Los pintores más interesantes de la historia del arte español
Los pintores más interesantes de la
historia del arte español.
Los pintores españoles que hemos seleccionado en este
recopilatorio, por sus importantes obras y su repercusión en la historia o a través de la historia, trata de ser un
listado con el Top Ten de los pintores españoles de las distintas épocas.
Los primeros pintores españoles, registrados en la historia,
provienen del siglo 11. Frescos al temple y témperas sobre madera, eran
técnicas utilizadas durante el medievo en la pintura religiosa española.
Durante el 1400 predomina el estilo gótico, en el 1500 el flamenco y en el 1600
manierismo renacentista italiano representado por El Greco, quien desarrollo un
estilo único.
Los célebres Velázquez y Murillo destacan durante el
barroco. En el 1800 aparece el gran Francisco de Goya y muchos de sus
seguidores, que también alcanzaron la excelencia.
Después de 1850, nacen una infinidad de maestros de la
pintura española, algunos de estilo clásico como Madrazo, otros, impresionistas
como el excepcional Sorolla y Bastida.
Un avance extraordinario para la pintura española, que sigue
influenciando a todo el mundo del arte, ocurre en el siglo 20.
Entre los pintores europeos desarrollando estilos
vanguardistas surge el surrealismo hiperrealista de Salvador Dalí, el cubismo
de Picasso, un descendiente de los dos estilos anteriores: el surrealista
abstracto Joan Miró y finalmente el “Realismo NAS” (Realismo, Naturalismo,
Abstracción y Surrealismo), movimiento creado por Diego de Giráldez.
Todos sabemos que la historia del arte en España es sin duda
rica y variada. Nuestro país ha generado gran número de artistas y ya que nos centrarnos
en los pintores lo cierto es que resulta complicado elegir o destacar unos
cuantos como los “mejores” sin tener la duda de olvidar a otros que también
tendrían que estar en este listado. De todos modos nosotros en “Artistas
Españoles” hemos intentado hacer un recopilatorio de los que son los pintores
españoles más interesantes de nuestra historia y de la actualidad. La verdad es
que le hemos dado muchas vueltas y analizado profundamente a cada pintor para
llegar a esta selección.
Os mostramos nuestra selección de pintores españoles que han
pasado a la historia de la humanidad como los más representativos. Ningún otro
país ha dado y dará tantos genios, es por ello, LO SABEMOS, que nos hemos dejado
muchos artistas que quizás podrían estar en esta selección por méritos propios –aunque
se sigue estudiando a otros que se incorporarán a estos-, pero después de muchas
horas de estudio y valoración hemos confeccionado esta lista que creemos
alberga a los más interesantes. Los aquí presentes son nuestros favoritos,
esperamos HABER RECOGIDO TODOS LOS MÁS IMPORTANTES y que de esa forma no os
defraudemos. Esperamos que hayáis disfrutado repasando la vida y las obras de
nuestros pintores españoles más vanagloriados y que compartas con nosotros, tu
amor por el arte.
Diego de Velázquez
Diego Velázquez (Diego de
Silva Velázquez; Sevilla, 1599 - Madrid, 1660)
Pintor español. Además de ser la personalidad artística más
destacada de su tiempo, Diego Velázquez es también la figura culminante del
arte español, sin rival hasta los tiempos de Goya. Diego Velázquez realizó su
aprendizaje en Sevilla, en el taller de Pacheco, con cuya hija casó en 1617.
Cuando todavía era un adolescente, pintó algunas obras religiosas (La
Inmaculada Concepción, La Adoración de los Reyes Magos) con un realismo inusual
y pronunciados efectos de claroscuro. A la misma época pertenece una serie de
obras de género con figuras de prodigiosa intensidad y una veracidad
intensísima en la reproducción tanto de los tipos humanos como de los objetos
inanimados; entre otros ejemplos se pueden citar Vieja friendo huevos y El
aguador de Sevilla. También por entonces pintó inusitados cuadros de temática
religiosa ambientados en escenarios cotidianos, como Cristo en casa de Marta o
Cristo en Emaús; de hecho, la capacidad de convertir las escenas religiosas en
algo cercano y realista constituye una característica del barroco sevillano que
Velázquez legó a otros artistas de su tiempo.
Diego Velázquez fue llamado a Madrid por el conde-duque de
Olivares, valido de Felipe IV, para que pintara un retrato del rey; tanto gustó
la obra al soberano que lo nombró pintor de corte. Comenzó así para Velázquez
una larga y prestigiosa carrera cortesana, a lo largo de la cual recibió
destacados títulos, como los de ujier de cámara y caballero de la Orden de
Santiago. Desde su nombramiento oficial hasta el final de sus días pintó
numerosos retratos de Felipe IV y de diversos miembros de su familia, a pie o a
caballo. Se trata de obras de gran realismo y excepcional sobriedad en las que
el magistral empleo de la luz sitúa los cuerpos en el espacio y hace vibrar a
su alrededor una atmósfera real que los envuelve. Los fondos, muy densos al
principio, se suavizan y aclaran luego, con el paso del tiempo. En los retratos
femeninos (el de Mariana de Austria, por ejemplo), el artista se recrea en los
magníficos vestidos, en los que muestra sus grandes cualidades como colorista.
La culminación de su carrera como retratista es Las Meninas, considerada por
algunos como la obra pictórica más importante de todos los tiempos. Hay que
destacar igualmente las incomparables series de enanos y tullidos de la corte.
Velázquez realizó dos viajes a Italia, uno en 1629-1631 y otro en 1648-1651. En
ambos produjo obras importantes: La túnica de José y La fragua de Vulcano en el
primero; los retratos de Juan de Pareja y de Inocencio X en el segundo; el del
Papa es un retrato portentoso, dotado de una vivacidad, una intensidad y un
colorismo excepcionales. Al genio sevillano se debe también una obra maestra de
la pintura histórica, La rendición de Breda, pintada en 1634 para el Salón de
Reinos del palacio del Buen Retiro de Madrid. El mérito de la obra reside en la
ausencia del engolamiento habitual en los cuadros de temática histórica y en la
plasmación de las facetas más humanas del acontecimiento; la composición
admirablemente resuelta y la atmósfera de extraordinario realismo han hecho de
esta obra una de las más conocidas del maestro.
Diego Rodríguez de Silva y Velázquez nace en 1599 y está
considerado como el pintor más famoso del Siglo de Oro español, además de ser
uno de los maestros del Barroco y de la pintura universal, influenciando a los
pintores realistas de generaciones posteriores. Considerado como uno de los
mejores retratistas de la historia del arte.
Entre sus obras más famosas tenemos Las Meninas (1656) y La
rendición de Breda (1635)
Sin duda, sus obras fueron de lo más enigmáticas y con
toques de soberbia que llenaban de oscuridad sus cuadros. No por oscuridad,
sino que sus colores eran muy oscuros. A pesar de ello, su fama no fue por la
oscuridad, sino por su talento a la hora de crear. Debido a eso, se le ordenó
como el “pintor del rey”, de manera que estaba alojado en las instalaciones
reales, con trato exclusivo, en donde trabajó casi toda su vida para él.
Desde sus aposentos, comenzaron a salir los retratos que le
hicieron famoso y en sus viajes, a Italia, consiguió que su arte se impregnara
de influencias venecianas.
Ésta fue una de sus etapas, pero Velázquez, siempre fue
recordado por cómo mantenía su esencia pero siempre evolucionaba según las
tendencias. Por eso, sus cuadros, aparecen algunos oscuros y otros, dependiendo
de la influencia, están más llenos de color. Podemos comparar, los movimientos
y los colores del cuadro Vistas del jardín de la Villa Médicis, en Roma, con el
cuadro El Bufón de Calabacillas.
DIEGO VELAZQUEZ.- Nacido
en 1599, es uno de los artistas cumbre de la pintura barroca. Pintor universal
y representativo del arte español, sin rival hasta que surgió la figura de
Goya. Artista cortesano y renovador, su talento afloró desde edad muy temprana.
Su catálogo consta de unas 120 o 125 obras. El reconocimiento como pintor
universal se produjo tardíamente, entre 1880 y 1920, coincidiendo con los
pintores impresionistas franceses, para los que fue un referente. Manet se
sintió maravillado con su pintura y lo calificó como «pintor de pintores» y «el
más grande pintor que jamás ha existido». La parte fundamental de sus cuadros
que integraban la colección real se conserva en el Museo del Prado en Madrid.
Sus obras, en especial sus bodegones, tuvieron gran influencia en los pintores
sevillanos contemporáneos, existiendo gran cantidad de copias e imitaciones de
ellos. Entre sus cuadros más conocidos figuran Las Meninas, Las Hilanderas, La
fragua de Vulcano o La rendición de Breda (Las lanzas).
Francisco de Goya
Francisco de Goya y Lucientes nace en 1746 y está
considerado como pintores que iniciaron la estética del Romanticismo, además de
ser precursor de las vanguardias pictóricas del siglo XX con sus obras maduras.
Es también muy conocido por su talento como retratista al representar el
aspecto psicológico de sus modelos más allá de su apariencia.
También fue famoso por la cantidad de autorretratos que se
hacía, gracias a los cuales, se le puso seguir la pista, desde bien joven.
Su obra siempre podía plasmarse en cualquier parte, de
manera que destacaba por grandes cuadros pintados en caballete, mural, a modo
de grabados y en forma de dibujos. Su arte, contemplaba las diferentes fuentes
en las que se podían plasmar sus obras.
Entre sus obras más famosas tenemos El tres de mayo de 1808
en Madrid (1814) y Saturno devorando a su hijo (1823)
A pesar de la fama de muchos de sus cuadros, ya no sólo por
lo que hacían sentir y recordar, sino por lo perturbadores que podían ser, tuvo
cuadros que se acercaban más al realismo y entre ellos, no podemos dejar fuera
a la Maja Desnuda. Un cuadro de la época en donde mostraba a la mujer sensual,
de la manera más natural posible.
Francisco de Goya Este
pintor fue inspirado por las obras de Velázquez. Goya vivió en mil setenta
cuarenta y seis hasta mil ochenta veinte y ocho. Se consideraba unos de los
pintores mejores en el siglo dieciocho, y fue comparado entre un maestro viejo
a un maestro moderno. Trabajaba por mucho del Monarca Charles III y logró mucha
nobleza. En sus primeros años como una artista, él creó cuadros sobre la vida
de los españoles. Después, en mil sententa noventa y dos, el tuvo una
enfermedad y perdió su oído. Se quedó muy deprimido y fue famoso por cuadros
que representó escenas de horror. Las primera obras de Goya fue de religion
porque el necisitar dinero. Pero los segundas obras fue sobre la ilustracion y
la burgesia. Tambien las terceras obras fue celebraciones de la clase media. El
fue el pintor real por la familia de Carlos III y Carlos IV. Pintó Los Cuadros
Negros, Desastres de la Guerra, y Disparates. Goya pinto Las Dos Espanas
tambien. Este cuadro representa que occurio despues de Napoleon. Usó colores
oscuros y trazos grueso y valiente. (Figueres, Gerona, 1904 - Púbol, 1989)
Los Cuadros Negros fue pintando en sus paredes en su casa
durante la guerra de independencia. Uno de los más famosos es el cuadro Los
Fusilamientos del Tres de Mayo. Este cuadro es un escena de la Guerra de
Napoleón y es muy triste y gráfica. Goya puso su atencion a los espanoles con
la luz. No puede ver la cara de los Frances. El pintó un retrato de la familia
de Charles III y los hizo muy feos. Esto representa su enfado más y más sobre
su vida. Goya fue uno de los mejores artistas en su siglo.
FRANCISCO DE GOYA.- Pintor
nacido en 1746 se trata de una figura muy compleja y prolífica. Inquieto e
inclasificable, pintor sin rival en toda su vida. Goya fue pintor de corte y
pintor del pueblo, pintor religioso y pintor místico. Autor de la belleza y
erotismo de La Maja desnuda y del explícito horror de Los fusilamientos del 3
de Mayo. Pintó al óleo, al fresco, dibujante y grabador. Y nunca paró su metamorfosis.
Se quedó sordo lo cuál le llevó a la depresión y este estado se trasladó a su
obra (escenas de horror). El arte goyesco supone, asimismo, el comienzo de la
Pintura contemporánea, y se considera precursor de las vanguardias pictóricas
del siglo XX.
El Greco
El Greco es un pintor nacido en 1541 con una técnica que
acabó influenciando después en los pintores impresionistas. Comienza su carrera
en Venecia yendo luego a Roma y finalmente se mueve a Toledo. En su diversa
obra pictórica encontramos muchas obras
religiosas, retratos de nobles y escenas de Toledo. El Entierro del Conde de
Orgaz es uno de sus cuadros más conocidos.
Su estilo evoluciona hasta conseguir uno muy personal
caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente alargadas con
iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes
indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Otra de sus obras
más famosas es La curación del ciego (1567), La purificación del templo, o El
caballero de la mano en el pecho (1580).
EL GRECO.- Pintor
nacido en 1541 (final del renacimiento) original y fascinante, cuya técnica
influyó siglos después en los pintores impresionistas. Empezó su carrera en
Venecia después fue a Roma y finalmente se trasladó a Toledo. El Greco pintó
muchas obras religiosas, retratos de nobles y escenas de Toledo. El Entierro
del Conde de Orgaz es uno de sus cuadros más conocidos. Evolucionó hacia un
estilo personal caracterizado por sus figuras manieristas extraordinariamente
alargadas con iluminación propia, delgadas, fantasmales, muy expresivas, en ambientes
indefinidos y una gama de colores buscando los contrastes. Este estilo se
identificó con el espíritu de la contrarreforma y se fue extremando en sus
últimos años. Actualmente está considerado uno de los artistas más grandes de
la civilización occidental.
El Greco es un pintor del
siglo dieciséis. Nació en Créete en mil quinientos cuarenta y uno, su padre se
llamaba Domenikos Theotopoulos. El empezó su carrera en Venecia después fue a
Roma y por fin trasladó a Toledo, España en mil quinientos setenta y siete. El
Greco pintaba muchas obras religiosas en las iglesias cerca de Toledo. Una de
sus primeras obras famosas es El Supuesto de la Virgen. La obra está en la
Iglesia Santo Domingo localizada en el Antiguo. Además de obras religiosas, él
también pintaba retratos de nobles o elites, y escenas de Toledo. Durante el
reinado del Rey Felipe, II El Greco pintó una obra muy controversial. El Desnudando
del Cristo fue un cuadro controversial en El Catedral de Toledo. El Entierro
del Conde de Orgazfue fue también un otro cuadro controversial en la Iglesia de
Santo Tomé. Pintó el alma del Conde ascendiendo al cielo con ángeles, santos,
con figuras políticas acompañándolo.
Francisco de Zurbarán
Pintor que nace en 1598, y que se hace muy popular en la época del Barroco y la Contrarreforma, con
sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica. Con un estilo que
mantuvo durante décadas, se caracterizó como pintor tenebrista, debido al uso
que hizo de los contrastes de luz y sombras.
Su obra está llena de pinceladas sencillas, realistas,
detallista, con formas amplias y la plenitud en los volúmenes ,con influencia
de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez y al final de su carrera, por el
estilo más sutil de Murillo.
Entres sus obras más conocidas tenemos San Francisco
arrodillado con una calavera en las manos, 1658 o San Hugo en el refectorio de
los Cartujos, 1630-1635.
FRANCISCO DE ZURBARAN.-
Nacido en 1598, Zurbarán se hizo conocido, en la época del Barroco y la
Contrarreforma, con sus cuadros religiosos y escenas de la vida monástica. Su
estilo se mantuvo prácticamente invariable durante varias décadas, lo cual en
un principio fue el secreto de su éxito, pero por otro lado terminó por
condenar su carrera artística. Su estilo corresponde a la corriente tenebrista,
debido al uso que hizo de los contrastes de luz y sombras. Se caracterizó
básicamente por la sencillez, el realismo, el rigor en la concepción, la
exquisitez en los detalles, las formas amplias y la plenitud en los volúmenes.
Con respecto a las influencias que recibió, se puede decir que fueron las obras
de Caravaggio, José Ribera y Diego Velázquez las más destacadas. Al final de su
carrera artística también fue influido con el estilo más sutil de Murillo.
Aunque Zurbarán pintó historias e imágenes religiosas, sus obras principales
fueron retablos y series de lienzos para conventos. Sus representaciones se alejan
del realismo de Velázquez y sus composiciones se caracterizan por un modelado
claroscuro con tonos más ácidos.
Francisco de Zurbarán.- Nació
en Fuente de Cantos (al sur de la provincia de Badajoz) el 7 de noviembre de
1598. A los 16 años, y durante tres años, fue aprendiz en el taller sevillano
de Pedro Díaz Villanueva -pintor de imágenes piadosas-. Una vez terminado el aprendizaje,
Zurbarán se fue a Llerena. Con 18 años se estableció como pintor y al año
siguiente contrajo matrimonio por primera vez con María Páez, una mujer viuda,
diez años mayor. Se casaron en 1618 y ella murió en 1623. En 1625 contrajo
matrimonio con Beatriz de Morales, también viuda y mayor que él. En 1644 fue su
tercer y último matrimonio con Leonor de Tordera, una mujer mucho menor que él.
Salvador Dalí
Salvador Dalí nace en 1904 y es conocido como máximo
exponente del Surrealismo y el Dadaísmo más allá de sus obras. Personaje
polifacético, excéntrico y enamorado de su musa Gala, la obra de Dalí saltó
fronteras siendo uno de los artistas más reconocidos en Estados Unidos donde es
considerado un genio artístico.
Entre sus obras más famosas tenemos La persistencia de la
memoria (1931), El gran masturbador (1929) y Gala Contemplating the
Mediterranean Sea (1976).
Y es que Salvador Dalí, sin duda el pintor más extravagante
de todos los tiempos cuyas obras han llegado a crear odio o amor, desde los
puntos más extremos, dependiendo de su entendimiento y su recepción a la hora
de admirar un cuadro.
Quién diría que sus obras fueron inspiradas por alguien que
fue encarcelado, por marcharse de una clase de arte. Allí, en la cárcel,
recibió una prensa para grabado que le mandó su padre y la visita de su
compañero de clase, Federico García Lorca, que creaba versos en su “Oda a Dalí”
y que leía a toda su familia, tras componerlos y así recordar a su compañero
encarcelado, injustamente.
Sus obras surrealistas siempre llamaron la atención,
especialmente sus famosos relojes de agua y sus elefantes con patas de
mosquito.
Salvador Dalí En los
revueltos y conflictivos meses de 1923 sufre un desafortunado contratiempo. En
la Academia de Bellas Artes a la que está adscrito se producen manifestaciones
en contra de un profesor, y antes de que dé comienzo el discurso oficial y se
desate la violenta polémica, Salvador abandona la sala. Las autoridades creen
que con este gesto ha sido él quien ha dado la señal de ataque y rebelión y
deciden expulsarlo durante un año. Después, de nuevo en Figueras, los guardias
vienen a detenerlo y pasa una temporada en la cárcel. A la salida de prisión
recibirá dos alegrías. La primera, una prensa para grabado que su padre le
regala, y la segunda, la visita de su excelente compañero de la Residencia de
Estudiantes de Madrid Federico García Lorca, quien, en las calurosas noches del
verano de Cadaqués, lee a toda la familia Dalí sus versos y dramas recién
compuestos. Es allí, junto al Mediterráneo, donde García Lorca redacta la
célebre "Oda a Salvador Dalí", publicada unos años después, en 1929,
en la Revista de Occidente. Pronto será también Luis Buñuel quien llegue a
Cadaqués para trabajar con su amigo Salvador en un guión cinematográfico
absolutamente atípico y del que surgirá una película tan extraña como es El
perro andaluz. En 1927 Dalí viaja por primera vez a París, pero es al año
siguiente cuando se instala en la capital francesa y se une al grupo
surrealista que lidera el poeta André Breton. Este último terminará
expulsándolo del movimiento algunos años después, en una memorable sesión de
enjuiciamiento a la que Dalí compareció cubierto con una manta y con un
termómetro en la boca, aparentando ficticiamente estar aquejado de fiebre y
convirtiendo así el opresivo juicio en una ridícula farsa.
Salvador Dalí nació en una madrugada de la primavera de 1904
en el seno de una familia burguesa, hijo de un notario bienpensante y de una
sensible dama aficionada a los pájaros. Más tarde escribiría: "A los tres
años quería ser cocinero. A los cinco quería ser Napoleón. Mi ambición no ha
hecho más que crecer y ahora es la de llegar a ser Salvador Dalí y nada más.
Por otra parte, esto es muy difícil, ya que, a medida que me acerco a Salvador
Dalí, él se aleja de mí". Puesto que la persecución sería incesante y el
objetivo no habría de alcanzarse nunca y, dado que en ningún recodo de su
biografía estaba previsto que hallara el equilibrio y la paz, decidió ser
excesivo en todo, intrepretar numerosos personajes y sublimar su angustia en
una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. Se definió a sí mismo como
"perverso polimorfo, rezagado y anarquizante", "blando, débil y
repulsivo", aunque para conquistar esta laboriosa imagen publicitaria
antes hubo de salvar algunas pruebas iniciáticas, y si el juego favorito de su
primera infancia era vestir el traje de rey, ya hacia sus diez años, cuando se
pinta como El niño enfermo, explora las ventajas de aparentar una constitución
frágil y nerviosa. Su precocidad es sorprendente: a los doce años descubre el
estilo de los impresionistas franceses y se hace impresionista, a los catorce
ya ha trabado conocimiento con el arte de Picasso y se ha hecho cubista y a los
quince se ha convertido en editor de la revista Studium, donde dibuja
brillantes pastiches para la sección titulada "Los grandes maestros de la
Pintura". En 1919 abandona su Cataluña natal y se traslada a Madrid,
ingresa en la Academia de Bellas Artes y se hace amigo del gran poeta granadino
Federico García Lorca y del futuro cineasta surrealista Luis Buñuel, de quien
sin embargo se distanciará irreversiblemente en 1930. En la capital adopta un
extraordinario atuendo: lleva los cabellos largos, una corbata desproporcionadamente
grande y una capa que arrastra hasta los pies. A veces luce una camisa azul
cielo, adornada con gemelos de zafiro, se sujeta el pelo con una redecilla y lo
lustra con barniz para óleo. Es difícil que su presencia pase desapercibida.
La triple acusación a la que tuvo entonces que enfrentarse
Dalí fue: coquetear con los fascismos, hacer gala de un catolicismo delirante y
sentir una pasión desmedida e irrefrenable por el dinero. A esto precisamente
alude el célebre apodo anagramático con que fue motejado por Breton, Avida
dolars, acusación que lejos de desagradar al pintor le proporcionaba un secreto
e irónico placer. De hecho, después de conocer a la que sería su musa y
compañera durante toda su vida, Gala, entonces todavía esposa de otro
surrealista, el poeta Paul Eluard, Dalí declaró románticamente: "Amo a
Gala más que a mi madre, más que a mi padre, más que a Picasso y más, incluso,
que al dinero."
Salvador se enamoró de Gala en el verano de 1929 y con ella
gozó por primera vez de las mieles del erotismo. Es la época en que pinta
Adecuación del deseo, Placeres iluminados y El gran masturbador, pintura esta
última que fue atacada y desgarrada por el fanático grupo puritano los Camelots
du Roy. Mientras tiene lugar una exposición de sus obras en la Galería Goemans
de París, la joven y apasionada pareja se refugia y aísla en la Costa Azul,
pasando los días y las noches encerrados en una pequeña habitación de un hotel
con los postigos cerrados.
Enterado el padre de Salvador de la vida disoluta de su hijo
por un artículo de Eugenio d'Ors aparecido en La Gaceta Literaria, rompe
relaciones con su vástago; pero ello no debió afectarlo demasiado, o quizás sí,
puesto que es en esa época en que el artista realiza lo mejor de su obra, como
el célebre cuadro Persistencia de la memoria (1931), donde blandos relojes
cuelgan de la rama de un árbol, del borde de un pedestal y sobre una misteriosa
forma tendida en la vasta extensión de la playa. <p> </p>En 1934
viaja con su ya inseparable Gala a Estados Unidos, donde desembarca y se
presenta ante los periodistas con un enorme pan cocido por el cocinero del
trasatlántico que les ha transportado. En sus erráticas manifestaciones no duda
en asociar el mito hitleriano con el teléfono y a Lenin con el béisbol. Son
todas bromas absurdas que tratan de quitar hierro a una situación política
amenazante. Dos años después se desata la atroz guerra civil en España y una de
las primeras muestras de la probidad de los militares insurrectos es el infame
asesinato de su amigo Federico García Lorca, crimen que conmocionó a la opinión
pública internacional. Dalí escribió: "Lorca tenía personalidad para dar y
vender, la suficiente para ser fusilado, antes que cualquier otro, por
cualquier español." <p> </p>En 1938 conoce por fin, gracias al
escritor vienés Stefan Zweig, a Sigmund Freud, quien había sido el gran
inspirador de la estética surrealista, de la que Dalí no se siente marginado
pese a las bravatas de Breton, sino que por el contrario se considera el único
y más genuino exponente. El padre del psiconálisis había dado pábulo a la nueva
indagación del inconsciente con su libro La interpretación de los sueños
(1900), pero nunca se había tomado demasiado en serio a sus jóvenes admiradores
de París. <p> </p>No obstante, el 20 de julio de 1938, tras el
encuentro, Freud anotó en su diario: "Hasta entonces me sentía tentado de
considerar a los surrealistas, que aparentemente me han elegido como santo
patrón, como locos integrales (digamos al 95%, como el alcohol puro). Aquel joven
español, con sus espléndidos ojos de fanático e innegable dominio técnico, me
movió a reconsiderar mi opinión". Por su parte, el artista realizó
asombrosos y alucinantes retratos del "santo patrón" de los
surrealistas. <p> </p>Instalado otra vez en Nueva York en 1939,
Dalí acepta un encargo para decorar unos escaparates comerciales. El tema que
elige es el del Día y la Noche, el primero evocado por un maniquí que se mete
en una bañera peluda y la segunda, por medio de brasas y paños negros
extendidos, pero la dirección modifica el decorado sin consultar al autor.
Dalí, iracundo, vuelca la bañera de astracán llena de agua y la lanza contra
los cristales del escaparate produciendo un gran estrépito y un notable
destrozo.
SALVADOR DALI.- Nació
en 1904 siendo el representante por antonomasia de la pintura surrealista.
Sorprende se precocidad descubriendo tempranamente el impresionismo francés. En
los años de juventud se relacionó con Federico García Lorca, Luis Buñuel,
Rafael Alberti y otros artistas, los cuales ejercieron una gran influencia en
sus comienzos artísticos. Años después estuvo muy relacionado con Gala, Antoní
Pixot, Diego de Giráldez, Xavier Cugat, … Dada su personalidad decidió ser
excesivo en todo e interpretar numerosos personajes y sublimar su angustia en
una pluralidad de delirios humorísticos y sórdidos. La técnica pictórica de
Dalí se caracteriza por un dibujo meticuloso, una minuciosidad casi fotográfica
en el tratamiento de los detalles, con un colorido muy brillante y luminoso.
Dalí realizó varias películas surrealistas en colaboración con Buñuel como El
perro andaluz y La edad de oro, libros ilustrados, diseños de joyería así como
escenografías y vestuarios teatrales. También escribió libros autobiográficos
como La vida secreta de Salvador Dalí y Diario de un genio. Fue miembro de la
Academia Francesa de Bellas Artes. Dalí es conocido por sus impactantes y
oníricas imágenes surrealistas. Sus habilidades pictóricas se suelen atribuir a
la influencia y admiración por el arte renacentista. También fue un experto
dibujante. Los recursos plásticos dalinianos también abordaron el cine, la escultura
y la fotografía, lo cual le condujo a numerosas colaboraciones con otros
artistas audiovisuales. Tuvo la habilidad de forjar un estilo marcadamente
personal y reconocible, que en realidad era muy ecléctico y que «vampirizó»
innovaciones ajenas. Como artista extremadamente imaginativo, manifestó una
notable tendencia al narcisismo y la megalomanía, cuyo objeto era atraer la
atención pública. En resumen genio irrepetible.
Pablo Picasso
Pablo Picasso que nace en 1881, es posiblemente el pintor
más famoso del mundo y, sin duda, el pintor más famoso del siglo XX. Fue líder
del movimiento cubista, abordó otros géneros como el dibujo, el grabado, la
ilustración de libros, la escultura, la cerámica y el diseño de escenografía y
vestuario para montajes teatrales.
Entre sus obras más famosas tenemos Guernica (1937) y Las
señoritas de Avignon (1907).
Este pintor de origen andaluz, que ha revolucionado al mundo
entero, destacó por obras cubistas que no sólo mostraban su visión del mundo en
cuanto a lo que era la belleza, sino que podía transmitir, toda una historia.
Sus obras más destacadas, por supuesto, son estas que
mencionamos anteriormente, pero Pablo Picasso cuenta con una revolución de
cuadros que llenó de color el panorama artístico, debido a sus estilos tan
diferentes y tan marcados, que parecían ser pintados por diferentes artistas.
Tenemos The Blue Room, un cuadro con movimiento propio,
lleno de vibraciones, Don Quixote, que era lo más parecido a las siluetas de
una tira cómica, Sylvette, una mezcla entre el modernismo y su pasión por el
cubismo, en donde los colores consiguen profundidades asombrosas. Y cómo no,
Ciencia y Caridad, uno de sus cuadros más realistas que pintó.
PABLO PICASSO.- Nacido
en 1881, Picasso es a la historia del Arte un tremendo revolucionario. Con la
posible excepción de Miguel Ángel (quien centró sus mayores esfuerzos en la
escultura y la arquitectura), ningún otro artista mostró tal ambición a la hora
de situar su obra dentro del Olimpo de los artistas más reconocidos de la
historia. Picasso creó las vanguardias. Picasso destruyó las vanguardias. Miró
atrás a los grandes maestros (Diego Velázquez, Édouard Manet, Paul Gauguin,
Edgar Degas y Toulouse-Lautrec) y los superó cuando se lo propuso. Transformó
su estilo muchas veces durante su carrera (Época Azul, Época de Rosa,…).
Picasso representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió
las oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba
pasando en España; políticamente, socialmente, y económicamente. Cada pintura y
escultura representaba algo más grande. Artista polifacético fue único y genial
en todas sus facetas: inventor de formas, innovador de técnicas y estilos,
artista gráfico y escultor, siendo uno de los creadores más prolíficos de toda
la historia, con más de 20.000 trabajos en su haber. Picasso trabajó también en
cientos de litografías. Simplemente Genial.
Pablo Picasso fue un genio
de arte y vivía en el siglo veinte. No vivía en España por la mayoría de su vida,
pero pintó sujetos que envolvía a España. A veces, él usaba el tema de la
corrida de toros en sus obras. Él transformó su estilo muchas veces durante su
carrera. La Época Azul fue su primera época, de mil novecientos y uno hasta mil
novecientos y cuatro. Pintó sujetos sobre las tristezas humanas: los ciegos,
los pobres, los alcohólicos, y las prostitutas. Todas de los cuadros en esta
época fueron pintadas en tonalidades azules. En la Época de Rosa todas de los
cuadros fueron pintadas en tonalidades rojos. El tema de esta época fue escenas
del circo. Después, Picasso empezó crear obras de cubismo, comienzó con su
pintura Demoiselles D'Avignon de mil novecientos y siete. Cubismo tiene
influencias de África y Grecia. Usó muchas figuras nudas y cuerpos desformados.
Uno de sus obras más famosas es Guernica. Esta obra representa una escena de
bombas sobre un pueblo Vasco durante la guerra civil en España. Picasso
representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió las
oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba pasando en
España; políticamente, socialmente, y económicamente . Cada pintura y escultura
representaba algo más grande.
Pablo Picasso fue un
genio de arte y vivía en el siglo veinte. No vivía en España por la mayoría de
su vida, pero pintó sujetos que envolvía a España. A veces, él usaba el tema de
la corrida de toros en sus obras. Él transformó su estilo muchas veces durante
su carrera. La Época Azul fue su primera época, de mil novecientos y uno hasta
mil novecientos y cuatro. Pintó sujetos sobre las tristezas humanas: los
ciegos, los pobres, los alcohólicos, y las prostitutas. Todas de los cuadros en
esta época fueron pintadas en tonalidades azules. En la Época de Rosa todas de
los cuadros fueron pintadas en tonalidades rojos. El tema de esta época fue
escenas del circo. Después, Picasso empezó crear obras de cubismo, comienzó con
su pintura Demoiselles D'Avignon de mil novecientos y siete. Cubismo tiene
influencias de África y Grecia. Usó muchas figuras nudas y cuerpos deformados.
Uno de sus obras más famosas es Guernica. Esta obra representa una escena de
bombas sobre un pueblo Vasco durante la guerra civil en España. Picasso
representó emociones y temas importantes en sus obras. Picasso escogió las
oportunidades artísticas para explicar una historia de lo que estaba pasando en
España; políticamente, socialmente, y económicamente. Cada pintura y escultura
representaba algo más grande.
Murillo
Bartolomé Esteban Murillo nace en Sevilla en 1617 y
representa uno de los pintores más importantes de la pintura barroca española
que, tras haber decaído en estimación a principios del siglo XX, vuelve a gozar
de importante reconocimiento mundial. Su estilo barroco es tan detallado que
incluso podemos decir que avanza el rococó.
En 1630 trabajaba ya como pintor independiente en Sevilla y
en 1645 recibe su primer encargo importante, una serie de lienzos destinados al
claustro de San Francisco el Grande; la serie se compone de trece cuadros, que
incluyen La cocina de los ángeles, la obra más celebrada del conjunto por la
minuciosidad y el realismo con que están tratados los objetos cotidianos.
Bartolomé Murillo
Bartolomé Esteban Murillo nació en 1617 en la ciudad de Sevilla, hijo menor de
una familia de catorce hermanos. El padre de Bartolomé Esteban Murillo era un
cirujano barbero llamado Gaspar Esteban y su madre se llamaba María Pérez
Murillo, de quien tomó el apellido para firmar su obra. Al morir sus padres
cuando tan sólo tenía 10 años, Bartolomé Esteban Murillo pasa al cuidado de una
de sus hermanas mayores, Ana, casada con un barbero cirujano de nombre Juan
Agustín de Lagares, con quien el joven Bartolomé Esteban Murillo mantendría muy
buena relación. Aunque inculcado por su padre ya era aficionado al dibujo, se
formó en el taller de su pariente Juan Castillo, respetado artista en Sevilla,
donde pronto comenzó a destacar de entre sus discípulos.
Joan Miró
Nacido en 1893 es uno de los pintores con una obra más variada
y destacando en varios estilos como el surrealismo, el fauvismo o el
expresionismo. Artista hasta la médula, Miró era capaz de pasar días sin comer
con el fin de conseguir un estado mental alterado que pudiera expresar lo que
deseaba plasmar en su pinturas.
Su estancia en París, provoca que su obra se vuelve más
onírica pasando luego a un estilo algo más naïf. Además de pintor fue,
escultor, grabador y ceramista español, y está considerado uno de los máximos
exponentes del arte de su generación. Uno de sus grandes proyectos fue la
creación de la Fundación Joan Miró, ubicada en Barcelona, centro cultural y
artístico para difundir las nuevas tendencias del arte contemporáneo; entre sus
obras más conocidas tenemos Signos y constelaciones enamorados de una mujer
(1941), o Metamorfósis (1936).
JOAN MIRO.- Nació
en 1893, es un artista inclasificable. Su interés por el mundo de lo
inconsciente lo acerca al surrealismo, pero con un estilo personal, a veces más
cercano al fauvismo o expresionismo, llegando hasta el punto de pasar largas
temporadas sin ingerir alimentos para provocar un estado mental alterado que
pudiera expresar aquello que Miró buscaba plasmar en sus pinturas. A partir de
su estancia en París, su obra se vuelve más onírica. Posteriormente pasó a una
pintura plana con cierto aire naïf. Pintor, escultor, grabador y ceramista
español, fue considerado uno de los máximos exponentes del arte de su
generación. Uno de sus grandes proyectos fue la creación de la Fundación Joan
Miró, ubicada en Barcelona, centro cultural y artístico para difundir las
nuevas tendencias del arte contemporáneo.
Juan Gris
Juan Gris fue un pintor nacido en Madrid que desarrolló su
obra a principios del siglo XX en París, donde fue considerado uno de los
grandes maestros del cubismo.
Desde que comenzara en 1910 a decantarse por la pintura de
estilo cubista, Juan Gris siempre mostró un gran espíritu de innovación y un
estilo muy radical. Su principal aportación al estilo fue el papier collé, que
consiste en añadir en la obra recortes de revistas o periódicos.
JUAN GRIS.- Nacido
en 1887 desarrolló su actividad principalmente en París como uno de los
maestros del cubismo. Coincidió con otros artistas como Picasso. Las
influencias de Cézanne, Picasso y Braque hicieron nacer en él el estilo cubista
que le haría famoso en el mundo entero. Comenzó con cuadros de tonos grises que
cambio por composiciones coloristas con collages que otorgaban a sus obras una
originalidad dentro del cubismo. En los últimos años de su vida sus trabajos
empezaron a cotizarse como grandes obras de arte y realizó sus creaciones más
conocidas como "La Mujer del cesto", "El libro rojo",
"El mantel Azul" o "Mujer en la ventana". Fallecía
tempranamente a la edad de 40 años de una aguda crisis asmática. Así
desaparecía uno de grandes artistas del siglo XX. No nos queda más remedio que
imaginarnos la cantidad de talento y obras que no pudo dejar en vida.
Julio Romero de Torres
Julio Romero de Torres (1874-1930) es otro de los pintores
españoles más representativos de principios del siglo XX. Destaca por el
simbolismo de sus paisajes, la suavidad en la luz y una extraña capacidad para
crear una atractiva artificiosidad en los escenarios.
Su muerte produjo gran conmoción en su Córdoba natal. La
mayor parte de su obra se puede ver en el Museo Julio Romero de Torres de
Córdoba.
Algunos de sus cuadros más famosos son ‘La chiquita
piconera’, ‘El retablo del amor’, ‘Naranjas y limones’ o ‘Amor místico y amor
profano’.
José de Ribera
José de Ribera (1591-1652) fue un pintor español que
desarrollo gran parte de su obra en Italia. Allí conoció gran fama gracias a su
dominio del estilo naturalista.
Caracterizado físicamente por su baja estatura, en Italia
era conocido como “El españolito“. Aunque desarrolló su vida en Italia, nunca
olvidó sus raíces españolas y, de hecho, firmaba muchos de sus cuadros como
“Jusepe de Ribera, español”.
Entre sus obras más destacadas se pueden citar ‘La
Inmaculada Concepción’, ‘Sileno borracho’, ‘San Andrés’ o ‘San Pedro’.
José de Madrazo
José de Madrazo y Agudo (Santander, 22 de abril de 1781 -
Madrid, 8 de mayo de1859), fue un pintor y grabador español, tanto barroco como
neoclásico Estudió con Gregorio Ferro, quien le enseña el estilo y la técnica
de la pintura de Anton Raphael Mengs, en la Real Academia de Bellas Artes de
San Fernando. A partir de 1803, estudió en París, con Jacques-Louis David,
donde se formó como verdadero pintor neoclásico y entabló amistad con Ingres.
Bajo el gobierno de José Bonaparte marchó becado a Roma. En 1806, Madrazo,
convencido por su maestro David, que lo invitaba a estudiar las obras clásicas
al natural, partió con su amigo Ingres, también alumno de David hacia Roma,
donde completó su formación. Allí consiguió un discreto éxito con La muerte de
Viriato, que pintó en los años en que estudiaba en la Academia de San Lucas.
Durante el período de la conquista francesa de España, Madrazo, encontrándose
en el extranjero, fue uno de los primeros opositores al gobierno de José
Bonaparte, por lo que el pintor español, junto con otros artistas españoles en
Roma, fue hecho prisionero de los franceses que había en Roma y encerrado en el
Castillo Sant'Angeloy luego en la Embajada Española. Allí conoció a los reyes
españoles, Carlos IV yMaría Luisa de Borbón a los que Napoleón había impuesto
el exilio. El 2 de septiembre de 1809 se casó en Roma con Isabel Kuntz y
Valentini, hija del pintor silesio Tadeusz Kunst. En 1813, Madrazo fue nombrado
pintor de cámara de Carlos IV. Y, después, Académico de Mérito de la Academia
de San Lucas. En los años romanos, Madrazo se dedicó sobre todo a hacer
retratos, siendo numerosas las obras que representan a artistas y nobles de la
sociedad romana que conocía, sobre todo, de Antonio Canovay Vincenzo Camuccini.
En 1815, las tropas del lugarteniente J. Murat, rey de Nápoles durante el
Imperio Napoleónico, entraron en Roma, invadiendo los estados Pontificios, en
un intento desesperado, después de la caída de Napoleón, de unificar Italia
bajo su control. Esto impulsó a los reyes españoles a abandonar su exilio
romano, lo que hizo perder a José Madrazo su título honorífico. Obtuvo un gran
poder dentro de los círculos artísticos con la llegada al poder deFernando VII
a la caída de Napoleón I. En 1818, José Madrazo regresó a Madrid con los
cuadros de la colección del padre de Fernando. Madrazo reorganizó el Museo del
Prado. Se ocupó de la catalogación de las Colecciones Reales de pintura, que el
rey pretendía colocar en el nuevo Museo del Prado. Creó para el museo un
catálogo en el que se reproducían litográficamentetodas las pinturas
principales presentes en la colección. Fue uno de los pioneros de la
litografía, el primero que introdujo esta nueva técnica en España. En 1823 fue
nombrado Director de la Academia de Bellas Artes de San Fernando y
seguidamente, del Museo del Prado. Iniciaría una larga dinastía de artistas.
Pintores fueron sus hijos Federico, Luis y Juan, así como sus nietos Raimundo y
Ricardo. Pintó cuadros de temas religiosos e históricos ("Pintura de
historia"). Inició, junto aJosé Aparicio, la corriente pictórica histórica
patriótica, una corriente artística neoclásica, con base en temas patrióticos.
Se enmarca en un estilo clasicista puro. Su estilo se caracterizaba por su
extrema teatralidad y por la temática histórica de exaltación patriótica,
siguiendo el modelo de David. Ramírez Domínguez lo califica de "relamido y
frío, con exageraciones grandilocuentes y patrioteras". Como cuadros mas
importantes tiene: Jesús ante el Sumo Sacerdote (1805). La muerte de Viriato
(1814, Museo del prado), es uno de los cuadros más representativos del
neoclasicismo español.
Federico Madrazo
Fue un pintor español del siglo XIX. Nació y murió en Madrid
y alcanzó una gran popularidad, siendo uno de los principales exponentes del
romanticismo y llegando a ser el pintor de cámara de Isabel II.
Federico Madrazo se destacó en el ámbito de los retratos,
donde es considerado uno de los grandes maestros de la historia del país. Su
especializó sobre todo en retratos a la alta sociedad y a la monarquía.
Entre sus obras más célebres podemos contar ‘Retrato de
Isabel II’ o ‘Doña Amalia de Llano y Dotres, Condesa de Vilches’.
Joaquín Sorolla
Joaquín Sorolla y Bastida uno de los pintores más
prolíficos, con más de 2.200 obras catalogadas, nace en 1863 y desde muy
pequeño descubrió su verdadera vocación por la pintura. Destaca por un estilo
maduro que le caracteriza como luminista aunque con poco acierto siempre ha
sido calificado como impresionista.
Sus obras más representativas están pintadas al aire libre,
y domina con maestría la luz para cuadros en los que representan escenas
cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea. Además también cultivó la
pintura de denuncia social que le reportó muchos éxitos.
La fama internacional le llega tras celebrar una exposición
en París con más de medio millar de obras, haciendo que se conozca su obra
pictórica por toda Europa y América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y
cosechó un éxito sin precedente alguno. firmó un encargo para la Hispanic
Society of America realizando catorce murales que decorarían las salas de la
institución: se conocen como Visión de España, y en los que se representaban
escenas características de diversas provincias tanto españolas como
portuguesas. Otra importante faceta suya fue la de retratista, de figuras
importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco
Ibáñez y Ortega y Gasset entre otros.
JOAQUIN SOROLLA.- Nació
en 1863 desde muy pequeño descubrió que su verdadera vocación era la pintura.
Fue uno de los pintores españoles más prolíficos, con más de 2.200 obras
catalogadas. Etiquetado equivocadamente por algunos como impresionista, en
realidad su estilo maduro se define mejor como luminista. Sus obras más
representativas están pintadas al aire libre, dominando con maestría la luz y
combinándola con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea.
Además también cultivó la pintura de denuncia social que tantos éxitos le
reportó. Tras muchos viajes por Europa, principalmente Inglaterra y Francia,
celebró una exposición en París con más de medio millar de obras, que le dio un
reconocimiento internacional inusitado, conociéndose su obra pictórica por toda
Europa y América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y cosechó un éxito sin
precedente alguno. firmó un encargo para la Hispanic Society of America por el
que realizaría catorce murales que decorarían las salas de la institución: se
conocen como Visión de España, en ella se representaban escenas características
de diversas provincias tanto españolas como portuguesas. Viajó por todo el
territorio, realizando bocetos y trabajos de costumbres y paisajes. Otra
importante faceta suya fue la de retratista, de figuras importantes como fueron
Juan Ramón Jiménez, el rey Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez y Ortega y
Gasset entre otros. Su pintura representó la aplicación directa del luminismo
al paisaje y la figura, acercando por tanto esta tendencia a la sociedad de la
época.
Joaquín Sorolla.- Joaquín Sorolla y Bastida, (1863-1923). Pintor
y artista gráfico. Nació el 27 de febrero de 1863, en Valencia. Cuando apenas
contaba con dos años de edad, fallecieron sus padres a causa de una epidemia de
cólera. Al quedar huérfanos su hermana Concha y él, su tía Isabel, hermana de
su madre, y su marido, de profesión cerrajero, los recogieron. Pasados los años
intentaron enseñarle, en vano, el oficio de la cerrajería, advirtiendo pronto
que su verdadera vocación era la pintura. En 1874 empezó a estudiar en la
Escuela Normal Superior donde le aconsejaron que también se matriculase en las
clases nocturnas de dibujo en la Escuela de Artesanos. En ésta última recibió,
en 1879, una caja de pinturas y un diploma como premio “por su constante
aplicación en el dibujo de figura”. Ese mismo año ingresó en la Escuela
Superior de Bellas Artes de San Carlos a la par que trabajaba en el taller de
su tío.Fue en la Academia de San Carlos donde conoció a otro alumno, Juan
Antonio García, hermano de quien más tarde acabaría siendo su esposa, Clotilde
García. En 1880 consiguió una Medalla de Plata por su obra Moro acechando la
ocasión de su venganza en la exposición de la sociedad El Iris.Al acabar su
formación, comenzó a enviar sus obras a concursos provinciales y exposiciones
nacionales de bellas artes, como la de Madrid en mayo de 1881, donde presentó
tres marinas valencianas que, aunque formidables, pasaron sin pena ni gloria
pues no encajaban con la pintura oficial, de temática histórica y dramática. Al
año siguiente, estudió la obra de Velázquez y otros autores en el Museo del
Prado. Por fin, en 1883, consiguió una medalla en la Exposición Regional de
Valencia y, en 1884, alcanzó la gloria al conseguir la Medalla de Segunda Clase
en la Exposición Nacional gracias a su obra Dos de Mayo, obra melodramática y
oscura hecha expresamente para la exposición, tal y como le dijo a un colega
suyo: “Aquí, para darse a conocer y ganar medallas, hay que hacer
muertos.”Cosechó otro gran éxito en Valencia con su obra El crit del palleter
sobre la Guerra de la Independencia. De esta manera, fue pensionado por la
Diputación Provincial de Valencia para viajar a Roma donde, a la vez que
trabajaba, conoció el arte clásico y renacentista, así como los grandes museos,
contactando, además, con otros artistas. Con su amigo el pintor Pedro Gil se
desplazó a París durante el primer semestre de 1885, viviendo de cerca la
pintura impresionista que produjo en él, ya de regreso en Roma, variaciones en
su temática y estilo, llegando a pintar el cuadro religioso El entierro de
Cristo, con el que fracasó rotundamente. En 1888 contrajo matrimonio con
Clotilde García en Valencia, pero vivirían un año más en Italia, esta vez en la
localidad de Asís. En 1889 se instalaron en Madrid y, en apenas cinco años,
Sorolla alcanzó cierta fama y prestigio como pintor. En 1894 viajó de nuevo a
París, donde conoció el luminismo, que tanto marcaría su posterior obra.
Comenzó a pintar al aire libre, dominando con maestría la luz y combinándola
con escenas cotidianas y paisajísticas de la vida mediterránea. En obras como
La vuelta de la pesca, La playa de Valencia o Triste herencia, describió el
sentimiento que producía la visión del mar Mediterráneo, comunicando el
esplendor de una mañana de playa con un colorido vibrante y un estilo suelto y
vigoroso. Con Triste herencia recibió, en 1900, el Grand Prix en el certamen
internacional de París. Además siguió con su pintura de denuncia social que
tantos éxitos le había reportado en los últimos años con obras como I encara
diuen que el peix és car (1895).Por aquel entonces, Valencia le nombró hijo
predilecto y meritorio, y le fue dado su nombre a una calle. Tras muchos viajes
por Europa, principalmente Inglaterra y Francia, celebró una exposición en
París con más de medio millar de obras, que le dio un reconocimiento
internacional inusitado, conociéndose su obra pictórica por toda Europa y
América. Expuso su obra en Nueva York en 1909 y cosechó un éxito sin precedente
alguno, con obras como Sol de tarde o Nadadores, entre muchas otras. También lo
hizo, en 1911, en el City Art Museum de Saint Louis y en el Art Institute de
Chicago. En noviembre de ese mismo año, firmó un encargo para la Hispanic
Society of America por el que realizaría catorce murales que decorarían las
salas de la institución. Con esta obra, realizada entre 1913 y 1919 y de tres
metros y medio de alto por setenta metros de largo, alzó un imborrable
monumento a España, pues en ella se representaban escenas características de
diversas provincias tanto españolas como portuguesas. Necesitó de casi todo
1912 para viajar por todo el territorio, realizando bocetos y trabajos de
costumbres y paisajes. De esta obra destacan los óleos pintados en 1916
dedicados a niños y mujeres en las playas de Valencia, donde predomina la
libertad de pincelada y la luz de su tierra. Algunos ejemplos son Madre e hija
o Pescadora valenciana. También destacaba, fuera de esta temática, su
inconmensurable lienzo Visión de España. Otra importante faceta suya fue la de
retratista, de figuras importantes como fueron Juan Ramón Jiménez, el rey
Alfonso XIII, Vicente Blasco Ibáñez, Ortega y Gasset, etc. También, en 1914,
había sido nombrado académico y, cuando terminó los trabajos para la Hispanic
Society, trabajó como profesor de composición y color en la Escuela de Bellas
Artes de Madrid. Su pintura representó la aplicación directa del luminismo al
paisaje y la figura, acercando por tanto esta tendencia a la sociedad de la
época. En 1920, mientras pintaba el retrato de la señora Pérez de Ayala en el
jardín de su casa en Madrid, padeció un ataque de hemiplejía que mermó
drásticamente sus facultades físicas y mentales. Murió en su casa de Cercedilla
el 10 de agosto de 1923.
Antonio López
Uno pintor más reciente en nuestra historia, que además
destaca por su obra como escultor. Nace en 1936 y se trata del artista vivo con
mayor proyección internacional actualmente. Tuvo una temprana vocación por el
dibujo que provocó el que se acabara dedicando a la pintura. Viaja a Italia,
donde conoció de primera mano la pintura italiana del Renacimiento se
identifica en el estilo hiperrealista, y en la temporalidad y el deterioro de
lo material. Es miembro de la Real Academia de San Fernando y en 1985 se le
concedió el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Su obra fue
adaptada al cine por el director cinematográfico Víctor Erice en el film
titulado “El sol del membrillo”.
Entre sus obras más conocidas están las esculturas Antonio y
Mari, 1967-1968 o el cuadro Gran Vía, 1974-1981.
ANTONIO LOPEZ.- Pintor
y escultor español nacido en 1936, meses antes del inicio de la Guerra Civil
española. Se trata del artista vivo con mayor proyección internacional en la
actualidad. Su temprana vocación por el dibujo conformó su decisión de
dedicarse a la pintura. Viajó a Italia, donde conoció de primera mano la
pintura italiana del Renacimiento. Pintor de estilo hiperrealista, identifica
la temporalidad y el deterioro de lo material. Un artista que busca dentro de
la realidad que lo rodea los aspectos más cotidianos, los cuales están tratados
con un enorme detallismo fotográfico. Sus cuadros se desarrollan a lo largo de
varios años, décadas en ocasiones, con una plasmación lenta, meditada,
destilando con cada pincelada la esencia del objeto o paisaje, hasta que el artista
consigue plasmar la esencia del mismo en el lienzo. Miembro de la Real Academia
de San Fernando en 1985 se le concedió el prestigioso Premio Príncipe de
Asturias de las Artes. Asimismo, su obra fue adaptada al cine por el director
cinematográfico Víctor Erice en el film titulado "El sol del
membrillo".
Antoni Tapies
Tapies es un pintor y escultor catalán fallecido hace unos años.
Durante toda su vida, Tapies se ha caracterizado por su estilo personal,
siempre en consonancia con el expresionismo abstracto que floreció tras la 2ª
Guerra Mundial. Además de artista polifacético y teórico del arte, fue un firme
defensor de la cultura catalana.
Algunas de sus pinturas más emblemáticas son ‘Gran Pintura
Gris’, ‘Blanco con signo rojizo’ o ‘Grattage Rojo’, de 2008.
Antoni Tàpies i Puig, I marqués de Tàpies (Barcelona, 13 de
diciembre de 1923 - ibídem, 6 de febrero de 2012), fue un pintor, escultor y
teórico del arte español. Uno de los principales exponentes a nivel mundial del
informalismo, está considerado como uno de los más destacados artistas
españoles del siglo XX. La obra del artista catalán goza de un centro de
estudio y conservación en la Fundación Antoni Tàpies de Barcelona.
De formación autodidacta, Tàpies creó un estilo propio
dentro del arte de vanguardia del siglo XX, en el que se combinaban la
tradición y la innovación dentro de un estilo abstracto pero lleno de
simbolismo, dando gran relevancia al sustrato material de la obra. Cabe
destacar el marcado sentido espiritual dado por el artista a su obra, donde el
soporte material trasciende su estado para significar un profundo análisis de
la condición humana.
La obra de Tàpies ha tenido una gran valoración a nivel
tanto nacional como internacional, estando expuesta en los más prestigiosos
museos del mundo. A lo largo de su carrera ha recibido numerosos premios y
distinciones, entre los que cabe destacar el Premio de la Fundación Wolf de las
Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalidad de Cataluña (1983), el Premio
Príncipe de Asturias de las Artes (1990), la Medalla Picasso de la Unesco
(1993) y el Premio Velázquez de Artes Plásticas (2003). Como reconocimiento a
su trayectoria artística el rey Juan Carlos I le otorgó el 9 de abril de 2010
el título de marqués de Tàpies.
Tàpies era hijo del abogado Josep Tàpies i Mestres y de
Maria Puig i Guerra, hija de una familia de políticos catalanistas. La
profesión de su padre y las relaciones de su familia materna con miembros de la
vida política catalana propiciaron un ambiente liberal durante la infancia del
artista. Tàpies siempre remarcó que la confrontación entre el anticlericalismo
de su padre y el catolicismo ortodoxo de su madre le llevaron a una búsqueda
personal de una nueva espiritualidad, que encontró en las filosofías y
religiones orientales, principalmente el budismo zen.
Según propia confesión, su vocación artística despertó con
un número de Navidad de la revista D'Ací i d'Allà de 1934, que presentaba un
extenso panorama del arte moderno internacional. Uno de los hechos que
marcaron su vida fue su convalecencia por tisis a los 18 años, circunstancia
que le hizo replantearse el sentido de su vida, así como su vocación, ya que
durante su recuperación se dedicó intensamente al dibujo. Los estados febriles
que padeció le provocaron frecuentes alucinaciones que serían primordiales para
el desarrollo de su obra. Durante su estancia en el sanatorio de Puig d'Olena
(1942-1943) se refugió en la música (Wagner) y la literatura (Ibsen, Nietzsche,
Thomas Mann), y realizó copias de Van Gogh y Picasso.
Compaginó sus estudios de Derecho en la Universidad de
Barcelona, que había iniciado en 1943, con su pasión por el arte. Finalmente se
decantó por la pintura y abandonó los estudios en 1946. De formación
autodidacta, tan sólo estudió brevemente en la Academia de Nolasc Valls. Su
primer estudio de pintura lo instaló en Barcelona en 1946.
En 1948 fue uno de los fundadores de la revista y del movimiento
conocidos como Dau al Set, relacionados con el surrealismo y el dadaísmo. El
líder de este movimiento fue el poeta catalán Joan Brossa y, junto a Tàpies,
figuraron Modest Cuixart, Joan-Josep Tharrats, Joan Ponç, Arnau Puig y
posteriormente Juan Eduardo Cirlot. La revista perduró hasta 1956,3 pero
Tàpies había marchado a París en 1950 y se había alejado del grupo aunque
siguiera colaborando esporádicamente en la publicación.
Las primeras obras de Tàpies se enmarcaron dentro del
surrealismo, pero a partir de aquel alejamiento cambió de estilo,
convirtiéndose en uno de los principales exponentes del informalismo.
Representante de la llamada “pintura matérica”, Tàpies utilizaba para sus obras
materiales que no están considerados como artísticos, sino más bien de
reciclaje o de desecho, como pueden ser cuerdas, papel o polvo de mármol.
En 1948 expuso por primera vez su obra en el I Salón de
Octubre de Barcelona, mostrando dos obras de 1947: Pintura y Encolado. Ese año
conoció a Joan Miró, uno de sus más admirados artistas.3 En 1949 participó en
la exposición Un aspecto de la joven pintura catalana en el Instituto Francés
de Barcelona, donde lo vio Eugeni d'Ors, que lo invitó al VII Salón de los
Once, en Madrid (1950). En 1950 hizo su primera exposición individual en las
Galeries Laietanes de Barcelona, donde volvió a exponer en 1952. Becado por el
Instituto Francés, viajó a París (1950), donde consiguió exponer en el concurso
internacional Carnegie de Pittsburgh, y donde conoció a Picasso.
En 1950 fue seleccionado para representar a España en la
Bienal de Venecia, donde participó varias veces. En 1953 expuso en Chicago y
Madrid; ese año la marchante Martha Jackson le organizó una exposición en Nueva
York, dándolo a conocer en Estados Unidos. El mismo año ganó el primer premio
del Salón del Jazz de Barcelona, y conoció al crítico Michel Tapié, asesor de
la Galería Stadler de París, donde expuso en 1956 y varias veces más desde
entonces. En 1954 se casó con Teresa Barba i Fàbregas, con la que tuvo tres
hijos: Antoni (poeta), Clara y Miquel Àngel.
Fue uno de los fundadores del grupo Taüll en 1955, junto con
Modest Cuixart, Joan-Josep Tharrats, Marc Aleu, Josep Guinovart, Jordi Mercadé
y Jaume Muxart. Ese año fue premiado en la III Bienal Hispanoamericana en
Barcelona, y expuso en Estocolmo con Tharrats, presentados por Salvador Dalí.
En 1958 tuvo sala especial en la Bienal de Venecia, y ganó el primer premio
Carnegie y el Premio Unesco.
En 1960 participó en la exposición New Spanish Painting and
Sculpture en el MOMA de Nueva York.11 Desde entonces hizo exposiciones en
Barcelona, Madrid, París, Nueva York, Washington, Berna, Múnich, Bilbao, Buenos
Aires, Hanóver, Caracas, Zúrich, Roma, Sankt Gallen, Colonia, Kassel, Londres,
Cannes, etc., y recibió premios en Tokio (1960), Nueva York (1964) y Menton
(1966). En 1967 entró en la órbita del marchante Aimé Maeght y expuso en el
Musée d'Art Moderne de París (1973), Nueva York (1975) y en la Fundación Maeght
(1976).
En los años 1970 su obra adquirió un mayor tinte político,
de reivindicación catalanista y de oposición al régimen franquista,
generalmente con palabras y signos sobre los cuadros, como las cuatro barras de
la bandera catalana (El espíritu catalán, 1971). Ese activismo le llevó
igualmente a acciones como el encierro del convento de los Capuchinos de Sarrià
para constituir un sindicato democrático de estudiantes (1966) o la marcha a
Montserrat en protesta por el proceso de Burgos (1970), por la que fue
encarcelado durante un corto espacio de tiempo.
Desde entonces realizó numerosas exposiciones personales o
de carácter antológico: Tokio, 1976; Nueva York, 1977; Roma, 1980; Ámsterdam,
1980; Madrid, 1980; Venecia, 1982; Milán, 1985; Viena, 1986; Bruselas, 1986;
MNCARS, Madrid, 2000; Pabellón Micovna del Jardín Real de Praga, 1991; MOMA,
Nueva York, 1992; Museo Guggenheim, Nueva York, 1995; Kirin Art Space Harajuku,
Tokio, 1996; Centro per l'Arte Contemporanea Luigi Pecci, Prato, 1997. La obra
de Antoni Tàpies se ha expuesto en los principales museos de arte moderno del
mundo. Además de ser nombrado doctor honoris causa por diversas universidades,
Tàpies fue galardonado con diversos premios, entre ellos, el Premio de la
Fundación Wolf de las Artes (1981), la Medalla de Oro de la Generalidad de
Cataluña (1983) y el Premio Príncipe de Asturias de las Artes (1990).
En 1990 abrió las puertas al público la Fundación Antoni
Tàpies, institución creada por el propio artista para potenciar el arte
contemporáneo, situada en el edificio de la antigua Editorial Montaner i Simón,
obra modernista de Lluís Domènech i Montaner. La fundación tiene además la
función de museo, contando entre sus fondos con gran cantidad de obras donadas
por el artista, y cuenta asimismo con una biblioteca y un auditorio.
Tàpies fue autor también de escenografías (Or i sal, de Joan
Brossa, 1961) e ilustraciones para libros, principalmente de Brossa (El pa a la
barca, 1963; Fregoli, 1969; Nocturn matinal, 1970; Poems from the Catalan,
1973; Ú no és ningú,1979); se dedicó igualmente al cartelismo, realizando en
1984 una exposición con su principal obra cartelística, así como a la
producción gráfica: grabados, litografías, serigrafías, etc. En el año 2002
realizó el cartel para las fiestas de la Mercè de Barcelona.
Como teórico del arte, Tàpies publicó artículos en Destino,
Serra d'Or, La Vanguardia, Avui, etc., la mayoría recopilados en los libros La
práctica del arte (1970), El arte contra la estética (1974), La realidad como
arte (1982) y Por un arte moderno y progresista (1985), así como la
autobiografía Memoria personal (1977). En sus obras atacó tanto el arte
tradicional como la extrema vanguardia del arte conceptual.
Con la transición al siglo XXI Tàpies no dejó de recibir
numerosos reconocimientos tanto a nivel nacional como internacional,
organizándose exposiciones retrospectivas de su obra en los mejores museos y
galerías del mundo. En 2003, en ocasión de su octogésimo aniversario, se
celebró una retrospectiva con sus mejores obras en la Fundación Antoni Tàpies,
con asistencia del público en una jornada de puertas abiertas. Asimismo, en
2004, se organizó un homenaje a su figura en el MACBA de Barcelona, con una
gran exposición formada por 150 obras realizadas desde los años 1940 hasta el
presente, contando con pinturas, esculturas, dibujos y diversas creaciones del
genial artista.
Entre sus últimos actos públicos cabe destacar su
colaboración con José Saramago el año 2005 en defensa del grupo pacifista vasco
Elkarri, o la donación el mismo año de su obra 7 de noviembre al Parlamento de
Cataluña con motivo del 25 aniversario de la restauración del mismo. En
octubre de 2007 cedió una obra original suya a la campaña contra el cierre de
las emisiones de TV3 en Valencia, para que se vendiesen sus reproducciones a
diez euros y así sufragar la multa impuesta a ACPV por parte de la Generalidad
Valenciana. El mismo año dejó un mensaje en la Caja de las Letras del Instituto
Cervantes que no se abrirá hasta el 2022. El 9 de abril de 2010 fue nombrado
marqués de Tàpies por el rey Juan Carlos I.
Antoni Tàpies falleció el 6 de febrero de 2012 en su domicilio
de Barcelona, a los 88 años.
De formación prácticamente autodidacta en el terreno
artístico, Tàpies fue sin embargo un hombre de gran cultura, amante de la
filosofía (Nietzsche), la literatura (Dostoyevski) y la música (Wagner). Fue
un gran defensor de la cultura catalana, de la que estaba profundamente
imbuido: era un gran admirador del escritor místico Ramon Llull (del que
realizó un libro de grabados entre 1973 y 1985), así como del Románico catalán
y la arquitectura modernista de Antoni Gaudí. A la vez, era un admirador del
arte y la filosofía orientales, que como Tàpies diluyen la frontera entre
materia y espíritu, entre el hombre y la naturaleza. Influido por el budismo,
mostró en su obra cómo el dolor, tanto físico como espiritual, es algo
inherente a la vida.
La iniciación de Tàpies en el arte fue a través de dibujos
de corte realista, principalmente retratos de familiares y amigos. Su primera
toma de contacto con el arte de vanguardia de la época lo llevó a adscribirse a
un surrealismo de tono mágico influenciado por artistas como Joan Miró, Paul
Klee y Max Ernst, estilo que cristalizó en su etapa de Dau al Set.
Dau al Set fue un movimiento influido principalmente por el
dadaísmo y el surrealismo, pero que también se nutrió de múltiples fuentes
literarias, filosóficas y musicales: redescubrieron al místico mallorquín Ramon
Llull, a la música de Wagner, Schönberg y el jazz, a la obra artística de Gaudí
y literaria de Poe y Mallarmé, a la filosofía de Nietzsche y el existencialismo
alemán, a la psicología de Freud y Jung, etc. Su pintura era figurativa, con un
marcado componente mágico-fantástico, así como un carácter metafísico, de
preocupación por el destino del hombre.
Tras su paso por Dau al Set, en 1951 comenzó una fase de
abstracción geométrica, pasando en 1953 al informalismo: en 1951 viajó a París,
donde conoció las nuevas corrientes europeas, así como las nuevas técnicas
pictóricas (dripping, grattage, etc.); aquí contactó con artistas informalistas
como Jean Fautrier o Jean Dubuffet. El informalismo fue un movimiento surgido
tras la Segunda Guerra Mundial, que muestra la huella dejada por el conflicto
bélico en una concepción pesimista del hombre, influenciada por la filosofía
existencialista. Artísticamente, los orígenes del informalismo se pueden
rastrear en la abstracción de Kandinsky o en los experimentos realizados con
diversos materiales por el dadaísmo. El informalismo busca además la
interrelación con el espectador, dentro del concepto de “obra abierta”
expresado por el teórico italiano Umberto Eco.
Dentro del informalismo, Tàpies se situó dentro de la
denominada “pintura matérica”, también conocida como “art brut”, que se
caracteriza por la mixtificación técnica y el empleo de materiales
heterogéneos, muchas veces de desecho o de reciclaje, mezclados con los
materiales tradicionales del arte buscando un nuevo lenguaje de expresión
artística. Los principales exponentes de la pintura matérica fueron, además de
Tàpies, los franceses Fautrier y Dubuffet y el español Manolo Millares. El
informalismo matérico fue desde los años 1950 el principal medio de expresión
de Tàpies, en el que con distintas peculiaridades trabajó hasta su
fallecimiento.
Las obras más características de Tàpies son las que aplica
su mixtura de diversos materiales en composiciones que adquieren la
consistencia de muros o paredes, a las que añade distintos elementos
distintivos a través de signos que enfatizan el carácter comunicativo de la
obra, semejando el arte popular del "grafiti". Esta consistencia de
muro siempre ha atraído a Tàpies, al cual además le gustaba relacionar su
estilo con la etimología de su propio apellido:
“El muro es una imagen que encontré un poco por sorpresa.
Fue después de unas sesiones de pintura en las que me peleaba tanto con el
material plástico que utilizaba y lo llenaba de tal cantidad de arañazos que,
de pronto, el cuadro cambió, dio un salto cualitativo, y se transformó en una
superficie quieta y tranquila. Me encontré con que había pintado una pared, un
muro, lo cual se relacionaba a la vez con mi nombre”.
Asimismo, tiene una primordial significación en la obra de
Tàpies el carácter iconográfico que añade a sus realizaciones a través de
distintos signos como cruces, lunas, asteriscos, letras, números, figuras
geométricas, etc.28 Para Tàpies estos elementos tienen una significación
alegórica relativa al mundo interior del artista, evocando temas tan
trascendentales como la vida y la muerte, o como la soledad, la incomunicación
o la sexualidad. Cada figura puede tener un significado concreto: en cuanto a
las letras, A y T son por las iniciales de su nombre o por Antoni y Teresa (su
mujer); la X como misterio, incógnita, o como forma de tachar algo; la M la
explica de la siguiente manera:
“Todos tenemos una M dibujada en las líneas de la palma de
la mano, lo cual remite a la muerte, y en el pie hay unas arrugas en forma de
S; todo combinado era Muerte Segura”.
Otro rasgo distintivo en Tàpies era la austeridad cromática,
generalmente se movía en gamas de colores austeros, fríos, terrosos, como el
ocre, marrón, gris, beige o negro. El artista nos da su propia explicación:
“Si he llegado a hacer cuadros sólo con gris, es en parte
por la reacción que tuve frente al colorismo que caracterizaba el arte de la
generación anterior a la mía, una pintura en la que se utilizaban mucho los
colores primarios. El hecho de estar rodeado continuamente por el impacto de la
publicidad y las señalizaciones características de nuestra sociedad también me
llevó a buscar un color más interiorizado, lo que podría definirse como la
penumbra, la luz de los sueños y de nuestro mundo interior. El color marrón se
relaciona con una filosofía muy ligada al franciscanismo, con el hábito de los
frailes franciscanos. Hay una tendencia a buscar lo que dicen los colores
alegres: el rojo, el amarillo; pero en cambio para mí, los colores grises y
marrones son más interiores, están más relacionados con el mundo filosófico”.
En su obra Tàpies reflejó una gran preocupación por los
problemas del ser humano: la enfermedad, la muerte, la soledad, el dolor o el
sexo. Tàpies nos dio una nueva visión de la realidad más sencilla y cotidiana,
enalteciéndola a cotas de verdadera espiritualidad. La concepción vital de
Tàpies se nutría de la filosofía existencialista, que remarca la condición
material y mortal del hombre, la angustia de la existencia de que hablaba
Sartre; la soledad, la enfermedad, la pobreza que percibimos en Tàpies la
encontramos también en la obra de Samuel Beckett o Eugène Ionesco. El
existencialismo señala el destino trágico del hombre, pero también reivindica
su libertad, la importancia del individuo, su capacidad de acción frente a la
vida; así, Tàpies pretendía con su arte hacernos reflexionar sobre nuestra
propia existencia:
“Pienso que una obra de arte debería dejar perplejo al
espectador, hacerle meditar sobre el sentido de la vida”.
En los años 1970, influenciado por el pop-art, empezó a
utilizar objetos más sólidos en sus obras, como partes de muebles. Sin embargo,
la utilización de elementos cotidianos en la obra de Tàpies no tiene el mismo
objetivo que en el pop-art, donde son utilizados para hacer una banalización de
la sociedad de consumo y los medios de comunicación de masas; en cambio, en
Tàpies siempre está presente el sustrato espiritual, la significación de los
elementos sencillos como evocadores de un mayor orden universal.
Se suele considerar a Tàpies como precursor del arte povera,
en su utilización de materiales pobres y de desecho, aunque nuevamente hay que
remarcar la diferencia conceptual de ambos estilos.
En su obra más característica dentro del informalismo
matérico, Tàpies empleaba técnicas que mezclaban los pigmentos tradicionales
del arte con materiales como arena, ropa, paja, etc., con predominio del
collage y el assemblage, y una textura cercana al bajorrelieve.
Tàpies definía su técnica como “mixta”: pintaba sobre tela,
en formatos medios, en posición horizontal, disponiendo una capa homogénea de
pintura monocromática, sobre la que aplicaba la ”mixtura”, mezcla de polvo de
mármol triturado, aglutinante, pigmento y óleo, aplicado con espátula o con sus
propias manos.
Cuando estaba casi seco hacía un grattage con tela de
arpillera, aplicada sobre la superficie, y cuando estaba adherida la arrancaba,
creando una estructura de relieve, con zonas rasgadas, arañadas o incluso
horadadas, que contrastan con los cúmulos y densidades matéricas de otras zonas
del cuadro. A continuación, hacía un nuevo grattage con diversos útiles
(punzón, cuchillo, tijeras, pincel). Por último, añadía signos (cruces, lunas,
asteriscos, letras, números, etc.), en composiciones que recuerdan el grafiti,
así como manchas, aplicadas mediante dripping.
No añadía elementos de fijación, por lo que las obras se
degradaban rápidamente –la mixtura es bastante efímera–; sin embargo, Tàpies
defendía la descomposición, como pérdida de la idea de la eternidad del arte,
le gustaba que sus obras reflejasen la sensación del paso del tiempo. A ello
contribuía también sus propias huellas en la obra, las incisiones que
practicaba, que para él eran un reflejo de la naturaleza.
Los inicios de Tàpies fueron en el terreno del dibujo,
generalmente en tinta china, dedicándose principalmente al retrato,
preferentemente de familiares y amigos, de gran realismo: Josep Gudiol, Antoni
Puigvert, Pere Mir i Martorell, Autorretrato (1944).9 Se empezó a interesar
por técnicas novedosas, y comenzó a dejar sus huellas en la obra: Zoom (1946),
retrato invertido, en forma de sol, con un tono amarillo influido en Van Gogh y
un blanco de España muy puro, dando una fuerte luminosidad.
Hacia 1947 realizó dibujos más fluidos, con influencia de
Matisse. Más tarde comenzó su obra ya auténticamente personal, con materiales
espesos y pinceladas cortas y separadas, con un aire primitivo y expresionista,
con una temática mágica y panteísta (Tríptico, 1948).
Durante la etapa de Dau al Set, Tàpies se enmarcó en un
surrealismo mágico figurativo, con influencia de Joan Miró, Paul Klee y Max
Ernst: Ninfas, dríadas y arpías (1950), ambiente nocturno, con influencia de
Henri Rousseau en la vegetación; El gato, con influencia de Klee, fuertes
claroscuros, mundo fantástico, irreal, colores oscuros; El dolor de Brunhilde,
con influencia del expresionismo alemán en los contrastes de color, luz y
sombra.
Por último, tras su paso por Dau al Set, en 1951 comenzó una
fase de abstracción geométrica, pasando en 1953 al informalismo de tendencia
matérica que sería característico de su obra. Sus realizaciones fueron
adquiriendo una densidad más gruesa, con empastes muy densos, incorporando el
grattage, que solía efectuar con el pincel invertido, creando relieve. También
realizó collages con papel de periódico o cartulina, y materiales reciclados o
incluso detríticos, mostrando la influencia de Kurt Schwitters (Collage de
cruces, 1947; Collage de cuerdas y arroz). Sus colores típicos eran oscuros:
castaño, ocre, beige, marrón, negro; el blanco suele ser “sucio”, mezclado con
tonos oscuros. Tan sólo esporádicamente se explayaba en colores vibrantes, como
el rojo (Rojo y negro con zonas arrancadas, 1963-1965) y el azul (Azul y dos
cruces, 1980).
En 1954 realizó unos plafones escultóricos en relieve en la
fachada del edificio de oficinas Finanzauto, en la calle Balmes 216 de
Barcelona, con motivos alusivos a los escolapios, propietarios del edificio.
Entre 1955 y 1960 tuvo su período más radicalmente matérico,
con un estilo austero, con colores neutros, de la tierra, y profusión de
signos: cruz, T (de Tàpies), cruz en aspa (X), 4 (por los cuatro elementos y
los cuatro puntos cardinales, como símbolo de la tierra), etc.: Gran pintura
gris (1956), Gran óvalo (1956), Óvalo blanco (1957), Pintura en forma de T
(1960).
También es importante en la obra de Tàpies la presencia del
cuerpo humano, generalmente en partes separadas, de formas esquemáticas, muchas
veces con apariencia de deterioro, el cuerpo aparece rasgado, agredido,
agujereado. Así lo percibimos en El fuego interior (1953), torso humano en
forma de tela de arpillera descompuesta por quemaduras; Relieve ocre y rosa
(1965), figura femenina arrodillada; Materia en forma de axila (1968), en que a
la figura de un torso mostrando la axila añade cabellos reales; Cráneo blanco
(1981) evoca las “vanitas” del barroco español, el recordatorio de la caducidad
de la vida; Cuerpo (1986) refleja una figura yaciente, evocadora de la muerte
–lo que se acentúa por la palabra “Tartaros”, el infierno griego–; Días de Agua
I (1987), un cuerpo que se sumerge en olas de pintura gris, evocando la leyenda
de Hero y Leandro.
Otra de las características de Tàpies es su profusa
utilización de los más diversos objetos dentro de sus obras: Caja de cordeles
(1946) ya anticipaba esta tendencia, con una caja llena de cordeles dispuestos
de forma radial que recuerdan una cabellera; Puerta metálica y violín (1956) es
una curiosa composición de los dos elementos citados, aparentemente
antitéticos, uno por su carácter prosaico y otro por su elevada connotación
artística e intelectual; Paja prensada con X (1969), para Tàpies la paja evoca
el renacer de la vida, su vinculación con los mitos solares; Cojín y botella
(1970), nueva conjunción de dos objetos dispares, pretende contraponer un cojín
de refinado gusto burgués con una simple botella de vidrio de aire casi
proletario.
También son importantes en Tàpies las figuras geométricas,
quizá influidas por el Románico catalán o el arte primitivo y oriental: Óvalo
blanco (1957), círculo como símbolo solar y de perfección y eternidad; Materia
doblada (1981), lienzo semejante al sudario de Cristo, con ciertas
reminiscencias que recuerdan a Zurbarán, pintor admirado por Tàpies; La
escalera (1974), como símbolo de ascensión, inspirado en obras de Miró como
Perro ladrando a la luna o Carnaval del Arlequín.
Aunque la evolución de la obra tapiana fue uniforme desde
sus inicios en el informalismo, con el paso del tiempo se produjeron sutiles
diferencias tanto en técnicas como en contenidos: entre 1963 y 1968 recibió
cierta influencia del pop-art, en su acercamiento al mundo de la realidad circundante,
en que se destaca el objeto cotidiano: Materia en forma de sombrero, El marco,
La mujer, Materia en forma de nuez, Mesa y sillas (1968), Materia con manta
(1968), Gran paquete de paja (1968), Paja prensada (1969). Entre 1969 y 1972
dio preponderancia a los temas catalanes: Atención Cataluña (1969), El espíritu
catalán (1971), Pintura románica con barretina (1971), Sardana (1971),
Inscripciones y cuatro barras sobre arpillera (1971-1972), Cataluña-Libertad
(1972).
En el periodo 1970-1971 tuvo una etapa conceptualista,
trabajando con materiales detríticos, con manchas de grasa o materias brutas:
Pica de lavar con cruz, Mueble con paja, Palangana con Vanguardias, Paja
cubierta con trapo. Después de una época de crisis hasta finales de los 70, en
que se centró en la escultura y el grabado, desde 1980 renovó técnicas y
temáticas, volviendo a un cierto informalismo. Asimismo, durante esa década,
por influencia del arte postmoderno –especialmente el neoexpresionismo alemán–,
incorporó más elementos figurativos, generalmente como homenaje a estilos y
artistas tradicionales de la historia del arte, como en Recuerdo (1982), que
alude a Leonardo Da Vinci, o Materia ocre (1984) y Mancha marrón sobre blanco
(1986), que evocan al Barroco.
En los años 1990 recibió una serie de encargos
institucionales: en 1991 realizó Las cuatro crónicas, en la Sala Tarradellas
del Palacio de la Generalidad de Cataluña.34 En 1992 se encargó de la
decoración mural de los pabellones de Cataluña y del Comité Olímpico Internacional
para la Exposición Universal de Sevilla. Ese mismo año se suscitó una fuerte
polémica por el proyecto encargado por el Ayuntamiento de Barcelona para
decorar la Sala Oval del Palacio Nacional de Montjuïc, sede del MNAC. Tàpies
proyectó una escultura en forma de calcetín, de 18 metros de altura, con la
significación, según él, de “un humilde calcetín en cuyo interior se propone la
meditación y con el que quiero representar la importancia en el orden cósmico
de las cosas pequeñas”. Sin embargo, debido al rechazo popular al proyecto y a
la oposición de la Generalidad de Cataluña, la obra finalmente no se llevó a
término. Aun así, años más tarde el artista retomó el proyecto y construyó su
obra en la terraza de la Fundación Antoni Tàpies, como principal obra
representativa de la Fundación tras su reapertura en 2010, después de dos años
de reforma del museo. Pese a todo, no se construyó el proyecto original de 18
metros, sino una versión reducida de 2,75 metros.
En 1994 Tàpies recibió el encargo por parte de la
Universidad Pompeu Fabra de adecuar un espacio como capilla laica, es decir,
como espacio de recogimiento para la reflexión y la meditación. El espacio
formaba parte del Ágora Rubió i Balaguer de la universidad, diseñada por el
arquitecto Jordi Garcés, que une subterráneamente los antiguos edificios de los
cuarteles de Roger de Llúria y Jaume I, y que además de la capilla contiene un
auditorio y una sala de exposiciones. Tàpies concibió el espacio como un refugio
del mundo exterior, dejando la estructura arquitectónica como estaba, con
paredes de hormigón, instalando una serie de intervenciones artísticas para
completar el aire de recogimiento de la capilla: el mural Díptico de la campana
y la escultura Serpiente y plato, así como unas sillas de espadaña colgadas en
una pared y una alfombra de arpillera, todo para producir un ambiente de
meditación y reposo. La escultura se sitúa sobre un altar, con un gran plato de
porcelana sobre el que se sitúa la serpiente; podemos vislumbrar el antecedente
del proyecto del calcetín para el Palacio Nacional, que también se habría
situado sobre un altar.
En escultura, desde sus inicios en la técnica del assemblage
en la década de los 70 pasó a la utilización de la terracota desde 1981 y del
bronce desde 1987, siempre en una línea parecida a la de su pintura, con
técnicas mixtas y utilización de materiales reciclados o de desecho, en
asociaciones a veces insólitas que buscan impactar al espectador. Destacan su
Homenaje a Picasso (Parque de la Ciudadela, 1983), y el mosaico cerámico de la
Plaza de Cataluña de San Baudilio de Llobregat (1983), así como la instalación
titulada Nube y silla en la Fundación Tàpies (1989).
Diego de Giráldez
Manuel Diego Gómez de Giráldez, creador del movimiento “Realismo NAS”, más
conocido como Diego de Giráldez, este vigués de adopción, enamorado
de las Rías Baixas y Pontevedra, que allá
por donde va presume de Vigo, A Cañiza y de Galicia, posiblemente sea uno de los mejores artistas que dio España
en los últimos años. Es un pintor, escultor, dibujante, anatomista y
escritor gallego/español, artista universal, multidisciplinar, vinculado al
realismo y creador del “Realismo NAS”, cuya figura va agrandándose con el tiempo
hasta estar entre los más destacados
artistas contemporáneos vivos. Nacido en el seno de una familia pequeño
burguesa, en A Cañiza (Pontevedra), el 8 de Marzo de 1956 y vigués de adopción
desde 1964.
Siendo muy joven se traslada con su familia a Vigo donde compagina sus
estudios, debido a su gran talento artístico, con los de dibujo y pintura en
la Escuela de Artes y Oficios de la cuidad, luego continua
estudios en Cataluña: Olot, Gerona y Barcelona, además, sus
inquietudes artísticas le llevan a frecuentes tertulias con intelectuales y
artistas de la época, tanto en Vigo y Pontevedra como posteriormente en
Cataluña. Muchas de las obras realizadas en esa etapa por este hombre humilde,
sencillo y amante de la soledad para crear, obras de carácter realista, y otras
anteriores realizadas con carbones de la lareira sobre papel de estraza, se
conservan en el Museo Diego de Giráldez, en la Plaza Mayor de la
Villa de A Cañiza.
Decía el crítico de TVE y escritor Santiago Amón que:
“Diego de Giráldez es uno de los grandes del realismo español contemporáneo.
"Realismo", donde encuentra la implicidad de su poesía. En su obra se
reencuentra con lo onírico, con las cosas mismas y las traslada a la faz
incitante del lienzo con precisión lírica. Diego de Giráldez, sabe que el arte
es absolutamente inseparable del trabajo, del oficio. Sabe también que el
blanco más blanco nace de la explosión comunitaria de todos los colores, y que
el negro más negro surge cuando la noche se apodera del fulgor del arco-iris,
……….”.
Diego de Giráldez sabe que el arte es inseparable del trabajo, este hombre
de talento autodidacta para la creación de obras de arte, sabe que no todo
mundo que nace como un genio llega a ser un artista por qué el arte no sólo es
un don con el que se nace, sino que es necesario alimentarlo con mucho trabajo
y dedicación, es necesario emplear muchísimo tiempo, muchísimas horas, no sólo
en aprender todo lo que se pueda, sino en educar y formar el propio talento y
él lo hace en el silencio que tanto valora, donde encuentra los pinceles de la
poesía del Alma, que es creación, es arte, no en el bullicio “inartístico” del
corazón. Sabe que la creación artística necesita de la soledad del creador,
sabe que la denominada “democratización” de la creación artística lo que
democratizó fue la mediocridad y la convirtió en el signo de identidad de una
parte importante del arte contemporáneo.
En una de sus primeras exposiciones colectivas, nos decía Xosé
Francisco Armesto Faginas, escritor y periodista que dejó su impronta en
varias publicaciones y periódicos: La Vanguardia, El Pueblo Gallego, La Voz de
Galicia, …., y que fue director de Faro de Vigo, del Museo de Vigo y de la
Escuela de Artes y Oficios de la ciudad olívica, que: “Los primeros en
descubrir a este niño pintor, que vive por y para el arte, fueron Álvaro
Cunqueiro, Francisco J. Sánchez Cantón y Filgueira Valverde, a finales de los
pasados 60…….. Un joven artista que, siendo constante en el trabajo, va
creciendo sin bajarse de la humildad……..”. En otra ocasión comentó: “Alvaro
Cunqueiro, en tantas cousas mestre, que tivo tamén moito de neno grande, foi un
dos primeiros que celebrou a pintura de Diego Giráldez. Atopo moitas cousas en
común entre ámbolos dous, por exemplo -algo non cativo- o amor polas pequenas
cousas, a ledicia, poño por caso, ó sentir o canto dun paxaro ou dun galo, coma
quen escoita a voz do mestre solista dun gran coro…….”
Realizó su primera exposición individual en 1975 en la Sala Van
Gogh en Vigo, que le abrió camino a muchas otras exposiciones en la
Península Ibérica, transcurrían los años 70. Antes, en 1966, había empezado a
asistir a la Escuela de Artes y Oficios de Vigo, para dos años después
comenzar, a petición de sus profesores, a realizar algunas exposiciones
colectivas, entre otros lugares, en la misma Escuela de Artes y Oficios. Recibe
distintos premios en concursos de dibujo y pintura. Sigue en 1970, 71, 72, y 73
mostrándose en distintas exposiciones colectivas y a finales de 1974 en una
pequeña muestra individual en As Travesas-Vigo.
Sobre el artista nos decía el crítico de arte y miembro de la Real Academia
Gallega de Bellas Artes, Francisco de Pablos, en
los años finales de los 70, que es: “Inconfundible la obra de este pintor, hiperrealista
y sin embargo con frecuencia onírico. Hijo de un marino y una emprendedora,
vive su infancia en la villa natal, en un ámbito casi campesino. A los 8 años
su familia se traslada a Vigo y se instala en la calle Real, de peculiar
arquitectura decimonónica, entre la Colegiata neoclásica y el barrio marinero
del Berbés. Diego queda huérfano de padre un año antes, y ya se interesa por el
dibujo y la pintura. Su madre alienta esta vocación y aunque con muchas
dificultades, debido al estado económico en el que quedó la familia tras el
fallecimiento del padre, lo lleva a Madrid para visitar el Museo del Prado
nuevamente, puesto que ya lo había visitado cuando vivía su progenitor. El niño
devora libros de medicina, especialmente de anatomía. Y trabaja con pasteles,
carboncillo y oleo, deseando dominar la técnica, que llega a ser en él pasión
casi enfermiza.
Su primera exposición la realiza en Vigo, en 1975, con éxito sorprendente.
Salta a Cataluña y allí se confirma su acogida. Repite incansablemente exposiciones
en toda España, hasta el punto de que no debe quedar ciudad o villa importante
donde no haya mostrado su obra. Viaja por Europa y pasa larguísimas jornadas en
los museos. Llega a conocer a fondo a Velázquez, Zurbarán, Goya. Su obra es
seleccionada para la muestra colectiva denominada «Maestros del realismo
español de la vanguardia». Expone en el extranjero, sorprendiendo siempre la
peculiar actitud plástica que adopta, con verismo impresionante en sus
representaciones, en las que, sin embargo, hay una fantasía evidente y un
inquietante misterio implícito.
De Suiza a Portugal su obra gana prestigio. La elogia el gran crítico,
prematuramente muerto, Santiago Amón. La adquieren museos de España y del
extranjero. En cierto modo, es único e irrepetible.
También su peculiar modo de utilizar la técnica y los pigmentos empleados.
Giráldez es un realista diferente. Cuando representa un objeto, cualquier
cachivache doméstico -un vaso, un huevo- su representación lo separa del mundo
común para mayusculizarlo y ser únicamente él, El Huevo, El Vaso, el
Excelentísimo Señor Huevo humilde y magnificado.
Sus cuadros religiosos representan un mundo diferente, táctil,
obsesionante. Sus gallos muertos parecen vivir en una imaginaria taxidermia. La
deliberada desproporción entre los objetos representados nos conduce a un
surrealismo también peculiar. Desde la máxima exactitud referencial, la pintura
de Diego de Giráldez es inquietante, capaz de conmover al espíritu menos
sensible”.
En los años 80 le llega el gran
reconocimiento con exposiciones individuales en las más importantes ciudades de
España y Europa, lo que le convierte en un viajero impenitente, recorriendo
toda Europa con exposiciones. La temática de su obra va desde el bodegón y el
paisaje hasta la figura, retrato o composiciones, todo ello dentro de su
creación del movimiento “Realismo NAS” en el que se combina el
naturalismo, la abstracción y surrealismo. Obras en las que se respira el amor
por la soledad del artista, el silencio de su intimismo y el concepto lírico de
los ambientes que no dejan indiferente al contemplador. Así se recoge en los
distintos escritos que sobre su obra y personalidad, durante su dilatada
carrera artística, han realizado las distintas plumas de personalidades y
eruditos que han participado con comentarios y críticas de arte, tanto en
conferencias, libros, ….., como en la prensa escrita, la radio y la TV: Camilo
José Cela, F. J. Sánchez Cantón, Filgueira Valverde, Fernándel del Riego,
Álvaro Cunquiero, Carlos Casares, Ramón Piñeiro, Santiago Amón, Ramón Faraldo,
Robert Hughes, Gerardo Diego, Armesto Faginas, Enrique Gómez, Marcelo Otero, Serafín
Villanueva, Eugenio Montes, Campoy, de Castro Arines, Camón Aznar,
García-Sabell, Antón Fraguas, Blanco-Amor, Laxeiro, Paz Andrade, Antón Castro,
Costa Clavell, Jordi Soletura, Mariano Rajoy, Manuel Fraga, Francisco de
Pablos, Alfonso Sánchez, Illa Couto, David Mourào-Ferreira, Sánchez Bargiela,
Florenci Criville i Estraqui, Richard Arnold, Fernando Elorrieta, Panizo del
Val, Rubio Moblot, Lorenzo García–Diego Pérez, Breo de Gómez, Nelly María
Pérez, Juan Antonio Sánchez García, Hidalgo Cuñarro, Mª Luisa Ilarri
Junquera, Amiguetti Sánchez, Verdera Franco, López de Ayala, Almodóvar Azorín,
Osuna Ruíz, Fernando Franco, Vinardell, José González Ortiz, Gavira, Gerardo
Pérez Calero, Sánchez Ruyz, Ángel Arnaiz, Chaparro Quieja, Victor Gay, Manuel
Forcadela, Fernando Mon, José A. Perozo, Jesús Pando, Manolo Pérez, César
Rovira, Vallejo-Nágera, María do Carme Krukenberg, Santos San Cristóbal
Sebastián, Bieito Ledo, Jesús Guerra, Lalo Vázquez Gil, Rafael Ruíz
Sanchidrián, Román Pereiro, Manuel Almeida Brandáo,
Manuel Jorge Pereira de Carvalho, Ana Paula Cardoso, Gaspar Alorda Fiol,
Margarida Ruas Gil Costa dos Santos, Ana García Martín, Pedro Machuca Bernal,
Sergio Mourâo, Pedro Ardá Lubeira, César Mera, José M. Barros,
Torrente Ballester, Avelino Antón, A. Fontán, Cristina Fernández de Kirchner,
Alfredo Goberna, Adriano Marques de Magallanes, Antonio P. Lamela, Juan Pablo
II,….., entre otros. Así como numerosos comentarios y artículos de periodistas
locales, en las páginas culturales de los distintos medios de comunicación de
distintas partes del mundo, aparte de los críticos, escritores,....…., que han
participado en su extensa bibliografía y los periodistas eruditos que escriben
en las revistas, webs, blogs o páginas especializas.
Diego de Giráldez es un trabajador e investigador infatigable, amante
de lo humilde –incluso se refleja en muchos de sus cuadros- y aunque le gusta
la soledad es un discutidor razonante, en ocasiones de misteriosa o sibilina
dialéctica. Su tez blanca y figura menuda y enjuta está, se le ve, en todas
partes, parece tener el don de la ubicuidad, lo vemos en Galicia, en las dos
Castillas, en Madrid, en Andalucía, Extremadura, Barcelona, Lisboa, Oporto, París,
Zurich,…….., o en el mismo Vaticano. Su presencia en los veranos de A Cañiza se
hace proverbial, se le ve por su Casa Museo en tertulia con vecinos de la
Villa del Jamón, con visitantes o estudiantes de Bellas Artes que visitan su
Museo o con periodistas que le van a entrevistar.
Recibió varios/numerosos premios y homenajes a lo largo de su vida
artística, además de habérsele concedido por unanimidad el Título de
Hijo Predilecto de A Cañiza.
Su obra está presente en muchos de los museos del mundo: Europa,
América, Asia y África -más de 150- y en numerosas colecciones institucionales
y privadas de todo el mundo.
Desde el comienzo de su carrera artística realizó más de 400
exposiciones individuales por diversos países y participó en múltiples muestras colectivas.
En el campo de la anatomía física/artística ha realizado
múltiples obras, impartido conferencias y escrito diversos libros, etc.
A partir de 1982, Diego de
Giráldez, fue invitado a formar parte de innumerables jurados para
otorgar distintos e importantes premios de pintura.
Sobre este artista existe una extensa
bibliografía, tanto en España como
en Portugal.
Eduardo Arroyo
Entre los pintores españoles más famosos de la historia se
encuentra Eduardo Arroyo, un pintor madrileño que utilizó su creatividad y
talento como herramienta de protesta; en sus obras se encuentra implícita una
huella crítica utilizada para ridiculizar a los dictadores, los toreros e
incluso a artistas célebres como Marcel Duchamp y Joan Miro; esta postura
artística de Eduardo Arroyo generalmente ha causado controversia entre el
público y los críticos de arte.
El trabajo de Arroyo apuesta por la vanguardia y la
experimentación abstracta; asimismo, el pintor español ha creado sus
composiciones pictóricas basado en una gran influencia del realismo, el expresionismo
y la abstracción. Arroyo instituye sus imágenes en una serie de conceptos que
incluyen la yuxtaposición de imágenes coloridas que representan un trabajo
ramificado del pop art.
Mariano Andreu Estany
Mariano Andreu fue un pintor español importante,
escenógrafo, dibujante catalán; Andreu fue un prolífico artista autodidacta.
Mariano comenzó su carrera creativa como ilustrador de revistas en Francia, en
este país aprendió diversas técnicas gráficas como la litografía y el grabado.
El trabajo que Andreu realizó durante toda su carrera ha
hecho que no pueda ser catalogado en alguna corriente artística especifica; sin
embargo, las características de sus pinturas eran elementos ornamentalistas y
artesanos.
Durante su mayor apogeo, Mariano Andreu participó en
afamadas exposiciones en la Galería del Fayans Catalá (1911), el Salón de
Artistas y Artistas de Barcelona (1916) y en la Ciudad Condal en el Salón Parés
(1934). Actualmente, parte de su obra puede ser apreciada en el Centre de
Documentació i Museu de les Arts Escèniques de Barcelona y en el Museu d’Art
Modern de Barcelona.
Antonio Peris Carbonell
Antonio Peris Carbonell nació en 1957 en Valencia, España.
Carbonell se caracterizó principalmente por sus trabajos como pintor, sin
embargo, a su labor creativa también se añaden trabajos en materia de
escultura. Una de sus afamadas obras conocida como “La Caravana” fue realizada
cuando apenas contaba con 12 años de edad.
Debido a su gran talento artístico, se matriculó en la
Escuela de Artes y Oficios de Valencia, en la década de los 70 fue recibido en
la Escuela de San Carlos de Bellas Artes, Valencia, para continuar con su
instrucción artística.
Fue hasta el año de 1985 cuando Antonio Peris Carbonell
realizó su primera exposición individual, la cual tuvo una gran aceptación por
parte de los expertos; tal fue el recibimiento de su trabajo individual que en
dos día vendió todo el lote de sus obras.
Las pinturas de Peris Carbonell son un compendio de colores
vibrantes, que se centran en una vena del expresionismo con tendencias
místicas; las imágenes que presenta van desde paisajes naturales hasta escenas
religiosas. Carbonell ha sido aclamado por la Crítica Internacional de Arte en
Madrid y ha sido denominado un digno “representante del expresionismo místico
español actual”.
Joaquín Espalter y Rull
Joaquín Espalter y Rull nació en Barcelona en el año 1809.
Este pintor e ilustrador español realizó obras enfocadas a la pintura
decorativa, histórica, religiosa y el retrato. Fungió como académico de la
Escuela Superior de Bellas Artes y fue profesor emérito de la Real Academia de
San Fernando.
El carácter de su trabajo se encuentra representado en la
decoración diversos recintos como el Teatro del Instituto, el Teatro del
Príncipe, el Palacio del Congreso, el salón de baile en el Palacio Gaviria y en
el Paraninfo de la Universidad Central que congrega imágenes de hombres
distinguidos y retratos alegóricos.
Su trabajo pictórico se basa en temas melancólicos, su
técnica se caracteriza por la realización pulcra del dibujo acompañada por una
gran gama de colores. Como ilustrador su obra más reconocida fue la realizada
para El Quijote; en materia pictórica su trabajo más emblemático es La era
cristiana, realizada en 1871.
Otros pintores cuya
obra también excepcional están estudiando nuestros equipos y que posiblemente
se agreguen en un breve espacio de tiempo, son:
Alonso Cano
Fernando Álvarez de
Sotomayor
Hermenegildo Anglada
Camarasa
Pedro Berruguete
Aureliano de Beruete
Ramón Casas i Carbó
José Casado del
Alisal
Mateo Cerezo
Claudio Coello
Carlos de Haes
Juan de Juanes
Juan de Valdés Leal
Eugenio Fernández
Granell
Mariano Fortuny
José Gutiérrez Solana
Vicente López Portaña
Eugenio Lucas
Villaamil
Pedro Machuca
Raimundo Madrazo
Maruja Mallo
Joaquín Mir
Luis de Morales
Antonio Muñoz Degrain
Eduardo Naranjo
Isidre Nonell i Monturiol
Francisco Pacheco
Pablo Palazuelo
Jenaro Pérez
Villaamil
Francisco Pradilla
Darío de Regoyos
Francisco Ribalta
Eduardo Rosales
Santiago Rusiñol
Joan Tuset i Suau
Daniel Vázquez Díaz
Ignacio Zuloaga
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