Eusebio Sempere

Eusebio Sempere Juan (Onil, Alicante; 3 de abril de 1923 - ibídem, 10 de abril de 1985) fue un escultor, pintor y artista gráfico español. Es el pintor más representativo del movimiento cinético en su país. La línea y su repetición y un gran dominio del color que logra hacer vibrar la luz van a dar profundidad a sus composiciones pictóricas.

Eusebio Sempere nació en Onil (un pequeño municipio situado en el norte de la provincia de Alicante) en 1923, hijo de una familia obrera y humilde. Su padre y un primo de este regentaban una pequeña fábrica de muñecas de cartón, labor artesanal con la que la familia se ganaba la vida. Hoy en día se considera a Onil como importante referente de la industria del juguete y de muñecas. Desde pequeño Eusebio estuvo relacionado con la plástica (según afirmaría después formaba parte de su definición del mundo y las cosas​) y obsesionado con la pintura en concreto. Sufría un defecto en la visión del ojo derecho, una especie de estrabismo o simple carencia de visión, que se entiende condicionó su educación y propuesta artísticas debido a que percibía difícilmente la profundidad espacial y los volúmenes. En 1935 se traslada a Alcoy para cursar estudios de Bachillerato. Cinco años más tarde, condicionada por el devenir de la Guerra Civil, su familia se traslada a Valencia. Allí termina ese mismo año el Bachillerato y se apunta a la escuela de Artes y Oficios con horario nocturno, donde aprende, a pesar de sus deficiencias de visión, los elementos básicos del dibujo. Si bien Eusebio asistía con entusiasmo a las clases, en la escuela era notoria la diferencia socio-económica entre él y el resto de alumnos.

En 1941 se matricula en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde cursaría estudios hasta 1948, obteniendo el título de profesor de dibujo. Estudia dibujo, pintura y grabado. Tan solo interrumpe sus estudios durante un servicio militar en las Milicias Universitarias. Los años de Valencia fueron muy grises y tristes. El clasicismo presente en la escuela y una mayoría de profesores poco preparados y cerrados ante las nuevas formas artísticas contemporáneas hacían que la enseñanza de arte en la posguerra fuera deprimente y despótica. En la escuela de Valencia predominaba una suerte de sorollismo en la docencia de la pintura y se trataba la historia del arte hasta el impresionismo, dejando a un lado a Pablo Picasso, Paul Klee, Wassily Kandinsky, o al Surrealismo.

El padre Roig era profesor de religión en la Escuela de Bellas Artes de Valencia, pero a decir verdad, sus clases eran lo más parecido a una materia de arte contemporáneo. Era buen conocedor del arte moderno y de las vanguardias, apasionado de la pintura abstracta y de la poesía. Influyó positivamente en Eusebio: durante los años de Valencia le prestaba libros de su biblioteca personal y estampas de pintores modernos; durante la etapa de Eusebio en París mantenían correspondencia y le guiaba en el descubrimiento del arte moderno. Alfonso Roig viajó Francia para ampliar sus estudios en arte, donde conoció a Nina Kandinsky. A través de ella conoció a muchos de los artistas influyentes de la época, y gracias a ella, ya estando en París, Eusebio también. Impartió clases y entabló amistad con Juan Genovés, Hernández Mompó o Manolo Valdés entre otros. Se entiende que sus inquietudes desbordaban el ambiente rígido de la escuela.

Primera época en París (1948-1953)
En noviembre de 1948 Eusebio recibe una beca del Sindicato Español Universitario (SEU) de tres mil pesetas para ir a París. Llega a la entonces todavía capital artística y caldo de cultivo del Avant-garde con todavía un escaso conocimiento de arte moderno. El primer contacto fue bastante duro y exigente. Sempere se encontró en la encrucijada propia de un estudiante recién salido de una escuela de Bellas Artes clasicista que tiene que enfrentarse a los nuevas corrientes experimentales de la época, así como al significado inabarcable del arte contemporáneo. Si bien esto no le impide ponerse al tanto en unas pocas semanas.

Se alojó en la Casa de España de la ciudad universitaria en París, donde ya residían desde hacía varios meses los también artistas españoles Eduardo Chillida y Pablo Palazuelo. Con el primero tuvo una gran amistad; con Palazuelo, más esquivo y taciturno, no establece una estrecha relación. Durante esta primera época recibe notoria influencia (diversas obras posteriores así lo demuestran) de Paul Klee, Wassily Kandinsky, Henri Matisse, Piet Mondrian o Georges Braque. De hecho, este último le invitó varias veces a su taller. Braque era para la obra de Eusebio más una influencia sentimental que formal.

El verano de 1949 volvió a Valencia posiblemente por problemas económicos. La Galería Mateu le organizó una exposición del 11 al 22 de julio, en la que Sempere presentó diversos gouaches a medio camino de la abstracción realizados en París. Él mismo los definiría años más tarde como una actualización y descomposición de la obra de Matisse. La crítica fue dura. Eusebio terminó por destruir cada una de las obras.

De vuelta a París de nuevo tuvo que buscarse los medios para subsistir. Disponía de poco tiempo para pintar, y solamente lo hacía de noche. Este primer periodo es de búsqueda de estilo personal y de maduración de la sensibilidad. En 1950 conoce a Auguste Herbin, quien le invita a participar en el V Salón de Otoño, donde expusieron artistas como Josef Albers o Sonia Delaunay. Ese mismo año conoce a Loló Soldevilla, agregada cultural de la Embajada de Cuba en París. Ambos mantuvieron una relación muy estrecha, de amistad primero, con vistas a matrimonio después, y de cierta dependencia por parte de Eusebio más tarde. El proyecto frustrado de matrimonio entre ambos sumó a Eusebio en una crisis existencial y artística que le llevó a destruir la mayor parte de las obras realizadas en París hasta la fecha.

Antes de romper en 1953 por decisión personal con la figuración, Eusebio participa en varias exposiciones colectivas en España con una obra de talante más representacional y expresionista. Son bodegones, retratos, figuras humanas. Si bien por otro lado su ímpetu no desiste en la búsqueda de formas abstractas cada vez más geométricas.

Segunda época en París (1953-1960)
En 1953 Sempere toma la decisión de dejar de trabajar lo figurativo para volcarse en la pintura abstracta y en al geometría. En esta época las figuras de Klee, Kandinsky y Mondrian son cruciales para su imaginario y su concepción de la pintura, del arte y de la vida. Eusebio sigue por las noches indagando, utilizando gouaches, cartulinas y acuarelas. Tras varios años de búsqueda personal, ahora experimenta con el trabajo realizado, buscando cierto dinamismo o movimiento con figuras geométricas. Se percibe en su obra una mayor preocupación tridimensional. Se reconocen influencias de los artistas arriba citados, pero también, y con notoriedad, las obras de este periodo son muy semperianas y denotan una búsqueda de un “vocabulario de significantes propios”.

En 1955 expone su serie de Relieves Luminosos (unas cajas de luz con varios planos en el interior, paralelos y con formas geométricas recortadas) en el "XI Salon des Réalités Nouvelles". Durante el salón entrega en mano copias de su Manifiesto de la Luz, una especie de statement artístico. este no tuvo demasiado calado ni fue visto con buenos ojos por los colegas que allí exponían. Por otro lado poco a poco Sempere empieza a ser más reconocido en España, pues vuelve de vez en cuando y expone en diversas colectivas. En 1959 participa en la Bienal de São Paulo y en 1960 en la Bienal de Venecia, de manos de Luis González Robles, comisario de exposiciones y bienales del Ministerio de asuntos exteriores. En 1958 conoce a Abel Martín con quien trabaja la técnica de la serigrafía que había estado aprendiendo desde 1955. Introdujeron la serigrafía artística en España. Será con él con quien tome la decisión de volver a España en 1960, tras una década de descubrimientos artísticos y diversas penurias económicas.

España y proyección internacional (1960-1985)[
En enero de 1960 Eusebio y Abel llegan a Madrid. El contexto artístico español del momento es bien diferente al que Sempere dejó atrás al irse a París. Aunque no disponen de los mismos medios que en París, continúan realizando serigrafías para amigos o encargos. La situación económica no ha mejorado demasiado, pero si la posición de Sempere en el ámbito artístico. Participa en diversas colectivas y trabaja con el Grupo Parpalló. En 1961 convoca una exposición en el Ateneo de Madrid, que se entiende como el principio de su etapa de éxito. Respecto al proceso creativo, comienza a utilizar contrachapados como soporte, trabajando con gouache, regla y tiralíneas. Su gama cromática se tinta de más ocres y tierras, se hace más española.

En 1963 y en 1966 viaja a Estados Unidos gracias a dos becas. En ambas estancias expone en individual en la Schaefer Gallery. Además participa en diversas colectivas, una de ellas en el Moma. En Nueva York visita galerías y museos y admira la arquitectura contemporánea, el skyline neoyorquino. También conoce el surgimiento de nuevas tendencias artísticas: el pop, el minimalismo, el movimiento Fluxus…

Desde mediados la década de los 60 Eusebio participa en una gran cantidad de exposiciones en España, Estados Unidos, Italia, Alemania o Japón. Ahora domina la técnica de la serigrafía, y realiza carpetas de serigrafías propias, sobre todo en la década de los 70. Realiza cerca de centenar y medio de ellas, trabajando con motivos similares a los que encontramos en sus pinturas. Durante su etapa más tardía de creación, Sempere se interesa por la escultura, pues ve en esta  grandes  posibilidades para trabajar con lo cinético, lo óptico y la luz. El mismo entiende sus esculturas como pinturas en tres dimensiones o anti-esculturas. Son piezas de hierro o acero de depurada técnica y síntesis geométrica, móviles o giratorias, colgantes o sobre peanas o plataformas. Hay una obra de este tipo en los jardines de la Universidad Politécnica de Valencia.


Los últimos años de Eusebio son seguramente los más felices de su trayectoria artística, aunque no solo por lo referente a su obra. A lo largo de su vida, Sempere fue reuniendo una importante colección de obra plástica de creadores del siglo XX. Con la instauración del régimen democrático en España, Sempere se propuso hacer donación pública de esta colección, lo que se materializa en 1977 con la creación del Museo de La Asegurada en la ciudad de Alicante. El hoy rebautizado como Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) añade a esta colección una importante muestra de la obra del propio Sempere adquirida por el consistorio alicantino en 1990. En 1983 se le concede el Premio Príncipe de Asturias de las Artes.

Sempere fallece en Onil en 1985 tras una lucha de cuatro años contra una enfermedad degenerativa, y es enterrado en el monasterio de la Santa Faz de Alicante, en la entrada al camarín en el que se venera la Santa Faz de Alicante.​

Museos y exposiciones
En 1949 expone en la Galería Mateu Arte de Valencia
En 1961 realiza su primera exposición en Madrid en el Ateneo.
En 1965 expone en Madrid en Juana Mordó.
En 1972 expone en la Galería Egam de Madrid
En 1973 participa en la I Exposición Internacional de Escultura en la Calle de Santa Cruz de Tenerife.
En 1975 expone en la Galería Rayuela de Madrid
En 1980 tiene lugar su exposición antológica organizada por el Ministerio de Cultura.
En 1985 se expone su Obra Gráfica 1946-1982, Banco de Bilbao, Bilbao.
En 1998 tiene lugar su exposición antológica en el IVAM, Valencia.
Institut Valencià d’Art Modern IVAM, Valencia
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Museo de Arte Moderno de Barcelona
Museo de Arte Abstracto de Cuenca
Fogg Museum, Harvard University, Estados Unidos
Museo de Arte Moderno MOMA, Nueva York
Museum of Modern Art, Atlanta, Estados Unidos
Museo de Hamburgo, Alemania
Fundación Juan March, Madrid
MUA, Museo de la Universidad de Alicante
Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA)
Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Chile

Premios[editar]
1964 - Beca Ford del Instituto Internacional de Nueva York
1980 - Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Ministerio de Cultura, Madrid
1983 - Premio Príncipe de Asturias de las Artes

1983 - Premio Alfons Roig, Diputación de Valencia.

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