Antonio López
Antonio López García (Tomelloso, Ciudad Real, 6 de enero de
1936) es un pintor y escultor español.
Antonio López García es el hijo mayor de un matrimonio de
labradores acomodados de la localidad castellano manchega de Tomelloso y su
casa estaba situada en la calle Domecq. Su temprana vocación por el dibujo, así
como la influencia de su tío, el pintor Antonio López Torres, conformaron su
decisión de dedicarse a la pintura.
En 1949 se trasladó a Madrid para preparar su ingreso en la
Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde coincidió con diversos artistas
como Enrique Gran, Amalia Avia, y Lucio Muñoz, con los que conformó lo que se
ha venido a llamar Escuela madrileña. Permaneció en la academia entre 1950 y
1955. En 1955, y gracias a una beca, viajó a Italia, donde conoció de primera
mano la pintura italiana del Renacimiento. Sufrió así una pequeña decepción al
contemplar en vivo las obras maestras que solo conocía por reproducciones, y
que hasta ese momento veneraba. Comenzó a revalorizar la pintura clásica
española, que tan bien conocía, gracias a las frecuentes visitas al Museo del
Prado, especialmente Diego Velázquez.
Tras terminar los estudios, realizó sus primeras
exposiciones individuales en 1957 y 1961 en Madrid, mientras trabajaba tanto en
esta ciudad como en la localidad que le vio nacer. En 1961 se unió en
matrimonio a la también pintora María Moreno, unión de la que nacieron dos
hijas: María en 1962 y Carmen en 1965. Desde este último año y hasta 1969 fue
profesor encargado de la Cátedra de preparatorio de colorido en la Escuela de
Bellas Artes de San Fernando.
En 1990 el director de cine Víctor Erice filmó El sol del
membrillo, filme en el que se recoge el proceso creativo del artista mientras
pinta un membrillero del patio de su casa. En enero de 1993 fue nombrado
miembro de número de la madrileña Real Academia de San Fernando y en ese mismo
año, el Museo Reina Sofía le dedicó una exposición antológica.
En 2008, el Museo de Bellas Artes de Boston le dedicó una
exposición monográfica.1 Además, su obra Madrid desde Torres Blancas alcanzó
en una subasta de Christie's de Londres el 1.918.000£, la mayor cantidad pagada
hasta ese momento por una obra de un artista español vivo.2
En 2011 el Museo Thyssen-Bornemisza y el Museo de Bellas
Artes de Bilbao le dedicaron sendas exposiciones temporales con obras de todas
sus etapas, aunque mayoritariamente de su última producción.
En el año 2014 creó una gran expectación la entrega y
presentación de uno de sus cuadros más ambiciosos, La familia de Juan Carlos I,
cuya realización le ocupó durante 20 años.3
“Una obra nunca se acaba, sino que se llega al límite de las propias
posibilidades”.
Con estas palabras Antonio López resume su particular modo
de acercamiento al objeto a pintar. Sus cuadros se desarrollan a lo largo de
varios años, décadas en ocasiones, con una plasmación lenta, meditada,
destilando con cada pincelada la esencia del objeto o paisaje, hasta que el
artista consigue plasmar la esencia del mismo en el lienzo.
El pintor busca entre la realidad que le rodea aquellos
aspectos cotidianos, que él recoge con un tratamiento pleno de detallismo,
rozando lo fotográfico. Sus preferencias van desde las vistas de Madrid hasta
los retratos de sus familiares, pasando por los objetos más cotidianos y
cercanos.
A lo largo de la mayor parte de su carrera artística,
Antonio López ha desarrollado una obra independiente, en medio de un panorama
artístico estructurado en base al informalismo y la abstracción. Tampoco parece
tarea fácil vincular la obra de López con las tendencias realistas europeas más
recientes, o con el hiperrealismo americano.
Su obra está en múltiples museos y colecciones privadas.
Durante su vida artística realizó infinidad de exposiciones.
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