gusto por la monumentalidad que críticos como Llano
Gorostiza han relacionado con el belga Permeke o los expresionistas
alemanes. Sin duda su estilo está
próximo a los postulados cubistas que algunos han relacionado con los desnudos
postgeométricos picasianos.
En 1969 reanuda el contacto con el público iniciando la
actividad expositiva por diversas
capitales de todo el país que mantendrá hasta su muerte acaecida en 1991. Sus
obras forman parte de museos como el de Arte Contemporáneo de Madrid, el de
Arte Figurativo de Toledo, Museo de Vitoria o el de Bellas Artes de Bilbao.
Ahora, coincidiendo con la celebración del centenario de su
nacimiento el Ayuntamiento de Bilbao en colaboración con el Museo de Bellas
Artes y la familia del pintor ha querido homenajearle con una gran
retrospectiva en la que se podrán disfrutar muchas de sus obras, incluidas
algunas de colecciones privadas.
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