IGNACIO ZULOAGA
IGNACIO ZULOAGA Y ZABALETA.
Nació en Eibar, Guipuzcoa, en 1870 y
falleció en Madrid en el año 1945, fue un pintor español. Nacido en el seno de
una familia de artistas que recibió de su padre una primera formación básica,
completada más tarde en Italia y en París, donde se relacionó con figuras de la
talla de Gauguin, Degas y Puvis de Chavannes.
Su vida se caracterizó por frecuentes cambios de domicilio,
que le llevaron a residir en París, Segovia, Andalucía, Madrid y Zumaya.
Fascinado por la imaginería popular (tauromaquia, bailarinas de flamenco), más
tarde eligió como tema de sus pinturas diversas escenas de la vida cotidiana, a
menudo festivas o religiosas, que plasmó con una paleta oscura, fuertes dosis
de realismo y un gran sentido dramático.
Expuso en numerosas ciudades europeas, y también en Nueva
York y Buenos Aires, lo que proporcionó a su obra una considerable resonancia
internacional. Dejó también famosos retratos (Unamuno, Marañón, Falla) y
hermosos cuadros de paisajes.
En su estilo pueden observarse las huellas del influjo de El
Greco, Velázquez y Goya, como puede observarse en uno de sus cuadros más
celebrados, El enano Gregorio. El tema de El enano Gregorio se inspira en los
maestros del siglo XVII, en Velázquez principalmente. En esta época, los enanos
y las personas que presentaban algún tipo de anormalidad física o psíquica
servían de diversión en la corte real o en el séquito de los grandes señores.
Los maestros de aquel siglo retrataban a estos desgraciados
personajes y no se limitaban a reflejar una imagen superficial, sino que
también ponían de manifiesto su mundo espiritual. El enano Gregorio es un
retrato de este tipo. La cara del enano es muy expresiva a pesar de su
deformación. Denota inteligencia, tenacidad y algo de pillería campesina.
Parece ser dueño de una gran fuerza interior que contrasta con su anormalidad
física.
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