Jesús de Perceval
Jesús Pérez de Perceval del Moral (Almería, Andalucía,
España, 17 de abril de 1915- Ibídem, 3 de octubre de 1985), más conocido como
Jesús de Perceval, fue un pintor y escultor. Académico de la Real de Bellas
Artes de San Fernando, Hijo Predilecto de la Ciudad de Almería.
Desde temprana edad fue hábil en el dibujo y la pintura.
Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de Almería, matriculándose más tarde
en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
En 1934 recibió la medalla de oro de la Exposición Regional
de Andalucía celebrada ese año y dos años más tarde, en 1936, obtuvo el
galardón homólogo en la Exposición Internacional de París.
Perceval sería una de las personalidades más activas y
dinamizadoras del depauperado panorama cultural de la provincia almeriense
durante la posguerra. A él se debe en gran parte el nacimiento y desarrollo del
movimiento indaliano, surgido en la década de los 40 a raíz de las tertulias
mantenidas con otros artistas e intelectuales como Celia Viñas, Juan Cuadrado,
José Gómez Abad, Miguel Cantón Checa o Capuleto. Dicho movimiento se inspiraba
en las raíces de la tierra consideradas desde una perspectiva global, ensalzando
el carácter ancestral, mágico y espiritual de las culturas del sureste
peninsular, resumido éste en el indalo, símbolo de las civilizaciones
prehistóricas, y en la presencia en la región de San Indalecio, uno de los
primeros evangelizadores de Iberia, símbolo a su vez de la espiritualidad
cristiana.
Perceval abanderaría el movimiento indaliano durante su
presentación en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1947, logrando una gran
acogida por parte de la crítica, especialmente de Eugenio d'Ors, a la sazón
Jefe Nacional de Bellas Artes, quien se convirtió en entusiasta valedor del
movimiento. El año siguiente, 1948, Perceval y otros indalianos fueron
invitados a participar en el VI Salón de los Once de la Academia Breve de
Crítica de Arte.
Durante los años 50, Perceval residió en Madrid y expuso en
Múnich, Roma, París y en diversas ciudades de Argentina, Chile y Bolivia. En
1951 participó en la I Bienal Hispanoamericana de Artes de Madrid, despertando
gran expectación su obra La degollación de los inocentes.
Dentro del marco intelectual del movimiento indaliano
destaca la premisa según la cual lo provincial no es sinónimo de inculto.
Perceval puso en práctica este principio negándose a salir demasiado de su
provincia, a pesar de sus anhelos de universalidad. Este hecho hizo que no
fuera muy conocido fuera en el resto del país.
Su obra pictórica estuvo influenciada por Ignacio Zuloaga,
Giorgio de Chirico y Pablo Picasso. El estilo, claramente expresionista, queda
marcado por una cromática oscura y a veces trágica. Con el tiempo llega la
moderación y Perceval crea una iconografía realista, matizada y poética.
Se trata, en resumidas cuentas, de un pintor clásico en cuya
producción se dejan sentir las culturas mediterráneas históricas y
prehistóricas, la naturaleza y la infancia.
Fue por lo demás un gran conocedor de los estilos y
tendencias del arte universal y trabajó asimismo la escultura, la imaginería,
la alfarería y la fotografía.
Fuera de lo pictórico, son trabajos suyos:
Monumento a San Francisco Javier existente en Tokio
Retablo de la Piedad e imagen de San Indalecio de la
catedral de Almería
Retablo de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de
Roquetas de Mar (provincia de Almería).
Fuente de los Peces, en esta misma ciudad.
Imagen del Santo Cristo de la Escucha, realizada para la
hermandad homónima de la ciudad de Almería en 1941.
Imágenes de San Juan Evangelista de la Hermandad de la
Soledad de Almería, y de Cristo crucificado, para la Cofradía del Santísimo
Cristo del Amor de la misma ciudad, ambas de 1946.
Antonio Manuel Campoy dijo de él: “Perceval tiene una escondida vena ramoniana y surrealista, las manos
más hábiles que, posiblemente, hay en España (para dibujar y pintar, para
tallar y modelar), la inteligencia más lúdica…….”
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